Los primeros años de vida en un niño son muy importantes para adquirir aprendizajes, y el lenguaje es uno de los logros más esperados del desarrollo temprano, ya que cumple una función no solamente de comunicación, sino también de socialización, y de autocontrol de la propia conducta.
Las familias juegan un papel fundamental en las primeras fases de la adquisición del lenguaje.
Los padres en el día a día podemos estimular el lenguaje a la hora de las rutinas diarias como el baño, la alimentación, los momento de juego…
En los primeros meses ¿Qué podemos hacer los padres para estimular el lenguaje?
- Organizar el día a nuestro hijo/a. ¿Cómo?
- Procurar crear un horario fijo para las actividades diarias.
- Anunciar y anticipar con palabras lo que vamos a hacer o va a suceder.
- Despertar el deseo de comunicarse. ¿De qué manera?
- Observar y estar atento a las necesidades que tiene nuestro hijo, bien a través de la expresión facial, corporal o gestos.
- Hablar sobre lo que está experimentando, viendo o tocando.
- Crear juegos y situaciones que propicien la comunicación. ¿A través de que juegos?
- Juegos del tipo cú-cú tras, juegos de palmas palmitas o canciones.
- Entregándole un juguete que quiere que le accionemos.
- Estimular el lenguaje comprensivo. ¿Cómo se puede estimular?
- Establecer la relación entre la palabra y el objeto, o la persona y acontecimiento al que nos referimos.
- Amoldar nuestro lenguaje. ¿Cómo hacerlo?
- Hablar de forma clara.
- Utilizar frases sencillas.
- Señalar el objeto correspondiendo a la palabra.
- Hacer una pausa antes de decirle la palabra clave, prolongando la palabra.
- Imitar sus sonidos, emociones, expresiones faciales. ¿Cómo?
- Enseñarle la función de los objetos (tocar un tambor, hablar por teléfono,).
- Realizar acciones sencillas (soplar, dar besos, …).
- A través de canciones sencillas.
- Iniciar conversaciones. ¿De qué manera?
- Buscar su mirada.
- Servirle de modelo y nombrar los objetos que señale nuestro hijo.
Durante el primer año, los padres podemos estimular el lenguaje a través de las siguientes orientaciones:
- Servirles de modelo. ¿De qué manera?
- Nombrar aquellos objetos, alimentos y juguetes que esta manipulando o se encuentra en su vida.
- Señalar en un cuento los objetos que le llamen la atención o ya conoce.
- Crear situaciones comunicativas. ¿Cómo?
- Dedicar ratos exclusivos al niño para jugar o interactuar.
- Dejar que lleve la iniciativa y tenga la oportunidad de elegir los juguetes o la actividad que quiere iniciar.
- Estar atentos a las señales de demanda de juego que vuestro hijo os hace.
- Incorporar verbalizaciones expresivas durante el juego.
- Crear situaciones para fomentar la demanda (proporcionando solo una parte del objeto que desea).
- Colocar fuera de su alcance los objetos.
- Crear situaciones inesperadas y sorprendentes.
- Crear un entorno favorecedor. ¿Cómo podemos ayudar?
- Poner los juguetes a su alcance separándolos para que pueda tomar sus propias decisiones.
- Organizar los juguetes en cajas según sean coches, materiales para pintar, animales, ….
- Crear un espacio tranquilo y cómodo.
- Favorecer momentos de interacción. ¿De que manera podemos hacerlo?
- Observar y escuchar como se comunica nuestro hijo a través de la mirada, un dedo indicador.
- Respetar su silencio y hacerle ver que no tenemos prisa, dejándole tiempo a que responda o actúe a lo que le acabáis de decir.
- Seguir la iniciativa del niño imitando e interpretar sus actos.
- Ayudarle en sus progresos lingüísticos. ¿Cómo?
- Hablarle sobre las acciones que vemos en un libro/cuento o en la vida cotidiana.
- Enseñarle la utilidad de las cosas.
- Mejorar las producciones. ¿Cómo podemos hacerlo?
- Valorar los intentos comunicativos a través de expresiones: “muy bien”, “que bien”, “genial”; para animarlo a continuar.
- Corregirle de manera implícita de manera natural y sin reproches.
- Darle un modelo correcto sin añadir nada nuevo.
- Aportar información nueva repitiendo lo que ha dicho el niño e incorporando algún elemento nuevo.
- Utilizar frases cortas para que nos comprenda mejor.
- Adaptando el vocabulario al nivel del niño.
- Hablarle despacio y pronunciando claramente.
“Ayudar a nuestro hijo a comunicarse y entrar en contacto con su mundo es el mejor regalo que podemos hacerle”.
Andrea Tejedo Vicent, Logopeda y Psicóloga en Red Cenit