El estado de alarma provocado por la crisis del Coronavirus ha obligado a estar confinado y ha cambiado la rutina de las personas. El encierro en casa ha provocado que la mayoría de las personas hayan tenido que habituarse a una realidad desconocida. Una situación nueva a la que hay que hacer frente y que tiene sus peligros. Uno de ellos es el conocido como «Síndrome de la cabaña«. Este trastorno es un estado mental que se da en personas que forzosamente viven dentro de espacios estrechos, remotos, aislados o monótonos.
Su nombre original es “cabin fever”(«Síndrome de la cabaña»), y empezó a mencionarse a principios de siglo XX para describir un tipo de estado mental que también se conoce como “locura de pradera” o “locura de montaña”.
El doctor Rosenblatt realizó un estudio en los años 80 con habitantes de Minnesota (un estado rural de inviernos extremos), para conocer cómo se relacionaba este concepto con sus experiencias. Entre la gente que la sufrió o la observó en otros, no hay unanimidad sobre los síntomas exactos ni en qué orden aparecen, comentó Rosenblatt. Los más comunes son una sensación de desasosiego, de sentirse enjaulado, depresión, irritabilidad, soledad, impaciencia, aburrimiento y frustración.
Por otro lado, el aburrimiento y la falta de estímulo pueden desgastar la mente.
El «Síndrome de la cabaña» no está tipificado de forma oficial, pero los expertos reconocen que estos síntomas que se han estudiado y que intentan combatir, en especial en estos momentos, por ejemplo; la irritabilidad o la inquietud e incluso la depresión, se están dando en las personas que lo sufren.
RECOMENDACIONES
Las recomendaciones van encaminadas a intentar en la medida de lo posible y dentro de los límites que establece estar confinado en un domicilio, a recuperar una rutina lo más cotidiana posible. Es decir, intentar llevar una vida ordenada, con una alimentación sana, hacer ejercicio periódicamente tal y como se hacía antes del estado de alarma, hacer planes futuros para cuando vuelva la normalidad, tener contacto con amigos y familiares fuera del núcleo familiar. Aun cuando no puedas ver a gente en persona, se pueden realizar reuniones sociales por videollamada, como cenas virtuales, etc… Esto te ayuda a sentirte conectado con otros.
El mundo virtual tiene innumerables formas de mantenernos comunicados y con fácil acceso a juegos, videos, películas, televisión, noticias y otros tipos de contenido.
En definitiva, representar lo más fielmente posible lo que era un día cotidiano antes del confinamiento, sabiendo que hay evidentes diferencias.
Solo de esta forma estaremos poniendo barreras sobre el «Síndrome de la cabaña». La peligrosidad es evidente, los cuadros más graves provocan depresión. Por eso, os advertimos sobre él en este momento tan especial y animamos a toda la población a ser positivos y mantener la vida y contacto social con nuestro círculo cercano.
Si aun así estos síntomas persisten pónganse es conveniente la intervención de un profesional que nos ayude a canalizar todos nuestros sentimientos negativos. Desde Red Cenit estamos disponibles para cualquier consulta a este respecto.
Raquel Herrero Lladró, Psicóloga Clínica en Red Cenit
Hay un comentario
Cuando me descubrí respondiendo que mi situación no habìa cambiado ante la cuarentena y sus limitaciones, sentí que algo no había estado bien durante mucho tiempo ,Resulta que la inseguridad en la ciudad que habito me quitó, hace tiempo, las ganas de salir y me atrincheré cumpliendo solo con las obligaciones laborales. Vivo esta cuarentena estricta como la continuidad de una realidad previa a la que ya me adapté. No se si mi situación puede enmarcarse en el síndrome que Ustedes describen. Gracias por esta deferencia,