Es notorio que el TDAH presenta alta comorbilidad con diversos trastornos: ansiedad, trastornos de conducta, trastornos del sueño, dificultades de aprendizaje, entre otros. En un 40-80 % de los casos el TDAH se muestra asociado a otros trastornos (Wilens et al., 2002). Así que apenas uno de cada tres niños diagnosticados con TDAH presentaría un cuadro clínico con solamente este trastorno.

Se estima que los trastornos de sueño  en niños y adolescentes con TDAH aparecen en un 25-50% de los casos, siendo en ellos cinco veces más frecuentes que en niños sin el diagnóstico de TDAH (Cortese et al., 2009).

Los principales trastornos del sueño en niños y adolescentes con TDAH son: insomnio inicial (dificultad para iniciar el sueño), dificultades en el mantenimiento del sueño,  mayor número de despertares nocturnos, pesadillas, ronquidos, “síndrome de piernas inquietas“, los trastornos de excesiva somnolencia diurna (hipersomnia idiopática), o narcolepsia.

Si consideramos la población de adolescentes, la problemática del sueño se ve agravada por el cambio hormonal natural que ocurre entre los 12-20 años. Nuestro ritmo biológico de sueño (ciclo circadiano), se ve regulado por la exposición a la luz, que a su vez regula la producción de la hormona que controla la sensación de sueño (melatonina). En la adolescencia, la producción de melatonina se retrasa y como consecuencia, la sensación de sueño puede llegar a notarse hasta dos horas después de lo habitual, o sea, después de las doce de la noche. Así que es normal que cualquier adolescente tenga problemas para irse a la cama pronto.

Además de los cambios biológicos que ocurren en todos los adolescentes, la actual dependencia tecnológica también tiene un impacto negativo sobre el sueño de todos nosotros. El uso de pantallas (móviles, tabletas, etc.), por la noche, envía luz a nuestro cerebro que la interpreta de la misma manera que la luz solar, inhibiendo la producción de melatonina y la consecuente sensación de tener sueño.  Así que es recomendable para todos no hacer uso continuado del móvil dos horas antes de acostarse.

Como hemos visto, muchos factores inciden en los trastornos del sueño en niños y adolescentes con TDAH; no solamente biológicos, sino culturales y también idiosincráticos, como pueden ser hábitos de sueño no saludables (conductuales: resistencia a acostarse, no establecimiento de límites).

Todos estos aspectos son considerados y trabajados en el abordaje terapéutico farmacológico y neuropsicológico del TDAH, que es el que mejores resultados produce.

El terapeuta puede, junto al adolescente y su familia, ayudarles a lograr una mejor organización del tiempo, incluyendo planificar hábitos de sueño más saludables y  un uso consciente de dispositivos móviles.

El sueño es parte importante a tener en cuenta para el diagnóstico y el tratamiento del TDAH y hay que acudir a un especialista del sueño cuando sea necesario.

En Red Cenit trabajamos de la manera más completa posible y colaboramos con especialistas en trastornos del sueño, a los cuales derivamos a nuestros niños y adolescentes siempre que sea necesario.

Referencias bibliográficas

  • Cortese S., Faraone, S.V., Konofal, E., Lecendreux, M. (2009). Sleep in children with attention-dficit/hyperactivity disorder: meta-analysis of subjective and objective studies. J. Am. Acad. Child Adolesc. Psychiatry, 48(9): 894–908.
  • Weiss M.D., Sapekar J. (2010). Sleep problems in the child with attention-deficit hyperactivity disorder: defining aetiology and appropriate treat-ments.CNS Drugs 24 (10), 811-28.
  • Wilens T.E. Biederman J. Brown S., Tanguay S. Monuteaux M.C., Blake C. et al (2002). Psychiatric comorbidity and functioning in clinically referred preschool children and school-age youths with ADHD. JAACAP, 41, 262-268.

 Naiara Minto de Sousa es psicóloga en Red Cenit