Cuando una persona carece de unas buenas habilidades narrativas, suele saltar de un tema a otro, suele olvidar detalles importantes, le cuesta comprender lo que lee, secuenciar hechos, relatar eventos o experiencias, hablar sobre uno mismo, hacer descripciones, dar instrucciones o indicaciones, realizar un resumen o dar un reporte.
Las habilidades narrativas nos permiten hacer todo esto de una forma organizada y eficaz. Además, inciden en el desarrollo de habilidades lingüísticas específicas, como la adquisición del significado de las palabras y el aprendizaje de las reglas sintácticas (Norris, 1989), así como en el aprendizaje de técnicas lingüísticas específicas, como la lectura (Roth y otros, 1996).
Carecer de estas habilidades puede ocasionar consecuencias muy negativas, ya que las necesitamos para desenvolvernos con propiedad tanto en el colegio, como en el trabajo, y en general, en nuestras relaciones.
Sin embargo, lo cierto es que se puede entrenar una buena y sólida base narrativa desde la infancia y precisamente con este fin, os presento a continuación una serie de actividades , planteadas tanto para realizar en el aula entre compañeros, como para hacer en casa entre amigos o en solitario, con el propósito de entrenar y desarrollar estas habilidades narrativas.
- Dados de las historias. Se trata de dados con una ilustración diferente por cada cara. Por turnos, el jugador a quién le toque, lanzará los dados (pueden ser de 3 en 3, de 6 en 6, o de 9 en 9, dependiendo del nivel), y se convertirá en el narrador de una historia inspirada en las imágenes que han salido en las caras superiores de los dados y que se inicia con «Érase una vez …», comenzando por la ilustración que más le llame la atención; a partir de ahí, hay que dejar volar la imaginación. La narración debe contener los 3 elementos de la estructura narrativa: introducción, desarrollo y conclusión.Hay varios modelos de dados de las historias en el mercado. Quizá los más conocidos sean los Story Cubs, que poseen una amplia variedad de temas diferentes con los que desarrollar la imaginación y la creatividad.
Aunque para los peques siempre es más divertida la emoción de tirar los dados a ver qué es lo que sale, también se puede jugar sin dados: entre el resto de participantes se escogen 3, 6, o 9 palabras con las que, el jugador del turno, deberá crear la historia. - Historia a trozos Consiste en jugar por turnos a crear historias. Contando con una única regla que consiste en que la historia debe presentar una estructura narrativa (introducción, desarrollo y conclusión), el primer jugador comenzará a narrar un pequeño trozo de una historia inventada, para luego dejar paso al siguiente narrador, y así hasta concluir la historia.
Grabarse, verse en video y escuchar la historia de nuevo tras el juego, puede producir grandes risas entre los compañeros o amigos. - Dirigir una película con juguetes y muñecos. Este juego es un verdadero proyecto de trabajo, que implica gran colaboración y trabajo en equipo cuando se realiza en grupo; pero también se puede realizar perfectamente de forma individual.
Primero, se escogerán los personajes de la historia (servirán para este fin cualquier muñeco tipo Playmobil, Pin y Pon, juguetes de acción, dinosaurios, etc). Se llegará a un acuerdo respecto al argumento de la película (introducción, nudo y desenlace), y se escogerá el escenario de la acción (decoración de fondo, uso de otros juguetes como casita de muñecas, coche de policía, etc.).Los jugadores son los encargados de dar vida a los diferentes personajes y en su caso, de crear los efectos especiales que se consideren necesarios. Uno de los participantes será quien grabe. Se grabará la historia en pequeñas partes o escenas. Y cada escena tiene que estar planificada y aprobada por todo el equipo.
Respecto al guion, se puede redactar uno y seguirlo, pero una vez claro lo que debe ocurrir en cada escena, siempre queda mucho más realista cuando se improvisa.
El estreno siempre es un momento muy especial para los peques. - Jugar a juegos de roles e improvisación. Consiste en un juego de interpretación en el que al menos dos participantes, dramatizan una escena, interpretando a un personaje dado. Este tipo de juegos, permite a los niños representar las diferentes situaciones que viven y perciben a diario. Se puede jugar de un modo sencillo, como jugar a las comiditas, a los peluqueros, a las tiendas, etc.., con materiales de juego o sin ellos; o se puede proponer la interpretación de un personaje dado, en una situación dada. Por ejemplo, un repartidor que se ha equivocado de pizza y quiere cobrar igual; un médico que debe comunicar a su paciente que se han perdido unas tijeras dentro de su cuerpo durante la operación, etc.
- Jugar al “cómo sería si…” o “qué harías si…” Esta actividad consiste en plantearle una cuestión a un participante para que imagine y exprese “cómo sería si, por ejemplo, vivieras en una cueva” o “qué harías si, por ejemplo, tuvieras el superpoder de trasladarte en el tiempo”. Se puede, si el nivel lo permite, plantearlo de forma escrita y realizar un dibujo tras concluir.
- Historias a partir de dibujos: Aquí, el participante de la izquierda debe realizar un dibujo y entregárselo al participante de la derecha. Por turnos, cada niño o niña, deberá inventarse una historia inspirada en el dibujo del compañero.
- Editar un cuento. Esta actividad también supone un verdadero reto tanto si es planteada en grupo, como de forma individual. Yo la hice con mi hijo de 4 años durante el confinamiento y fue un proyecto muy estimulante y bonito para él. Como se cansaba rápido, solo hacíamos una o dos páginas al día y una sencilla ilustración que acompañase a la historia. Yo le ayudaba especialmente con los conectores para que su historia tuviera una introducción, donde se presentaban a los personajes, el lugar, etc., un desarrollo, es decir, lo que ocurría en la historia y una conclusión, donde se resolvía el conflicto; así como un toque de coherencia y cohesión. Él no sabía todavía escribir, así que yo escribía su texto, y le dejaba las palabras clave para que las copiara. Cuando finalizamos, mandamos el documento a la empresa Hoffman, donde nos lo imprimieron y encuadernaron como un cuento de verdad. Hoy en día, sigue siendo uno de sus cuentos favoritos, lo leemos casi todos los días y cuando viene algún amiguito, se lo enseña con orgullo. Es un bonito recuerdo.
Espero que todas estas ideas y proyectos para desarrollar las habilidades narrativas de vuestr@s hij@s os sean de gran ayuda, y las pongáis en práctica con ell@s.
María Vivó, es especialista en audición y lenguaje, y terapeuta en Red Cenit Valencia
Hay un comentario
Un saludo. Excelentes dinámicas como siempre. Yo trabajo bastante la de contar historias a trozos. Elijo a tres chic@s para que hagan la primera. Me llama mucho la atención el que nadie quiera al principio hacerlo pero luego todos levantan la mano para ser los siguientes.