El Trastorno del Espectro Autista es una de las condiciones que más ha dado que hablar en los últimos años y que, sin embargo, para el grueso de la sociedad sigue siendo bastante desconocida en cuanto a sus diferentes manifestaciones y formas de tratamiento. Las manifestaciones del TEA se engloban en un contínuum que implica diferentes grados de afectación en las áreas de la comunicación social, el lenguaje y los patrones e intereses restringidos. Si bien la inclusión es uno de los objetivos de la agenda social y educativa contemporánea, aún existen muchos mitos sobre el autismo para los que la información y el asesoramiento profesional parecen ser la mejor solución.
Esto se hace especialmente relevante para aquellas familias de niñas y niños que presentan signos compatibles con un TEA y cuyo diagnóstico se ve interferido y demorado por opiniones basadas en la desinformación y el miedo a lo desconocido. A su vez, muchas personas con autismo y sus seres queridos se ven en demasiadas ocasiones expuestos a situaciones incómodas y de exclusión a causa de estas creencias erróneas.
Entre los mitos sobre el autismo más extendidos podríamos encontrar algunos como los siguientes:
- El niño/la niña es así porque sus padres (fundamentalmente la madre), no le ha dado el suficiente cariño de pequeño.
El TEA es una condición que tiene un origen neurobiológico, por lo que no tiene nada que ver con el nivel de amor o atención recibidos. Este comentario es dañino y sólo va a causar una falsa culpabilidad en una familia que ya de por sí está enfrentando una situación difícil.
- ¡Oh, autista! Como en aquella película/libro/serie. Los autistas son muy inteligentes, son genios.
Este es uno de los mitos sobre el autismo que carece de fundamento. Esta creencia está muy alimentada porque recientemente hemos visto una mayor presencia de personas con TEA en los medios audiovisuales, pero en demasiadas ocasiones no deja de representar ese “personaje pintoresco” con una inteligencia increíble que contrasta con su falta total de empatía y comprensión de las relaciones sociales (sí, seguro que estás pensando en ESE personaje de cierta serie de científicos). El hecho de que el estilo del procesamiento de la información en el TEA pueda favorecer ciertas habilidades (como la apreciación por los detalles, o un gran conocimiento sobre un tema en concreto a causa de sus intereses más restringidos), no implica necesariamente que esta condición lleve consigo una inteligencia superior. Puede haber personas con autismo y altas capacidades intelectuales, con inteligencia media o con discapacidad intelectual. Son dimensiones independientes.
- El autismo es muy grave y lleva consigo siempre una gran afectación intelectual.
Hemos respondido bastante a este tópico en el párrafo anterior. Actualmente el concepto de TEA nos invita a plantearlo como un “espectro” o “contínuum” de diferentes grados de alteración en las dimensiones nucleares antes mencionadas. Aunque podemos encontrar niñas y niños cuya inteligencia también se ve afectada, ya hemos explicado que no tiene por qué ser siempre así. Cada TEA es un mundo.
- Los niños con autismo viven en su propio mundo, están aislados y no les interesa nada de lo que ocurre a su alrededor.
Las niñas y niños con TEA no están en su mundo, sino en el nuestro, y es trabajo de los profesionales y de las familias el trabajar en equipo para tratar la falta de motivación social que afecta a su relación con el entorno. Los intereses que comúnmente nos permiten relacionarnos con otras personas y adaptarnos de manera social a nuestro entorno están alterados en el TEA. Actualmente contamos con muchos instrumentos y técnicas para mejorar este aspecto. Cuando el niño o niña con TEA tiene instrumentos adecuados para interactuar con su medio, disfruta y se interesa.
- No pueden ni quieren comunicarse.
Este es uno de los mitos sobre el autismo que está muy relacionado con el anterior. Si bien es cierto que la comunicación social está afectada, la implementación de Sistemas Aumentativos y Alternativos de la Comunicación es nuestra gran aliada para que la niña o niño con TEA pueda relacionarse con su entorno. No verbal no significa que no tenga nada que decir.
- Lo que necesitan esos niños es disciplina. Eso del autismo es una nueva moda que se han inventado para disculpar a niños maleducados y padres ineficaces.
Lo que necesitan esas niñas y niños es tratamientos validados científicamente, adaptaciones individualizadas, medidas inclusivas en todos los ámbitos de la sociedad y un mayor conocimiento y comprensión por parte de sus miembros. No tiene nada que ver con la disciplina.
- Pero cómo va a ser autista… ¡si habla y me mira a los ojos!
La manifestación de los TEA es diversa, ya que como decíamos se ubica dentro de un espectro. Por tanto, aunque en muchos casos podemos ver la sintomatología que comúnmente atribuimos a esta condición (falta casi total de contacto ocular, ausencia de lenguaje, etc.), puede haber otros casos compatibles con el diagnóstico que lo expresen de otra manera. En este sentido, las pruebas diagnósticas y el criterio profesional juegan un papel relevante.
- Esos niños son diferentes y sus necesidades también lo son.
Es posible que las niñas y niños con TEA tengan unas necesidades concretas en algunos casos y ámbitos (por ejemplo, el educativo), pero en realidad, necesitan lo mismo que cualquier niña o niño: sentirse comprendido, incluido y querido.
Es hora de mirar a la sociedad con las gafas de la diversidad. De no establecer fronteras entre lo que consideramos normal y diferente. De ser conscientes y conocer diferentes realidades. Y, si no las conocemos, ya sabemos que la información es nuestra mejor aliada.
Cristina Galindo, es psicóloga y terapeuta en Red Cenit
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Hay un comentario
Muy interesante el material