Ir a la peluquería puede parecer una actividad sencilla y ocasional en nuestra vida; sin embargo, para un niño autista cortarse el pelo puede ser una experiencia aterradora y traumática.
“¡Es imposible!, tenemos que cogerle entre dos y tres personas para conseguir cortarle el pelo”
“No podemos pasar por una calle porque cuando ve la peluquería, sale huyendo”
“Ese momento es horrible para todos, se pone muy nervioso, llora, grita y pataleta, ¡no sabemos qué más hacer!”
“Esta semana tenemos peluquería y ya estoy sufriendo por cómo va a reaccionar”
Estos son algunos de los testimonios y preocupaciones que nuestras familias refieren con bastante frecuencia cuando acuden al Servicio de Terapia Ocupacional de Red Cenit. Esto les genera un gran impacto en el desempeño diario del niño.
Por lo tanto, en el artículo de hoy, he considerado necesario ofrecer información a aquellas familias que están pasando por una situación similar.
Recordamos que toda conducta tiene un antecedente y que debe ser analizada desde diferentes perspectivas:
- ¿Mi hijo puede o sabe expresar su desagrado por esta actividad?
- ¿Mi hijo comprende la situación?
- ¿Mi hijo ha vivido experiencias previas negativas en cuanto a dicha actividad?
- ¿Conocemos el procesamiento sensorial de nuestro hijo?
- ¿Somos conscientes de la cantidad de estímulos sensoriales que mi hijo tiene que tolerar e integrar adecuadamente para que se lleve a cabo dicha actividad en un entorno como la peluquería?
Maleri Thomas, de la Sociedad Nacional de Autistas Cymru, dijo: “Los niños y jóvenes autistas a menudo pueden encontrar que el corte de pelo es extremadamente angustiante debido a los desafíos sensoriales asociados con la condición”
¿Qué estrategias podemos seguir para evitar conductas desajustadas cuando un niño con autismo se tiene que cortar el pelo?
- Conocer previamente el perfil sensorial del niño antes de ir a la peluquería, ya que conocer cómo procesa, registra y responder a la información sensorial de su entorno y de su propio cuerpo, nos facilitará saber la mejor forma para ayudarle. Para ello, acudir a un Terapeuta Ocupacional especializado en Integración Sensorial, será necesario para poder evaluar y ofrecer pautas más ajustadas a las necesidades sensoriales del niño.
- Jugar e interactuar con objetos que se van a utilizar en la peluquería hasta que los tolere adecuadamente a través de una desensibilización sistemática y progresiva, que permitirá la familiaridad de las sensaciones cuando sean percibidas, y, por tanto, menos desagradables cuando se expongan a ellas. Es importante que este punto sea siempre bajo supervisión de un profesional cualificado, ya que, si no se realiza de manera adecuada, puede generar un comportamiento de evitación y rechazo hacia la actividad.
- Facilitar un objeto de apego o de regulación personal que el niño pueda utilizar cuando se sienta más nervioso. Este objeto dependerá de las preferencias sensoriales del niño y de aquello que más le relaja.
Si el niño se encuentra ante una situación que le genere un estado de alerta alto, dificultará la integración adecuada de los estímulos sensoriales a los que se va a exponer en dicha situación, y, por tanto, no tendrá una conducta adaptada. - Utilizar en todo momento la principal forma de comunicación de la persona, ya sea el lenguaje oral o un SAAC, ya que si nosotros podemos expresar lo que nos gusta o nos desagrada, ellos también deben tener la oportunidad de hacerlo, y tener la tranquilidad que pueden expresar lo que sienten.
- Anticipar al niño lo que va a ocurrir durante la actividad, así como todos los pasos que se van a llevar a cabo cuando le corten el pelo. A todos nos gusta saber cómo, dónde y cuándo va a ocurrir una situación nueva que nos genera intranquilidad.
- Ver vídeos o leer cuentos sobre cómo transcurre un corte de pelo en una peluquería puede facilitar la realización de esta actividad. Sin embargo, una de las estrategias que funcionan muy bien, son las historias sociales o apoyos visuales, a través de fotos o pictogramas.
- Practicar en casa lo que va a ocurrir en el establecimiento o peluquería (sentarse, colocar la toalla, tocar el pelo, aproximar tijeras, etc.). Siempre respetando el ritmo y necesidades del niño.
- Si la actividad se va a llevar a cabo en un establecimiento o peluquería, se recomienda ajustar el entorno: visitar previamente el lugar, permitir que el niño conozca a la persona que va a ejecutar la acción, ajustar las luces si es necesario y elegir días y horas en las que hay menos gente para que el ruido ambiental sea menor…etc.
- Los sistemas de refuerzo positivo y reforzadores, puede ser de gran ayuda.
- Es muy importante que la próxima experiencia en la peluquería o realizando cualquier otra actividad sea lo más positiva posible.
Si a través de estos consejos habéis superado el reto del corte de pelo para niños con TEA, es hora de celebrarlo.
Si, por el contrario, sigue siendo difícil, no pasa nada. Sigue intentándolo y no dudes en contactar y comunicarlo a su Terapeuta Ocupacional, ya que cada niño lleva su proceso e identificar correctamente la base de la dificultad es esencial para establecer el método de intervención más adecuado.
¡ÁNIMO!
Andrea Pérez Ludeña, es Terapeuta Ocupacional en Red Cenit Valencia
Hay varios 2 comentarios
El niño no deja que le corten el pelo llora,grita,patea etc quiero saber que puedo haver gracias
El niño no deja que le corten el pelo patea,llora,y hace un berrinchequisiera saver si tiene algun consrjo para ello gracias