Ya estamos en verano, el curso ha acabado para los peques y viene la temida época de mucho tiempo libre, pocos horarios y rutinas y claro, mucho calor. El combo perfecto para que los hijos se revolucionen y no hagan caso a sus padres.

En este post os vamos a dar unas estrategias para establecer normas y límites, y conseguir que vuestros hijos no sólo respeten las normas, sino que las cumplan a la primera.

  1. EL MÉTODO

Tras doce años ejerciendo de terapeuta y tras atender a cientos de familias, he llegado a la conclusión de que el siguiente método para establecer normas y límites es sin duda el más eficaz:

Nomas y límites

En primer lugar se establece la norma. Hay que empezar por una sólo y muy concreta para que los hijos vean que sois consistentes y estáis decididos a cumplir el método. Lo recomendable es empezar por algo sencillo.
Una vez comprendan el método y comprueben que si lo aplicáis vais hasta el final, entonces podemos aumentar el nivel de exigencia. Es importantísimo, elegir bien la norma con la que vais a empezar. La norma debe cumplir los siguientes requisitos:

  • Muy concreta: debes saber exactamente qué deben hacer y cómo.
  • Alcanzable y realista: sobre todo la primera norma debe ser fácilmente alcanzable para los niños. Si ponemos el listón muy alto, corremos el riesgo de fracasar y entonces el método no servirá de nada.
  • Radical: debéis aseguraros de que la norma se cumpla siempre, para ello debéis estar presentes en el momento de cumplirse o poder revisarlo in situ. Más adelante puede pasar un tiempo entre que se cumple la norma y revisamos si se ha cumplido o no, pero al inicio debe de ser inmediato.

Una vez decidida la norma con la que vais a empezar, debéis decidir cuál será la consecuencia inmediata tanto si lo cumple como si no. Es esencial que todos los adultos que estén a cargo de los hijos estén de acuerdo y comprometidos a respetar esas consecuencias sin lugar a dudas.

Requisitos para que las consecuencias sean eficaces:

  • Las consecuencias deben ser las propias de sus actos, no el efecto que tendrán sobre los padres o cuidadores
    •  Por ejemplo: “si no como, paso hambre”. Esa consecuencia debe ser más importante que  la de “si no como, mi madre se preocupa”. El hecho de que mi madre se preocupe es un factor externo y emocional, lo que realmente pasará de forma empírica es que si no como, llegará un momento en el que pasaré hambre.
    • Otro ejemplo: “si me quedo viendo la tele en vez de salir hacia el cole, llegaré tarde al cole.” Esa consecuencia debe ser más importante que “si me quedo viendo la tele, mi padre se enfada y luego me lleva cabreado al colegio”
  • Realistas y alcanzables: al igual que la norma, la consecuencia debe ser también realista y alcanzable. Es decir, que absolutamente siempre se produzca tal y como se ha establecido. Si establecemos que si no comen, se quedan con hambre, esa debe de ser SIEMPRE la consecuencia. No hay que ofrecer otra cosa, ni preocuparse o insistir. Por eso es muy importante plantearse si vamos a ser capaces de mantener esa consecuencia sin flaquear antes de establecerla y acordarla.

Hay casos en los que, además de la consecuencia inmediata, es necesario motivar con una recompensa a largo plazo, un privilegio o premio por haber superado un reto.

Por eso, podemos establecer una consecuencia a largo plazo si cumple la norma establecida un mínimo de veces pero siempre habiéndolo acordado desde un principio y aclarando bien cuándo y cómo lo conseguirá.

En ese caso hay que buscar un motivador suficientemente potente como para conseguir que el niño/adolescente haga el esfuerzo de cumplir la norma. Si el motivador es suficientemente fuerte el niño lo conseguirá. Por ejemplo, si consigue cumplir la norma los cinco días entre semana, el fin de semana tiene un privilegio que puede ser desde tomarse un helado a ganar más tiempo de ordenador o Tablet.

Una vez tenemos claras la norma y las consecuencias que ocurrirán tanto si cumple la norma como si no la cumple, debemos ponerlo por escrito.

Este paso es importantísimo. Si el niño es más mayor podemos hacer un esquema como él de la imagen. Si el niño es más pequeño se lo podemos poner con Pictogramas o dibujos, de tal forma que en un solo vistazo el niño recuerde el acuerdo que ha hecho y al que se ha comprometido y es mucho más fácil que lo cumpla sin necesidad de estar repitiéndole continuamente lo que tiene que hacer. De esta forma ven que no hay negociación posible porque ya está escrito así y es mucho más fácil que lo acepten.

Por último, cumplirlo a rajatabla, sin negociaciones ni explicaciones, es lo que hemos acordado y tiene que ser así. Punto.

Un ejemplo práctico de la última consulta que me han hecho al respecto:

“Mi hijo tiene la norma de que sólo puede utilizar la tablet el fin de semana y un máximo de dos horas. Me pide la tablet a veces entre semana y le digo que no puede usarla ya que no ees fin de semana. Cuando quiere la tablet y no la consigue o se pone insistente hasta la saciedad o coge una rabieta.”

¿Cómo podemos gestionar esta situación?

Pues en primer lugar entrenar previamente con este método normas más sencillas para que él comprenda que lo que está puesto en el papel y una vez firmáis un acuerdo eso se lleva a rajatabla.

Una vez iniciado y probado el método con cosas más sencillas (como puede ser el mantenerse sentado mientras come o recoger la ropa sucia después de ducharse y ponerla en el cesto), pero que a él le ayudan a comprender que cuando firmáis un contrato lo cumplís sí o sí y no hay negociación posible, abordaremos ese problema que es más complicado.

En este caso concreto lo que yo recomendaría sería hacer el siguiente contrato:

Contrato Ipad

Este contrato consistiría en:

Norma: Entre semana no nos enfadamos porque no hay tablet.

Consecuencia inmediata si lo cumple: si te la pide, le recuerdas la norma y si no se enfada le das un ticket que vale por tres minutos extra de tablet para el finde. Si no te la ha pedido y tampoco se ha enfadado por la tablet en todo el día se lo das al final del día.

Consecuencia a largo plazo: el fin de semana puede gastar todos los tickets de minutos extra que haya ganado.

Consecuencia si no lo cumple y se enfada por no tener la tablet: pierde tres minutos de tablet del fin de semana. Sin decirle nada, se apunta en el contrato y cuando llega el finde se aplica.

Importante: En el momento que no cumple la norma no se le hace más caso ni se le dan más explicaciones porque es lo que habéis acordado. Hay que intentar seguir la marcha normal cambiando de foco de atención a otra cosa y ya está.

Si sois consistentes y perseverantes pronto comprobaréis los resultados de establecer normas y límites con este método.

¡Ánimo!

María Tudela, es Terapeuta Ocupacional y directora del Centro de Integración Sensorial Red Cenit

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