El objetivo que persigue el entrenamiento y la rehabilitación cognitivos es lograr la mejoría de las funciones mentales, a través de la ejercitación, tratando de potenciar las áreas más deficitarias para producir los cambios.

 

La habilitación y/o rehabilitación neuropsicológica debe basarse en una serie de principios básicos que deben tenerse en cuenta a la hora de planificar un programa terapéutico.

  • Adaptar el protocolo de entrenamiento neuropsicológica de las Funciones Ejecutivas (FE) a las necesidades de cada paciente realizándolo de manera periódica y procurando que resulte dinámico y atractivo para evitar la desmotivación.
  • Reducir y simplificar las consignas de cada ejercicio, establecer metas definidas y desglosar las actividades para desarrollarlas paso a paso.
  • Estimular el empleo de estrategias internas, como el modelo autoinstruccional de Meichenbaum, que ayudará al paciente a organizar su pensamiento y, por ende, su conducta.
  • Elaborar horarios que ayuden a organizar el tiempo. A este respecto, es de gran ayuda utilizar agendas para planificar las actividades diarias.
  • Incrementar gradualmente el tiempo asignado para cada fase del tratamiento, que debe ser corto, para evitar la fatiga atencional.
  • Realizar una retroalimentación inmediata y contingente de la ejecución del paciente, sobre todo con pacientes con bajo nivel de frustración.
  • Incrementar el nivel de dificultad de manera gradual a medida que el paciente obtenga los niveles de éxito estimados para la edad y el grado de afectación del trastorno o déficit.
  • Contar con un protocolo de tratamiento neuropsicológico de las FE variado y dinámico, evitando así la monotonía, desmotivación y desinterés por parte del paciente. A este respecto, se pueden utilizar herramientas de lápiz y papel y computerizadas. Estas últimas, por su parte, presentan como fortaleza el registro preciso de las latencias de cada respuesta del paciente y la facilidad de modificar variables como la velocidad de exposición y muestreo de los estímulos, el tamaño, la modalidad de presentación y los niveles de exigencia.
  • Utilizar diferentes canales sensoriales simultánea y secuencialmente.
  • Generalizar los resultados obtenidos en el ambiente terapéutico a la cotidianidad del paciente y trabajar en pro de su mantenimiento.

Esta forma de trabajar nos ayudará, sin duda, a lograr las metas que marquemos en cada parte del entrenamiento neurocognitivo de las Funciones Ejecutivas.

Luis Abad, director de Red Cenit