Como ya he comentado en otras ocasiones, las familias de Red Cenit son la clave para el desarrollo de nuestros pequeños grandes héroes, por lo que su implicación para el proceso y el progreso de la intervención global del autismo, es importantísima.
Hace unos meses, conocía la mamá de M, una persona que de primeras resultó poco accesible cuando aompañaba a su hijo con autismo en las sesiones de terapia. Ella aún estaba en su propio proceso: asimilando el diagnóstico de su hijo.
Pasaban las semanas, nos coordinamos con el colegio y la evolución del niño fue positiva, pero aún así, había algo que en mi modo de ver no fluía. Muy a mi pesar sentía que no había una conexión con la mamá de M.
Poco a poco , empezó a cambiar. Empezó a compartirnos situaciones de su vida diaria, cómo ella lo estaba gestionando, y de repente vimos que la mamá de M. estaba totalmente sincronizada con su hijo. Había analizado sus preferencias y se movía entorno a ello donde las respuestas de M. cada día eran más recíprocas y la interacción fluía de forma distinta.
Aquí, empezó todo a brillar. La veíamos más segura de cada uno de los pasos en los que acompañaba a su hijo con autismo. Empezó a poder verbalizar cómo se había sentido cuando conoció el diagnóstico de autismo, y a preguntar que tenía que cambiar para ayudar a su hijo.
Le recordábamos que ella era la mamá y por tanto la experta de su hijo. La que lo acompañaba las 24 horas.
El cambio fue de más de 180 grados.
En cada una de sus rutinas diarias había aprendizajes; desde las potencialidades de M, sobre todo con la música, ha sido su madre la que le ha enseñado más canciones y gracias a ellas, él comenzó a despegar verbalmente. ¡Recuerdo tantos momentos compartidos cantando en las sesiones!
Es complicado expresar con palabras lo que esta mamá y su hijo me han enseñado. Son estos momentos los que me hacen agradecer formar parte de este mundo y das gracias por poder acompañar, siempre desde el respeto, a las familias.
Nadie mejor que la mamá de M. puede contar su vivencia y la ha titulado “VOLVER A NACER”.
Cada una de las palabras de este mini relato es auténtica y especial, y estoy muy orgullosa de que haya sabido expresarlo de una forma tan bonita.
No he conocido a una madre más implicada. Ella ha hecho que en poco tiempo su hijo vaya como un rayo.
Me llevo en el corazón todas las conversaciones que hemos tenido sobre aprender a vivir en el aquí y en el ahora. Porque mañana nadie sabe si existirá.
Os dejo a continuación su relato. Con todos mis respetos y admiración.
VOLVER A NACER
“Ahí estaba yo, sin saber qué hacer con un diagnóstico de TEA en mis manos. De repente mi hijo se medía en porcentajes, gráficos y tecnicismos que yo ni siquiera conocía. Le recogí del colegio y fuimos a casa, a las rutinas de siempre, y una vez dormido, lloré, lloré muchísimo y le abracé como nunca antes mientras dormía.
Tómate tu tiempo, asume, llora todo lo que necesites, fueron las primeras palabras que me dijeron al compartir la noticia con una terapeuta amiga, y ése fue mi despertar! Apenas habían pasado 24h, NO, le dije, no tengo porqué llorar, no soy yo la que necesita ayuda, y llorar me impide pensar, tengo la fortuna de tener un hijo maravilloso que necesita mi ayuda, ¿qué tengo que hacer?…
Fue así como entré de cabeza, y sin frenos al maravilloso mundo de la Neurodivergencia!!
A aprender muchísimo, a conocer mejor a mi hijo, a ver el mundo con otros ojos, a pintar un arco iris en todo, a entender, y aceptar que no siempre las cosas pueden ser como hemos imaginado, porque como padres uno quiere lo mejor para sus hijos, pero si tu hijo ama mojarse bajo la lluvia aunque exista el riesgo de que coja una neumonía, tú simplemente te mojas con él bajo la lluvia porque es lo que le hace feliz.
No es un camino fácil, pero se puede con la ayuda necesaria. Nosotros hemos tenido la suerte de encontrar un gran equipo, y la evolución de mi hijo ha sido brutal. También me he convertido en la mamá de los mil recursos! Buscando siempre el que mejor se adapte a cómo funciona su mundo interior.
Existen días muy malos, pero también días muy buenos; y los días malos pasan, y puedo asegurar que cada pequeño avance nos hace sentir como si tocáramos la luna, porque esto es así.
Es importante dejarse guiar, participar, apoyarse en la pareja, la familia, pero sobre todo, abrir el corazón y la mente pues aunque creemos que no, somos el espejo en el que ellos se miran.
Luego llega la etapa Zen como la llamo yo, y es en la que estamos, de calma dentro de nuestro mundo «arco iris» donde ya no tienes que correr, donde ya se sabe las rutinas, y donde esa maraña que tenías en la cabeza al principio de todo se convierte en una cuerda y sólo tienes que seguir tirando….
Y confieso que aprendes, te cambia la forma de ver la vida, te vuelves más consciente, más humana, más empática, conoces a tu hijo desde otra perspectiva, pero sobretodo lo AMAS más que nunca. “
Para concluir me gustaría comentar que cada familia tiene su tiempo de asimilar un diagnóstico y escucharlo es un desafío para la percepción de las familias. Por ello quisiera deciros que estamos aquí para lo que necesiteis; que os tomeis vuestro tiempo para compartir lo que sentís.
No hay juicios y solo vosotros sois expertos en vuestro hij@s. Cuando nos compartís vuestro día a día, vuestras necesidades, vuestras preocupaciones, podemos hacer equipo y remar en una misma dirección y con una fuerza mayor. Y sobre todo, GRACIAS por dejarnos formar parte de ello.
A ti mamá de M. y M.; Gracias infinitas por todo. Allí dónde estéis todo irá bien, por la fuerza y el coraje de ambos, y yo, desde aquí, seguiré vuestros pasos. Como ya sabeis os echo de menos. Gracias mamá de M. por ser tan autentica.
“LA FORTALEZA Y EL CORAJE DE UNA MAMÁ CONTRIBUYEN A QUE TODO A NUESTRO ALREDEDOR SE TRASNFORME”
Vanessa Civera, pedagoga y terapeuta en RED CENIT