A nuestro centro llegan niños que presentan dificultades de aprendizaje que perjudican no solo a su desarrollo en la adquisición de contenidos y destrezas, sino que llegan a afectarles causando sentimientos de baja autoestima y frustración.
Niños con dislexia que presentan grandes dificultades para dominar la lectura y por lo tanto para comprender lo que leen;
Niños con problemas en gramática causados por una disortografía o afectados por una discalculia que les dificulta gravemente el dominio y comprensión de la aritmética.
Todos sienten gran impotencia a la hora de enfrentarse a tareas que requieren destrezas que ellos no consiguen dominar.
No olvidemos que realmente las dificultades de aprendizaje en estas áreas tienen una base neuronal, y decimos esto porque son las diferentes áreas del cerebro las que están implicadas en la adquisición de dichas destrezas. No se debe a una falta de inteligencia ni mucho menos, sino a una forma de procesar la información diferente.
Para entenderlo mejor vamos a conocer la relación entre las dificultades de aprendizaje y las diferentes áreas del cerebro:
- Corteza prefontal: se relaciona con la planificación, con el control de impulsos y la capacidad para resolver problemas, por lo tanto, afecta directamente al aprendizaje.
- Lóbulo temporal (Área de Wernicke y Giro Angular): implicados con la memoria verbal y por tanto con el correcto desarrollo del lenguaje, por ello se asocia esta alteración con la dislexia.
- Lóbulo parietal: afecta a la habilidad viso-espacial y pensamiento abstracto, relacionándose directamente con la discalculia que como hemos dicho afecta al aprendizaje en el área de las matemáticas.
- Lóbulo occipital: es el encargado de procesar y discriminar la información visual, pudiendo causar problemas en la lectura y escritura.
- Cerebelo: interviene en el aprendizaje procedimental es decir en la adquisición, almacenamiento y recuperación eficaz de la información que tiene que ver con el desempeño de diversas habilidades y tareas motoras, dando lugar a la disgrafía.
- Cuerpo calloso: esta parte une los dos hemisferios, facilitando por tanto el intercambio de información entre ellos. Un mal funcionamiento puede dar lugar a que diche información no se integra correctamente, dando lugar a problemas de fluidez en la lectura o escritura
En la actualidad el desarrollo de tecnologías como la neuroimagen (FMRI, PET y ERP), nos permiten valorar el funcionamiento de las redes neuronales implicadas en las diferentes destrezas de aprendizaje. Cabe recordar que en nuestro cerebro se conjugan impulsos (física), y diferentes neurotransmisores (química), y que mediante estas pruebas podemos valorar el correcto funcionamiento electro-químico en el cerebro.
Por otro lado una serie de pruebas estandarizadas y cuestionarios nos permitirán medir la capacidad de atención, lectura, escritura, nominación, velocidad de procesamiento entre otras para poder establecer un correcto diagnóstico.
Ante cualquier sospecha, una detección precoz nos permitirá intervenir con mayor éxito. Por lo tanto, en caso de dudas, os aconsejo visitar la consulta del Neuropediatra para que establezca las pruebas pertinentes. Además, se debe contar con profesionales en ámbitos como la Pedagogía o Psicología para que evalúen y establezcan un diagnóstico.
Esto nos ayudará a sentar las bases de la intervención, que siempre será personalizada en base a las dificultades detectadas, contando además con la colaboración de diferentes especialistas para realizar un abordaje multidisciplinar que permita incrementar la capacidad de aprendizaje en el mayor número de dominios posibles, mejorar el estado emocional y ofrecer a los padres orientaciones psico-educativas con el objetivo de consolidar la eficacia de la intervención.
Amparo Ibáñez Orrico, es pedagoga en Red Cenit


