Aunque se habla mucho sobre el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), y hay mucha información sobre el mismo, todavía se percibe un gran desconocimiento sobre el tema. Se trata de un colectivo al que debemos intentar hacer visible y, comprender y reconocer sus manifestaciones que en la mayoría de las ocasiones son confundidas con la mala educación, con el desinterés, con la holgazanería o, como en el caso de los estudiantes, con la apatía por aprender.
La LOMCE reconoce al alumnado con TDAH como escolares con necesidades específicas de apoyo educativo, por tanto, tienen derecho a que se les provea del apoyo específico adaptado a sus dificultades.
Las manifestaciones conductuales visibles de este trastorno tienen origen en factores internos, pero sabemos que el ambiente juega un papel fundamental en el desarrollo y modulación de las mismas.
A diario los docentes se topan con este trastorno en sus aulas, por lo que es importante que estén informados y formados (Curso sobre TDAH en el entorno escolar y familiar), que conozcan las señales de alerta, que sepan cuáles son las consecuencias del mismo y todo ello con un objetivo: implementar en el aula las estrategias necesarias que permitan mejorar no solo los resultados académicos sino también las relaciones emocionales.
En nuestro sistema educativo los resultados académicos son valorados a través de exámenes. Estas dos acepciones de la palabra examen son las primeras que me encuentro cuando busco la definición de examen en Google:
- Observación atenta y cuidadosa de alguien o algo con el objeto de conocer sus características, cualidades o estado.
- Prueba escrita u oral que se realiza para demostrar la suficiencia en una materia determinada o la aptitud para cierta actividad o cargo.
Por supuesto son acepciones distintas para una misma palabra. Pero si lo pensamos bien, en las escuelas no debería aplicarse la segunda definición a los escolares sin que antes los profesores hubiesen aplicado la primera.
En muchas ocasiones las personas con TDAH son evaluadas sin tener en cuenta sus características, cualidades o estado y, esto les impide demostrar sus conocimientos reales o aptitudes. Simplemente adaptando los exámenes a sus características individuales, a las que tienen derecho según la LOMCE, muchos de los suspensos dejarían de serlo.
Se trata de valorar lo que saben y el esfuerzo realizado, no de valorar su habilidad para enfrentarse a un examen. Sabemos que afrontar un examen exitosamente tiene como requisito previo un adecuado funcionamiento de las funciones ejecutivas (que precisamente en estas personas se encuentran comprometidas):
- Deben ser capaces de mantenerse atentos y concentrados durante una hora->ellos tienen problemas con la atención sostenida.
- Por sus problemas atencionales cometen errores por no leer bien o dejan sin contestar el reverso de las hojas e incluso dentro de una misma pregunta dejan sin contestar apartados de la misma aunque los sepan hacer, porque creen que ya lo han acabado.
- Además como son más lentos trabajando necesitan más tiempo para contestar, este punto unido a sus problemas de monitorización que les dificulta repasar y comprobar sus respuestas, merman sus resultados.
- Por sus problemas de flexibilidad, en muchas ocasiones se quedan atrapados en un apartado que no saben cómo resolver y son incapaces de saltarlo y pasar a los siguientes.
- Por sus problemas de organización y planificación, comienzan a hacer los exámenes por el principio y siguiendo la numeración de las preguntas, en lugar de pararse a mirar primero la prueba y comenzar haciendo aquellas preguntas que mejor se saben, dejando estas en blanco porque tal vez no les haya dado tiempo.
Algunas de las adaptaciones que se podrían hacer en los exámenes atendiendo a cada caso particular
- Evaluaciones orales->sus problemas de organización, planificación y de memoria de trabajo les dificulta enormemente organizar sus ideas y mantenerlas en mente para transcribirlas. Por ello sus respuestas suelen ser muy escuetas y desde luego no todo lo completas que son como cuando lo explican oralmente. Aunque su discurso también pueda ser desordenado, transmiten más información porque además también tienen cierto rechazo hacia la escritura por los problemas de grafomotricidad que suelen presentar.
- Darles más tiempo.
- Secuenciar las preguntas y reducir el número de éstas por hoja->se puede hacer de diversas formas dependiendo de la gravedad de las dificultades: pregunta por pregunta (diferenciando claramente los apartados si los hay), hoja por hoja.
- Realizar preguntas comodín ->que escriba lo que ha estudiado, aprendido u otras cosas que sepa del tema.
- Enseñarles estrategias básicas-> leer las preguntas y marcar las que sabe para hacerlas primero. Leer bien las preguntas para contestar todo lo que piden. En caso de preguntas con varios apartados que hagan marcas según los vayan completando.
- Aumentar el tamaño de la fuente y el espacio para responder.
- Adaptar los contenidos de las preguntas: tipo test, rodear, unir, completar…
- Incluir ejemplos de respuesta.
- Resaltar en negrita o en otro color aspectos claves del enunciado.
- Segmentar las instrucciones o apartados de cada pregunta.
- Cuando lo que se requiera es el desarrollo de un tema-> ofrecerles preguntas que le sirvan de guía y de ayuda para desarrollarlo.
- Dada su falta de conciencia del tiempo, usar algún apoyo (reloj, cronómetro, temporizador) de modo que sepan el tiempo transcurrido y el que les queda.
- Evaluar a primeras horas de la mañana.
- Lo recomendable sería no programar más de 2 exámenes a la semana, y desde luego no más de uno al día, principalmente si son globales.
- Es preferible realizar exámenes cortos y frecuentes.
Con estas sencillas adaptaciones los resultados podrían ser mucho más favorables que con los exámenes tradicionales. Vale la pena intentarlo. ¿Le haríamos un examen normal a un niño con miopía al que se le han roto las gafas en el recreo? No, porque aunque sabiendo leer perfectamente, no conseguiría leer nada. Le daríamos la oportunidad de hacerlo otro día. Por tanto, démosles a las personas con TDAH las oportunidades que necesitan, tal vez nos sorprendan.
Paqui Moreno. Psicóloga y Coordinadora de Funciones Cerebrales Superiores en Red Cenit Valencia
Hay varios 3 comentarios
Excelente artículo
Muchas gracias, por ese artículo
Hoy en día hay mucha información… Y por parte de ciertos docentes INDIFERENCIA ABSOLUTA. No todos. Pero MUCHOS. Permítanme puntualizar. Otras poseen otras ‘cualidades’.
Recomiendo a los docentes la lectura y puesta en marcha de de macanismos de ayuda. Muchos no lo hacen por su comodidad. Otros lo hacen equivocadamente por su falta absoluta de conocimiento. Un gran profesor a nivel conocimientos le dio por ‘ayudar.’ .. Y en lugar de ayudar lo empeoró todo. Sus preguntas concisas las transformó en preguntas muy largas y apretadas cuando lo más correcto hubiese sido preguntas más cortas y comprensibles. Cuánto profesor sin conocimiento de ciertas patologías…..No rozan la poca eficiencia profesional. Se introducen presuntante dentro de ellas. No admisible en los tiemoos modernos en el q vivimos.