Comienzan Las Fallas en Valencia y no todos las disfrutan por igual. Algunos viven esta fiesta con un miedo tremendo a los ruidos de los petardos, masclets y fuegos artificiales, evitando salir de casa.
Desde Red Cenit animamos a todos aquellos que sufren este problema a que busquen ayuda, ya que se puede superar. Os explicamos por qué ocurre y cuál es el tratamiento más eficaz.

¿Qué es la Ligirofobia?

La ligirofobia es un miedo irracional a ruidos fuertes, agudos, normalmente repentinos, como los de las explosiones. Las personas que sufren esta fobia no pueden soportar el estallido de un globo, de petardos, cohetes, etc. Dependiendo de la intensidad de la fobia, ni siquiera pueden estar en presencia de globos hinchados por temor a que exploten.

A pesar de que es una fobia frecuente, no es muy conocida porque quien la padece puede hacer una vida normal. Pero en las épocas en que estos estímulos están presentes como por ejemplo Las Fallas de Valencia, las personas que la padecen experimentan un temor constante ante la posibilidad de encontrarse en la situación que les produce este miedo irracional.

¿Cuáles son sus síntomas?

Los síntomas habituales varían según la gravedad del caso, pero la mayoría de las personas con ligirofobia experimentan sentimientos de ansiedad; se pone en marcha todo un conjunto de respuestas fisiológicas características de un aumento de la actividad del SNA (Sistema nervioso autónomo), tales como aumento en la tasa cardíaca y respiratoria; sudoración; inhibición de la salivación; contracciones estomacales; náuseas; diarrea; elevación de la tensión arterial, etc.

En el plano cognitivo o subjetivo el individuo puede desplegar toda una serie de creencias sobre la situación temida y sobre su capacidad para afrontarla, así como un amplio conjunto de interpretaciones subjetivas acerca de sus reacciones fisiológicas. Finalmente, a nivel motor la reacción más frecuente puede ser abandonar la situación temida lo más rápidamente posible y tratar de evitarla en el futuro.

¿Cuál es la Causa?

Una de las causas posibles por las que surge una fobia específica como es la ligirofobia, es que la persona haya tenido en su infancia una experiencia traumática a la que después asocia el elemento que le causa temor. La asociación puede ser directa o indirecta. Es directa cuando ha sido ese elemento la causa que desemboca en una fobia. En cambio, es una asociación indirecta cuando el miedo aparece sin estar asociado directamente.

Aunque cualquier persona sometida a un determinado estimulo no tiene porque desarrollar una fobia, es necesaria cierta predisposición genética para desencadenarlas. De hecho podemos observar que los hijos repiten fobias de los padres. Sin embargo, no necesariamente se trata de herencia genética, sino que simplemente puede tratarse de un comportamiento aprendido.

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento más eficaz para esta fobia es el del enfoque cognitivo-conductual. Por lo tanto desde este enfoque el tratamiento es la exposición.

El procedimiento habitual seria:

1. El paciente se compromete a mantenerse en la situación de exposición hasta que la ansiedad desaparezca y no escapar de la situación durante el tratamiento.

2. Se anima al paciente a aproximarse al estímulo fóbico lo máximo posible y a mantenerse hasta que la ansiedad disminuya o desaparezca por completo.

3. Cuando la ansiedad disminuye se le insta al paciente a que se aproxime más al estímulo fóbico, a que permanezca hasta que disminuya la ansiedad, y a que se vaya acercando lo máximo posible.

4. La sesión de terapia termina únicamente cuando el nivel de ansiedad se ha reducido un 50% del valor más alto, o cuando ha desaparecido por completo.

Esta exposición se realiza de manera gradual por lo que se comienza con estímulos que nos produzcan menos ansiedad, por ejemplo; ruidos fuertes, globos etc… Hasta que finalmente terminaremos exponiéndonos al objeto temido, en este caso los petardos.

La exposición debe acompañarse de relajación como respuesta antagónica.

Finalmente, si usted padece este miedo intenso a los ruidos fuertes, petardos etc…, lo más importante es pedir ayuda. Acudir a centros especializados, como es el caso de Red Cenit, y comenzar con un tratamiento de forma gradual, podrá hacer que la persona pueda vivir la experiencia de Las Fallas de un modo totalmente diferente y satisfactorio.

Raquel Herrero, psicóloga y terapeuta en Red Cenit