Trabajar con niños con autismo es una experiencia maravillosa. Te hace crecer profesionalmente, y lo que es más importante aún: personalmente. Aunque paradójicamente, parezca lo contrario, y que somos las terapeutas las que les enseñamos ciertos conocimientos, (como a entender mejor el mundo en el que viven, a mantener la atención cuando se sienten desconcentrados, a saber utilizar las palabras adecuadas, a entender bromas o frases hechas), hablo desde mi experiencia personal cuando digo que son ellos los que nos enseñan a nosotros cosas todos los días.
En primer lugar, me gustaría romper algunos mitos para comprender el autismo mejor:
- Son personas que no pueden sentir o expresar afecto: se ríen, lloran, les afectan ciertas cosas, quieren cariño, y de hecho, lo dan. Lo único que ocurre, es que debemos tener en cuenta que tienen una forma de procesar la información distinta a la nuestra. Debemos enseñarles a entender sus emociones, y a saber canalizarlas y compartirlas. Para nada es cierto que un niño con autismo no da cariño. Desde mi experiencia, es todo lo contrario. Quizás, algunos necesitan un tiempo para conocerte y coger esa confianza que necesitan, pero… ¿y quién no?
- Los niños con autismo siempre tienen problemas de aprendizaje: la verdad sobre esto es que el autismo puede mostrarse de formas diferentes. De ahí, que haya niños que puede que presenten algún problema de aprendizaje, pero también hay otros que son muy inteligentes, y proporcionándoles un material adecuado, puede aprender como el resto.
- Son niños que deben ir a colegios especiales: esto es un pensamiento totalmente anticuado y erróneo. Los niños con autismo agradecen, (y les beneficia), enormemente en todos los sentidos integrarse en su vida escolar. Debemos enseñarles a comprender las reglas que rigen el mundo en el que vivimos, el día a día, (y concretamente, su día a día). Y por eso, uno de los mejores valores que podemos enseñar, es el valor de la diversidad, de las diferencias individuales. En la diferencia está lo especial de cada uno. Por eso debemos luchar por una escuela inclusiva siempre que se pueda. Crear un modelo educativo en el que existan los apoyos necesarios para favorecer la inclusión.
- Los niños con autismo están en otro mundo: Esto no es así. Viven en el mismo mundo que cada uno de nosotros, con la única diferencia que su capacidad para procesar todo lo que ocurre en un mundo tan complejo como este, es diferente. Además, a esto le sumamos, su dificultad para comunicarse y entender ciertas situaciones. Por eso, ¿por qué no ponérselo fácil y aumentar nuestra empatía y comprensión para que se sientan mejor?
- Son niños agresivos, que se autolestionan: no es cierto. Los niños con autismo, en ocasiones tienen un umbral de frustración más alto que el de cualquier otra persona, y quizás necesitan más ayuda que otros para orientarles en este tipo de situaciones. Pero nunca debemos pensar que son agresivos. Muchas veces aparecen conductas desafiantes, pero que son totalmente controlables. Podemos ayudar a que ellos mismos entiendan cuando sienten ciertas cosas, para poder canalizar mejor sus emociones.
Aunque creamos lo contrario, o no pensemos en ello, los niños con autismo se enfrentan día a día a obstáculos que debemos tener en cuenta, no solo en su vida, sino en la sociedad en la que vivimos, ya que a veces presentan dificultades para entender cómo se sienten ellos mismos, otras personas, o para comprender el mundo que les rodea.
Lo que puede ser una situación de lo más normal para nosotros, como ir a un centro comercial, para ellos puede suponer un acontecimiento estresante y en el que no se sienten bien. Algunas personas con autismo son sensibles a los estímulos que les rodean. De ahí, que cuando hay demasiados estímulos sensoriales, empiecen a experimentar ansiedad, a ponerse nerviosos y desorientados. Por eso, en ocasiones, los niños tienen berrinches, y debemos entender que no es porque le apetezca llamar la atención, simplemente es que su mente se ha “colapsado” y todo el mundo tiene un límite.
A continuación, adjunto el enlace de un vídeo en el que en un poco más de un minuto, podemos intentar ponernos en la piel de lo que ellos sienten: https://www.youtube.com/watch?v=DSRe-0AWrLE
Después de verlo, podemos reflexionar pensando “¿Qué nos gustaría a nosotros recibir cuando estamos a punto de estallar? ¿Qué reacciones querríamos por parte de otras personas?”
- Es importante mostrar empatía. El cerebro de un niño con autismo, como he dicho anteriormente, esta conectado de forma diferente y en ocasiones puede percibir el mundo como un lugar caótico, causando esto un gran malestar. Por eso es tan importante la concienciación de la sociedad. Para que entiendan lo que significa para ellos ciertos momentos que para nosotros son insignificantes, como ir a un centro comercial, percibir ciertos olores o ruidos (por ejemplo, aquí en Valencia en fallas muchos niños tienen que irse fuera), ver muchas luces a la vez… Se trata de un TRABAJO DE TODOS el ayudar a estos niños a sentirse mejor. Algunas estrategias son:
- Darle tiempo para que procese la información que hay a su alrededor
- No agobiarle cuando tenga un ataque y por supuesto, no juzgar ni a él ni a su familia
- Permitirle crear un espacio de protección y silencio para que se tranquilice
- Intentar aumentar nuestra capacidad de comprensión, y empatizar con el niño en lugar de criticar la situación.
- Para finalizar, y enlazando con el principio del artículo, quería resaltar, desde mi vivencia, que tengo que agradecer muchas cosas a mis niños. Son ellos, los que me enseñan a mí. A valorar las pequeñas cosas, la importancia de una mirada real y limpia, de una palabra sincera, de una sonrisa, de un abrazo verdadero. Me enseñan que cada pequeño logro, es algo grande; que hay que mirar más allá, que lo mejor que les podemos regalar es nuestro tiempo.
Los profesionales que trabajamos con autismo, debemos aprender a comprender no solo sus necesidades, sino la visión de su realidad, de su modo de pensar y actuar. Es como meternos en su mente, en sus juegos y rituales, y no juzgar nada de lo que hace. La teoría de la mente es algo en lo que ellos presentan ciertas dificultades. Por eso, yo he aprendido que nosotros debemos poner en marcha nuestra teoría de la mente para poder entender cómo ven el mundo y ponernos en su lugar.
Todos los días sigo aprendiendo de vosotros. Así que, inmensamente GRACIAS.
“A veces lo que una persona necesita no es una mente brillante que le hable, sino un corazón paciente que le escuche.” (Anónimo)
Virginia Domínguez, Psicóloga en Red Cenit