Aún me sigue sorprendiendo cuando estoy realizando el proceso diagnóstico de niños/as con Trastorno del Espectro Autista, el que la familia me diga que no puede ser, porque es muy cariñoso/a. Pero ¿quién dijo que las personas con TEA no puedan ser cariñosas?

Es hora de romper ese falso mito de que son incapaces de sentir o de expresar afecto, porque las personas con TEA son capaces de amar a los demás. Tienen la capacidad de sentir afectos y, como cualquier ser humano, considerado por naturaleza social, requieren del cariño de los demás. Posiblemente la diferencia se encuentre en que su manera de querer, su forma de expresar o demandar afecto es diferente; tienen una manera especial de hacerlo que no es de la forma en la que esperaríamos que fuese.

Es falso que las personas con TEA no tengan sentimientos, aunque sí que puede ser que tengan problemas para expresar sus sentimientos, del mismo modo que presentan dificultades para relacionarse con los demás.

Ya sabemos tienen una manera diferente de pensamiento, por lo que su mente funciona de manera distinta y, junto con su dificultad para comunicarse y sus alteraciones sensoriales, hace que le cueste un poco más comunicar y expresar sus pensamientos y sentimientos llevándonos al error de pensar que no los tienen.
Las personas con TEA, como cualquier persona, tienen sentimientos, aunque la forma de procesarlos es distinta. Estas pueden ser muy intensas y les puede costar identificar, pero ahí están los padres, los familiares, los amigos, los educadores, los terapeutas, etc. para enseñarles a canalizar las emociones, a expresarlas y a compartirlas.

Todo esto ha llevado a dotar a las personas con autismo de falta de empatía, ¿pero realmente hay falta de empatía?

En ocasiones tenemos la percepción de que las personas con TEA tienen dificultades para ponerse en el lugar del otro, en solidarizarse y tener empatía con el resto. Pero no es así por:

  • Su sinceridad: siempre van con la verdad por delante, pero puede que en nuestro mundo sea algo descabellado, ya que estamos muy pendientes de lo que decimos para no ofender a nadie. Las personas con TEA simplemente dicen las cosas tal cual son, (esperando que los demás también hablen de forma clara), y no entienden porqué los demás le damos vueltas para ser socialmente correctos.
  • Su necesidad de cariño: puede que sea diferente a la nuestra. Es decir, las personas necesitamos el contacto físico para demostrar “cariño”, pero puede que ellos no muestren esa necesidad, (hay algunas personas que a veces rechazan el contacto físico).

Las personas con TEA demuestran de muchas formas que el resto de gente les importa. El problema es que quizás no de la forma en que nosotros esperamos o queremos que lo hagan. Así que somos nosotros los que no somos capaces de ponernos en su piel, comprender como se sienten y entender su forma de demostrar su afecto. Porque realmente no son ellos los que deben cambiar, sino este mundo en el que no cabe la diferencia.

Algunos consejos para favorecer la afectividad de los niños con TEA:

  • Hay que ser pacientes e intentar comprender las características del trastorno para poder entenderlos. Es importante aprender y comprender cómo ve el mundo tu hijo/a.
  • Pensar que os quieren, pero no esperéis que os lo hagan saber de la forma a la que estamos acostumbrados.
  • Necesitan saber que estás cerca; necesitan que alguien los vea y conecte con ellos.
  • Es importante prestar atención a sus muestras de afecto, esto te ayudará aprender a reconocer su forma de comunicar sus emociones.
  • Hay que expresarles nuestro afecto adaptándonos a su forma de mostrarlo evitando que se pongan nerviosos con las demostraciones tradicionales.
  • El sentirse queridos les aportara los mismos beneficios que a otros niños/as, aportándoles seguridad y confianza. Eso sí, tendremos que modificar nuestro modo habitual de mostrar afectos.

Lo esencial es invisible a los ojos.” Antoine de Saint-Exupéry

Marian Sirera Conca, Pedagoga. Coordinadora Diagnósticos e Intervención en los Trastornos del Neurodesarrollo en RED CENIT Valencia