Los próximos días 3 y 4 de marzo de 2017 estaremos un año más presentando las últimas investigaciones que hemos realizado en Red Cenit. La cita tendrá lugar en el XIX Congreso Internacional de Actualización en Trastornos del Neurodesarrollo.

Una de nuestras premisas es estar a la vanguardia aplicando las mejores pruebas de diagnóstico y utilizando los mejores programas de intervención. Para que esto se pueda llevar a cabo es necesario estar el día en las últimas investigaciones y a la vez, ser capaces de poder validar nuestros propios tratamientos con el fin de mejorarlos.

Uno de los trabajos que expondremos trata sobre el “Estudio de la ansiedad estado-rasgo en el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad”. En este estudio se comparan las puntuaciones obtenidas en un cuestionario de ansiedad realizado a niños que tienen TDAH con niños que no lo tienen. Después de aplicar los cuestionarios y analizar los resultados, podemos destacar que los niños con TDAH tiene mayores puntuaciones de ansiedad que los niños que no tienen TDAH. Uno de los aspectos a remarcar es que la ansiedad no debe ser considerada siempre como una patología que va unida siempre al TDAH, sino como un síntoma propio del trastorno o asociado muy  frecuentemente. Esto nos ayuda a arrojar más luz sobre los problemas emocionales asociados a los niños con TDAH y poder, así, diseñar programas de intervención más adaptados y enfocados a tratar los síntomas individuales de cada niño.

 

Por otro lado, presentaremos otro trabajo sobre “Comparación  entre el diagnóstico del TDAH  con el DSM-5 y la batería neuropsicológica de las funciones ejecutivas”. En él comparamos la validez del diagnóstico del TDAH, mediante una batería de evaluación neuropsicológica de la atención, memoria de trabajo, impulsividad, control inhibitorio, flexibilidad etc., con los criterios diagnósticos del manual DSM-5.
Los resultados de nuestra investigación demostraron que una evaluación neuropsicológica de las funciones ejecutivas, (memoria, atención, flexibilidad, control inhibitorio), para determinar cual de ellas esta afectada, ofrece una visión más amplia del trastorno y ofrece un abanico extenso de posibilidad para el tratamiento, ya que arroja más luz sobre los mecanismos que están afectados pudiendo adaptar la intervención a las necesidades y a las disfunciones que presenta cada niño de forma particular.
En nuestro estudio podemos confirmar que los criterios del manual diagnostico DSM-5 son de utilidad para hacer un cribado preliminar, ya que un buen diagnóstico está basado en una exhaustiva evaluación neuropsicológica de las Funciones Cerebrales Superiores y de la evaluación de la presencia de trastornos asociados.
Por lo tanto, la definición del trastorno se debe realizar por la evaluación específica de la atención y de los mecanismos de control inhibitorio y por ello, es necesaria una evaluación neuropsicológica exhaustiva.

Es importante destacar que la evaluación neuropsicológica nos ayuda a tener más información sobre los déficits específicos que presenta cada niño. De esta forma nos abre paso a realizar una intervención clínica más concreta. También, los resultados de estas pruebas, ayudan a los familiares del niño a entender mejor sus síntomas, reducir la incertidumbre, calmar la ansiedad sobre el comportamiento del niño y, en definitiva, ofrecer herramientas de tratamiento global e integrado tanto a los familiares como al niño.

Como padres, si  sospechan y/o han observado algún tipo de sintomatología especifica en sus hijos, contacte con un centro especializado donde le realicen los mejores estudios diagnósticos avalados, así como los más adecuados programas de intervención.

Olivia Caloca, psicóloga y terapeuta en Red Cenit Valencia