Una cuestión que con frecuencia nos formulan los papás que traen a sus hijos a Red Cenit, tanto en Valencia como en Castellón, es: “¿Qué puedo hacer para que mi hijo me obedezca?”. Esta es una pregunta que por supuesto no sólo se hacen los papás de niños con TDAH, también los papás de niños sin TDAH tienen este tipo de dudas. Hoy sugerimos un sencillo método de modificación de conducta, que puede seros útil.
La técnica de modificación de conducta que presentamos, debe ser bien empleada. Recalco lo de bien empleada porque para que funcione deben ser los papás quienes se mantengan firmes y constantes en su aplicación, a fin de obtener resultados efectivos.
Muchos de los niños diagnosticados de TDAH reciben tratamiento farmacológico. Es cierto que, con la medicación adecuada y la dosis precisa, pueden beneficiarse de la misma para conseguir periodos de atención y concentración más prolongados y eficaces. Pero, también es cierto que los fármacos no les inducen a obedecer, no les enseñan cómo deben actuar, cómo deben desarrollar planes para organizarse con sus tareas, qué pasos deben seguir para resolver problemas de cualquier índole… Este tipo de conducta, habilidades y conocimientos se los debemos enseñar explícitamente para que los aprendan, los interioricen, los automaticen y puedan generalizarlos.
En las terapias que realizamos en Red Cenit, dedicamos parte de las sesiones a desarrollar y entrenar este tipo de destrezas de modificación de conducta. Esta labor debe extenderse a lo largo de todo el día y todos los días de la semana de modo que, esas habilidades y aprendizajes, puedan automatizarse más rápidamente y su generalización en los distintos ambientes se produzca de forma efectiva.
Partamos de la base de que los niños necesitan una razón para aprender y, además, tengamos en cuenta tres aspectos muy importantes:
- Tanto las recompensas a largo e incluso a medio plazo y los castigos, no funcionan de igual modo en los niños con TDAH que en los que no lo tienen. No son igual de efectivos.
- Tienen muchas dificultades para aprender de sus errores.
- La capacidad para automotivarse, hacer lo que saben hacer, actuar en el momento preciso y en la dirección adecuada, funciona de manera muy deficitaria en ellos. Estas dificultades que presentan con la automotivación es un punto muy importante que o bien no se tiene en cuenta o bien no se comprende, y que en muchas ocasiones, da lugar a malos entendidos que desembocan en que sean mal interpretados tachándoles de despreocupados, desobedientes y un sinfín más de adjetivos, no siempre agradables. Por esta razón, la motivación para actuar de la forma adecuada deberá provenir del exterior, deberemos ayudarles y fomentarla nosotros, ellos solos no es que no quieran, simplemente no pueden.
La técnica de modificación de conducta que le presentaremos a nuestros niños será la de “Trabajar para Elegir”. Con ella:
- Les estaremos dando esa dosis de motivación externa que necesitan.
- Les ofreceremos pequeñas recompensas (que hasta ahora estaban recibiendo “gratuitamente”) a lo largo de todo el día. Tendrán recompensas a corto plazo, mucho más efectivas y motivadoras cuando el TDAH está presente.
- Estarán aprendiendo el valor del esfuerzo. Obtendrán aquello que se ganan por su trabajo pero, si no trabajan, también serán ellos los que lo pierdan, sólo ellos. No lo verán como un castigo, al que ya están demasiado acostumbrados. Será una consecuencia directa de su actuación. Aprenderán además, el sentido de la responsabilidad de sus actos.
Una de las claves está en que “sepamos vendérselo bien”. Como siempre advertimos desde Red Cenit, antes de aplicar cualquier técnica de modificación de conducta debemos explicarles a los niños, en tono positivo, el por qué lo vamos a hacer y las condiciones y funcionamiento de la misma.
Les podemos decir, por ejemplo, que como nos hemos dado cuenta de que nos pasamos el día discutiendo, castigando, riñendo, gritando…, y esto es algo que no nos gusta, vamos a cambiar todos un poquito. Puesto que ya es “mayor”, a partir de ahora para ganarse el derecho de hacer o de disfrutar de algo, que hasta ahora no le había costado nada (por ejemplo podría ser: elegir el almuerzo, ver sus dibujos o serie favorita, elegir el postre, decidir que ropa ponerse…, todo dependerá de sus gustos y/o aficiones), primero deberá esforzarse y cumplir con lo que le hemos pedido.
Para ello dividiremos el día en periodos, dependiendo de la gravedad de las dificultades y/o problemas que tenga cada niño. Se trata de hacerles fácil que nos obedezcan y de que ellos se den cuenta que son capaces de hacerlo.
Supongamos que dividimos el día en cinco partes: antes de ir al colegio, en el colegio, a mediodía, antes de cenar y después de cenar. Durante cada periodo deberá completar la/s tarea/s asignada/s para poder acceder al privilegio elegido. Intentemos no sobrecargarlos de tareas, al menos al principio. Mejor poco a poco. Recordemos que les estamos ayudando.
Por supuesto esto, ni es magia, ni actúa con la inmediatez de la medicación. Los que nos rodeamos de niños con TDAH sabemos que, conseguir que hagan lo que les pedimos es un desafío casi constante. De ahí, la necesidad de que nuestra paciencia, firmeza y constancia a la hora de aplicar esta, o cualquier otra técnica de modificación de conducta, no tenga límites.
Contaremos además con un Plan B que utilizaremos cuando no hagan aquello que les hemos indicado: “Tiempo Muerto”. No tendrá permiso para hacer NADA, sólo lo que le hemos pedido. Además, tendrá que reparar su mala actuación bien disculpándose, bien haciendo algo para compensar su desobediencia y, por supuesto, cumplir con lo acordado.
Dividiendo, venceremos sus dificultades y trabajando junto a ellos creceremos todos. Mucho ánimo a todos esos padres, que como les pasa a sus hijos, no siempre son ni bien juzgados ni bien comprendidos.
Paqui Moreno, psicóloga y terapeuta en Red Cenit Valencia