Desde Red Cenit, dadas las circunstancias de los últimos acontecimientos, hoy vamos a hablar de dos conceptos que están resonando bastante en los últimos días: RESISTENCIA Y RESILIENCIA. De este modo, en las próximas líneas vamos a reflexionar sobre la capacidad del ser humano a ser resistente y la capacidad del ser humano a ser resiliente.
En primer lugar, haremos una breve definición de ambos conceptos.
La resistencia vendría a ser la capacidad física que posee un ser humano para soportar durante un tiempo una determinada fuerza ejercida por algún agente o elemento externo. Si lo relacionamos con el momento actual, si la fuerza ejercida de este fenómeno pandémico supera la capacidad de aguante de los seres humanos, pueden acabar rompiéndose, determinando su grado de nivel de resistencia máxima.
Por otro lado, sería la resiliencia la que da la capacidad a este mismo ser humano de adaptarse y superar esta la situación del fenómeno pandémico que se está sufriendo, que puede estar en su nivel máximo de resistencia.
Para resumir, el ser resistentes es lo que nos hace aguantar en relación a nuestro “nuevo entorno”; una nueva forma de vivir sin llegar a rompernos; y la resiliencia es la capacidad de recuperación cuando nos ha llegado a romper.
Entonces, podremos decir, desde un pensamiento positivo, que si nuestra resistencia a que esta pandemia no nos supere y no nos rompa y podamos sacar conclusiones positivas de este confinamiento, hará que nuestra capacidad de superar la adversidad que estamos viviendo, y que llegará a su fin, podremos superarla y recuperarnos de la mejor de las maneras.
Así bien, es importante hacernos algunas preguntas clave sobre esto; ¿Qué es lo que me hace luchar cada día en esta nueva situación que nos ha tocado vivir? ¿Cómo puedo llevar la situación de una forma que me impulse a seguir luchando cada día?
Seguramente las respuesta serán variadas, pero sería alentador, y estoy segura que así será, que tuviese un común denominador: el amor que sentimos por nuestras familias y las ganas de seguir aportando a la sociedad nuestro granito de arena, que hacen que unos seamos porque el otro es, es decir que TODOS de alguna forma estamos relacionados y estamos interconectados en este mundo; que hay una necesidad de relación humana que está por encima de TODO, y que esta pandemia ha reflejado entre otras muchas cosas devastadoras y que quitan el aliento, otras, que nos han hecho compartir con las personas desconocidas la mejor de nuestras sonrisas, la mejor de nuestras virtudes que tanto hacían falta, el apoyo de los unos con los otros de forma incondicional y la gran lección: TODOS SOMOS IGUALES, TODOS TENEMOS LOS MISMOS DERECHOS Y LAS MISMAS OBLIGACIONES SIN TENER EN CUENTA NINGÚN TIPO DE CONDICIÓN HUMANA.
Hoy, todos nos sentimos desde nuestros hogares en cualquier parte del mundo como una gran FAMILIA que resiste a esta pandemia y que será resiliente viendo que seguimos unidos y que tenemos muchas razones por las que luchar.
Así entonces, la conexión existente entre estos dos términos, es que la resiliencia solamente podrá darse en caso de que la resistencia no haya sido suficiente y que por tanto no hayamos sido capaces de hacer frente a la presión de esta pandemia a la que nos hemos vemos expuestos.
Por ello, si las respuestas a estas preguntas clave siguen siendo para cada uno de nosotros las que he mencionado anteriormente y que tiene un común denominador que es el amor a la familia (entendiendo familia como todos los seres humanos del mundo), la aportación a la sociedad, nuestra contribución a la humanidad, etc., nos damos cuenta que tenemos la respuesta a que vamos a ser resistentes porque esto nos mantiene unidos y mirando en la misma dirección; entonces, será suficiente, no nos romperemos como sociedad; y lo que se haya roto nos enseñara a afrontar otras posibles situaciones futuras desconocidas y será superado con resiliencia, adaptándonos y apoyándonos unos con los otros, desde el AMOR Y LA INCONDICIONALIDAD, teniendo en cuenta que “YO SOY EN FUNCIÓN DE LO QUE TODAS LAS PERSONAS SOMOS”.
Desde Red Cenit, queremos animaros y dar aliento a TODOS en esta nueva situación que seguramente nos está enseñando cosas de nosotros mismos que no sabíamos, y con las que saldremos reconfortados; además, daros las GRACIAS por todo el esfuerzo y los pequeños granitos de arena que estáis aportando a la sociedad.
MUCHÍSIMAS GRACIAS a:
- las personas que tienen que salir a trabajar para cuidar a los enfermos y dar lo mejor cada día de ell@s
- las personas que está en el campo recolectando alimentos
- las personas que nos abastecen con alimentos todos los días, dejando a sus familias en casa
- las personas que cuidan de los mayores en residencias y a las que no pueden visitar sus familiares pero que son grandes familias
- las personas que desde sus casas o trabajos está realizando materiales necesarios para evitar los contagios de forma altruista para salvar vidas
- las personas que envían, recaudan bienes económicos desde cualquier parte del mundo
- las personas que continúan cuidando de las personas que más lo necesitan y son vulnerables
- las personas que salen a la calle para llevar alimentos a otr@s
- las personas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que velan por nuestro bienestar, que hacen las normas de seguridad más amenas desde las calles con algunas canciones, y que alientan a los más pequeños a estar en casa de la mejor de las maneras
- las personas que siguen ejerciendo de maestros y profesores por las redes dando lo mejor de ell@s en un contexto nuevo de enseñanza-aprendizaje
- las personas que van a las casas de los demás a servirles porque no pueden hacerlo por ellas mism@s y hacen que se sientan más acompañadas
- las personas que piensan en los más vulnerables y ofrecen cobijo a las personas sin hogar
- las personas que dirigen las leyes de la mejor forma que saben o pueden y a los que la situación les ha venido grande, como a todos
- las personas que ofrecen sus mínimos recursos desde sus hogares
- las personas que cantan, las personas que bailan, las personas que dibujan, las personas que actúan, las personas que escriben y las personas que leen
- las personas de los medios de comunicación que siguen dando lo mejor de ellos mismos pese a todo lo que pueden ver de primera mano
- las personas que cumplen todas las normas de higiene en cada establecimiento que pisan
- las personas que piensan formas de paliar esta pandemia y estudian día y noche para una cura
- las personas que ves desde el balcón con sus mascotas y te saludan
- las personas que tienen la necesidad de dar un paseo y te dan la mejor de las sonrisas con su búsqueda de contacto social
- las personas que nos traen agua caliente a las casas, las personas que nos suministran la electricidad
- las personas que limpian el planeta tierra, desde las calles hasta los baños de nuestros hospitales
- las personas que meditan, las personas que rezan, las personas que ponen su toque de humor en vídeos virales y que nos sacan sonrisas
- las personas que hacen videollamadas y hacen nuestro confinamiento más ameno
- las personas que se preocupan de nuestro cuerpo y mente dotándonos de recursos para seguir desde nuestras casas haciendo más llevadera la estancia
- las personas que trabajan en los servicios públicos de transporte haciendo que otros después de su jornada laboral puedan llegar a sus casa a salvo
- las personas que comparten sus conocimientos en todos los niveles por las redes sociales para poder estar más entretenidos y hace más accesible el conocimiento y seguir formándonos en cualquiera de las ramas que queramos
- las personas que están esperando a que todo pase y son pacientes
Gracias a todos y disculparme si no he mencionado a alguien; y, sobre todo, GRACIAS A TI QUE ESTÁS LEYENDO ESTO, POR COMPARTIRNOS Y SEGUIRNOS!!
PORQUE SOMOS PARTE DE UNA GRAN FAMILIA; y puedes contar con nosotro@s hoy y siempre.
“La creencia es un enlace universal de compartir que conecta a toda la humanidad”
Vanessa Civera, pedagoga y terapeuta en RED CENIT
Hay un comentario
Mil gracias por esta aportación. Me sensibiliza a vivir más plenamente la gratitud, a no regatear la sonrisa, ni las oraciones encomendado a todos los que por fuera y por amor salen a alas calles.