Vivimos sumidos en un estilo de vida que hace que cualquier jornada termine siendo una auténtica carrera contrarreloj.
Esto es algo casi inevitable por las cargas que asumimos es nuestro día a día, las cuales nos hacen actuar de una forma hiperactiva, entendiendo este término como un calificativo que podemos interpretar de forma positiva y que casi resulta necesario, porque se relaciona con esa actividad diaria.
Pero cuando esa hiperactividad nos ha acompañado desde la infancia y llegados a la adultez sigue persistiendo, acompañada además de otros síntomas, quizás y sin saberlo, se trata de un problema de base neurológica: un TDAH en la edad adulta.
Hablamos entonces del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) el cual afecta aproximadamente a un 2.5% de adultos según la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, en inglés), siendo el dato curioso que la gran mayoría que lo padece no lo sabe.
Si bien es cierto que en los adultos el TDAH se presenta como un problema menor, en muchos casos puede empeorar afectando a su comportamiento
La mayoría de adultos diagnosticados con TDAH afirman haber acarreado problemas desde la infancia pero no olvidemos que se trata de un trastorno que se puede manifestar de diferentes maneras en cada persona.
Es importante reconocer los síntomas para poder actuar.
Síntomas del TDAH en la edad adulta
- HIPERCONCENTRACIÓN O ATENCIÓN SELECTIVA: manifestación intensa de atención a una actividad que se muestra interesante, desconectando el foco de atención de todo lo demás y perdiendo incluso la noción del tiempo; No se trata, por tanto, de no tener suficiente atención, sino de no poder controlar hacia dónde va dirigida.
- DÉFICIT DE CONCENTRACIÓN: al contrario de lo anterior pero situado en el mismo plano ya que se traduce como falta de enfoque y dificultad para fijar la atención, se manifiesta en:
- No poder seguir una conversación, argumento de una película,… (perder el hilo)
- No completar tareas
- Perder la concentración fácilmente
- DESORGANIZACIÓN Y MANEJO TEMPORAL: se manifiesta por la pérdida de consciencia del tiempo lo cual repercute en poder finalizar tareas, llegar de forma puntual a las citas o recordar sucesos pasados o futuros principalmente, ya que están centrados en el presente.
Un adulto con trastorno de déficit por atención e hiperactividad puede considerar difícil controlar sus habilidades de organización, lo que se traduce en un esfuerzo adicional a la hora de dar seguimiento a las tareas y priorizarlas dentro de un orden lógico. - IMPULSIVIDAD: La impulsividad puede manifestarse de diferentes maneras, incluyendo:
- Actuar de forma acelerada
- No dejar hablar a los demás e interrumpir durante las conversaciones.
- No tener en cuenta las posibles consecuencias de los actos realizados.
- PROBLEMAS PERSONALES Y SOCIALES: frustración, problemas emocionales, autopercepción e imagen que dan de sí mismos a los demás, falta de motivación, ansiedad, etc.
Orientaciones para adultos con TDAH
No obstante existen una serie de estrategias para el TDAH en la edad adulta, que lograrán suplir y superar sus dificultades.
En cualquier caso el primer paso es la detección y una vez realizado el diagnóstico se implementará un plan de intervención que permita lograr:
- Una adecuada organización y planificación
- Terminar las tareas o trabajos asignados dentro del plazo estipulado
- Controlar la ansiedad y tener una autopercepción positiva de uno mismo
- Ser capaces de controlar los distractores, de forma que se logre mantener la atención en lo que le ocupa en ese momento.
Una correcta intervención multimodal y sistemática permitirá a las personas con TDAH:
- Llevar una vida totalmente normal,
- Funcionar óptimamente en el trabajo.
- Desarrollar sus relaciones interpersonales.
- Disfrutar de la vida.
- E incluso triunfar: no olvidemos que numerosos personajes destacados como Steve Jobs, Michael Phelps o Fernando Verdasco fueron en su día diagnosticados con TDAH y esto no les impidió desplegar plenamente todas sus facetas tanto personales como profesionales.
Si necesitas ayuda, consulta con nuestros profesionales.
Amparo Ibáñez Orrico, es pedagoga en Red Cenit