Muchos comportamientos de algunos niños dentro del aula escolar pueden revelar la presencia del TDAH.

Cómo detectar a alumnos con TDAH dentro del aula escolar

Los profesores podrían sospechar la posibilidad de que un alumno tenga TDAH cuando presente algunas de estas características:

  • Este alumno rinda por debajo de sus posibilidades.
  • Se distraiga con facilidad.
  • Cuando en ocasiones haga bien una tarea y al día siguiente no sepa cómo hacerla o la haya olvidado por completo.
  • Pierda u olvide objetos con mayor frecuencia que sus compañeros.
  • Tenga dificultad para seguir las instrucciones.
  • Cuando haga las tareas con lentitud o por el contrario las complete rápidamente y cometiendo errores por descuido.
  • Tenga dificultades para organizarse.
  • Se mueva a menudo, haga ruiditos, golpetee con pies o manos.
  • Tenga dificultades para permanecer callado cuando sea preciso.
  • Actúe sin planificar o pensar con antelación.
  • Presente dificultades para respetar reglas o turnos.
  • Muestre dificultades para manejar su frustración y otras emociones.
  • Le cueste ver las consecuencias de sus actos.
  • Observe una pobre confianza en sí mismo.

Consejos prácticos para profesores con alumnos con TDAH

Con pequeños gestos, un buen profesor puede hacer mucho por sus alumnos con TDAH:

  • Corregir los aspectos negativos en privado,  intentando motivarlo para mejorarlos; y realzar los positivos preferiblemente en público.
  • Crear una alianza sincera con él, haciéndole ver que se le intenta ayudar.
  • Antes de comenzar cualquier trabajo, asegurarse de que ha entendido qué es lo que debe hacer.
  • Evitar ponerle en evidencia delante de los compañeros con recriminaciones continuas o con notas de exámenes.
  • Dar instrucciones breves y con un lenguaje claro y sencillo, manteniendo contacto visual con él/ella.
  • Enseñarle y fomentar el uso de autoinstrucciones mediante el habla interna para que module su conducta a través del lenguaje.
  • No penalizar la mala caligrafía dado que suelen tener dificultades con la motricidad fina, por lo que sus trabajos escritos suelen ser de poca calidad.
  • Reducir la cantidad de deberes para casa. Si están saturados, harán las cosas mal aunque las sepan hacer bien. Necesitan jugar, hacer ejercicio y realizar otras actividades en las que puedan destacar.
  • Realizar adaptaciones metodológicas. Por ejemplo: dividir las tareas en partes más pequeñas y que las vaya realizando por separado, permitirles tiempo extra para acabar exámenes, resaltar las palabras claves en negrita/subrayadas/color.
  • Instruirle en el uso de la agenda y supervisársela con frecuencia.
  • Emplear las pruebas de examen más idóneas para facilitarle que  demuestre sus habilidades y conocimientos adquiridos: el tipo (oral/escrito), el formato (desarrollo, V/F, esquemas, frases para completar,…).
  • Insistirles en que repasen sus trabajos antes de entregarlos, en muchas ocasiones los entregan incompletos o con partes de las actividades sin hacer por descuido y no por desconocimiento.
  • El aprendizaje es significativamente más efectivo si se da retroalimentación inmediata, que no debe ser percibida por el/la niñ@ como una recriminación sino como una ayuda.
  • No dejarles sin recreo como consecuencia de un comportamiento inadecuado o para que termine las tareas. Los recreos son imprescindibles tanto para su salud física y psicológica como para fomentar las relaciones y habilidades sociales.

Para terminar, me gustaría que todos reflexionásemos sobre la utilidad, enseñanza o beneficios que aportan las expulsiones del colegio por faltas graves.

Qué sentido tiene este castigo?

A quién va dirigido, al niñ@, a los padres que deben pedir días de vacaciones para estar con ell@s?

Tendría sentido que un padre expulsase de casa a su hij@ por cometer una falta grave?

Mientras que el niñ@ está en casa, qué está haciendo? Aprendiendo? Jugando? Yendo al súper con su madre o con sus abuelos?  

Pienso que sería mucho más efectivo y productivo para todos que, en caso de tener que expulsarlos de clase por unos días, este castigo se cumpliese dentro del centro y del horario escolar, que es donde se ha producido la falta.


Tendría sentido que un padre le dijese al profesor que lo deje sin recreo porque la tarde anterior insultó a su hermano?

En lugar de acudir a su clase, podría estar en la sala de profesores (donde siempre haya un profesor)  realizando las mismas tareas que realizan sus compañeros. Podría salir al recreo para moverse y almorzar pero una vez que los recreos de los distintos grupos de edad hubiesen terminado.

Los maestros forman a las personas del mañana y cada pequeño gesto, por pequeño que sea, influirá en las vidas de sus alumnos.   

Paqui Moreno. Psicóloga y Coordinadora de Funciones Cerebrales Superiores en Red Cenit Valencia


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