Hoy hablaremos sobre una práctica sencilla, pero que tiene implicaciones importantes para el desarrollo de cualquier niño pequeño: que sus padres se vayan sin despedirse de él, o sea, que salgan a escondidas para que el niño no vea que se marchan y así no llore.

Si también dudas entre el llanto o despedirse, te anticipamos la pauta que sugerimos: despídete siempre de tu hijo, aunque llore cuando te vayas.

En la práctica clínica es posible retomar lo aspectos teóricos que hemos estudiado desde las dudas prácticas planteadas por los padres.

Una duda recurrente entre padres de niños de hasta 3 años es si irse sin despedirse de sus hijos. Lo hacen para lograr el menor sufrimiento posible del niño, dado que cuando se despiden estos lloran muchísimo, con alta intensidad y tardan mucho en calmarse. La lógica de los padres para solucionar este conflicto es comprensible. De hecho, se previene que los niños lloren cada mañana cuando uno de los padres sale a trabajar. Sin embargo, notamos que estos niños una vez estén sus padres presentes, se aferran a ellos, lo que incluso dificulta el trabajo del terapeuta o de la educadora en la guardería.

Esos síntomas de ansiedad ante la separación ocurren porque los pequeños intentan organizar su entorno tan imprevisible derivando algún tipo de «norma interna» de cómo funciona su ambiente: «mi padre desaparece sin más, así que cuando está conmigo me aferro a él». Este patrón de conducta retoma la teoría que nosotros, profesionales de la educación, estudiamos: las aportaciones de la Teoría del Apego sobre el desarrollo infantil.

No detallaremos los distintos tipos de apego (ver texto: Vínculo entre padres e hijos ¿es tan importante el vínculo con mi hij@ ante un trastorno como el TDAH?), pero en el caso descrito, estaríamos fomentando un apego inseguro en nuestros niños. Uno de los productos del apego inseguro es una dificultad para explorar su entorno, una tendencia defensiva del niño, una ansiedad extrema por separarse de sus padres ya que no sabe si se irán sin más en el momento siguiente. Claramente, prevenir el malestar que sentimos al escuchar su llanto al irnos, no compensa los sentimientos aún más negativos, duraderos y limitantes que podemos incitar en nuestros pequeños: inseguridad, ansiedad, pasividad.

Desde Red Cenit fomentamos que los padres comprendan cómo funciona y las ventajas de una educación positiva, basada en la consistencia, que a su vez lleva a la previsibilidad, que es la base de la estabilidad emocional y que a su vez permite la exploración, la autonomía y el aprendizaje.

            «A quien amas, dale alas para volar, raíces para volver y motivos para quedarse», Dalai Lama

Naiara Minto de Sousa es psicóloga y colaboradora en Red Cenit