Para poder realizar una intervención en el aula con alumnos con TDAH, (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), se recomiendan una serie de pautas que pueden ser de gran utilidad para que el alumno participe más en la dinámica de la clase, esté más atento a las instrucciones del profesorado y se lleve a cabo una supervisión total de su rendimiento.
Es muy recomendable que el centro escolar sea flexible ante las necesidades de estos alumnos, ya que la alteración que presentan en las funciones ejecutivas implica que tengan más dificultad en recuperar lo aprendido anteriormente y así consolidar los aprendizajes y optimizar el rendimiento de lo que saben.
Ellos son capaces de conseguirlo pero para ello requieren más esfuerzo, tiempo y supervisión que los demás.
Es deseable que tanto los profesores como la dirección del centro se impliquen en poner en práctica las adaptaciones necesarias.
Cambios en el ambiente físico de la clase:
- Sentar al niño TDAH cerca del profesor y de la pizarra, y de espaldas a puertas y ventanas para evitar distracciones. Tampoco al lado del profesor, para fomentar su autosuficiencia y socialización.
- Controlar el nivel de distractores y/o estímulos presentes en el aula.
- Habilitar una zona de trabajo en altura, (en taburete alto). Así se moverán menos y harán menos ruido.
- Proporcionar espacios para hablar en voz alta.
- Seleccionar a compañeros de trabajo y a alumnos que sean tranquilos y asertivos para que puedan servir de modelo.
Cambios en la metodología de la clase:
- Cambiar la demanda en las tareas: reducir la duración de la misma (dar menos) o desglosarla (dar lo mismo pero poco a poco, encajándolo en su pauta de atención)
- Puntuar el trabajo realizado, no la exactitud. Mandar para casa si no se acaba no es una solución, porque el punto de rendimiento está dentro de clase no en casa.
- Establecer más pausas. Permitir combinar el trabajo con un mayor movimiento físico.
- Permitir un tiempo extra con las tareas diarias y exámenes.
- Reducir el número de tareas para casa.
- No exponerlo en clase a situaciones donde no pueda responder académicamente y favorecer las respuestas positivas para estimular su autoestima.
- Mandarle recados con frecuencia tras una actitud correcta, lo que creará una motivación para terminar sus tareas a tiempo y generará en él un sentimiento de reconocimiento de su maestro.
- Ofrecerle un cargo de responsabilidad que le permita el movimiento (repartir fichas, borrar pizarra…)
- Las normas serán claras y sencillas, muy visuales de modo que le recuerden con un golpe de vista lo que tiene que realizar.
- Priorizar las tareas que requieran mayor esfuerzo mental por la mañana, y las tareas menos pesadas por la tarde.
- Enseñanza de pequeñas estrategias de organización/planificación o memorización
Cambios en los Patrones de Comunicación:
- Utilizar pistas visuales pactadas con él de antemano para llamar su atención o para conseguir un mayor nivel de atención y concentración (busque la mirada del alumno durante la instrucción, guíñele un ojo cuando levante la vista de su trabajo).
- Hacer preguntas frecuentes, ofreciendo retroalimentación inmediata de sus respuestas. Repetir las cosas más veces.
- Para prevenir la impulsividad, dotar al niño de una tarjeta de “pedir ayuda”, después de haberlo hablado con él previamente, la mostrará al profesor o la pondrá boca-arriba para que éste acuda a su ayuda en el momento oportuno.
- Obtener la atención del niño antes y durante la instrucción. Para ello se aconseja sostener el contacto visual con el alumno así como utilizar frases cortas, claras y con construcciones sencillas (evitar dar varias premisas).
- Premiar, alentar, aprobar y asistir más que corregir y castigar. Es preferible usar refuerzos positivos y coste de respuesta antes que la aplicación de castigos, los cuales deberán ser acordes al hecho en cuestión. Un sistema de fichas es muy efectivo con éste tipo de niños.
- Realizar una revisión diaria de la agenda para comprobar que ha apuntado sus deberes, y está al corriente de las fechas de trabajos, excursiones, etc., además de utilizarla como una herramienta de comunicación positiva entre la escuela y la familia.
Omar Ferri, es psicopedagogo y terapeuta en Red Cenit