La separación de cualquier pareja sentimental trae consigo diferentes etapas de duelo amoroso con las que lidiar, pero cuando hay hijos de por medio, además es importante estar pendiente del duelo por el que van a transitar los más pequeños.

Cómo decirle a los niños que te vas a separar o divorciar

  • Es muy importante transmitirles a los hijos que la ruptura es una decisión de los padres, en la que ellos no tienen ninguna responsabilidad y dejarles claro que aunque los padres no estén juntos, no van a distanciarse o van a dejar de quererles a ellos.
  • Por mucho que a los mayores nos duela la situación que estamos atravesando, es importante consensuar ANTES de hablar con los hijos qué es lo que vamos a transmitir y poder hacerlo a la vez en una pequeña reunión todos juntos donde poder aclarar las dudas que en esos momentos puedan surgirles a los niños
    • Dónde van a vivir
    • Cada cuánto van a verse.
    • Qué va a pasar con el colegio.
    • Qué va a pasar con sus pertenencias.
  • No es necesario dar demasiadas explicaciones ni atribuir culpas, debemos centrarnos en dejarles claro que sus padres seguirán a su lado y podrán disponer de ellos cuando lo necesiten.
  • El vocabulario elegido debe adaptarse a la edad de los pequeños y en ningún caso, esta reunión servirá para atacarnos, sino para transmitir calma, amor y seguridad a nuestros hijos.

Consejos a tener en cuenta por los padres que se van a separar

  • Los padres deben explicar que se van a generar nuevas rutinas, pero transmitiendo tranquilidad y haciéndoles partícipes de algunas nuevas decisiones (por ejemplo: decorar su nueva habitación, comprar una maleta o ayudar a elegir piso,…)
  • Los padres debemos estar atentos a cambios de conducta de los pequeños (hábitos de sueño, alimentación, rendimiento académico…) Sin alarmarnos en exceso, pero dedicándoles tiempo.
  • Normalizar que puedan surgir emociones como inseguridad, miedo o desánimo. La comunicación sobre cómo nos sentimos debe ser fluida, generando un espacio seguro donde hablar.
  • Debemos evitar enfrentamientos entre nosotros, evitar comentarios negativos hacia la ex pareja o desahogarnos con ellos, pues puede dañar mucho a los niños y se transmite que “debemos odiar” al otro y eso no aporta más que sufrimiento y presión a nuestros hijos.
  • Hay que ser conscientes de que tras la separación, los hijos van a necesitar más atención, apoyo, afecto y presencia. Los hijos no son la “terapia” de los padres, ni el bastón en el que apoyarnos. Si aparecen dificultades a la hora de transitar nuestro duelo, debemos ponernos en manos de profesionales, pues pueden aparecer consecuencias en nuestro trabajo, en nuestros hijos o nuestro entorno más cercano.

No es lo mismo una separación cuando los niños son menores o mayores de 3 años de edad.

A los más pequeños les cuesta comprender qué ocurre entre sus padres, por eso es importante que nos noten presentes.

Los mayores de 3 años pueden manifestar su respuesta con tristeza, llanto, dolores de barriga, de cabeza o incluso rabietas. También pueden mostrarse indignados, enfadados por la situación, indiferentes o en shock, en fase de negación (“al final volveréis a estar juntos”), o incluso en fase de aceptación (“no me sorprende, sabía que pasaría”). 

Algunas de estas respuestas pueden ser un mecanismo de defensa, por lo que es importante estar disponibles para aclarar dudas que les puedan surgir en días o semanas posteriores, generarles un espacio de seguridad y calidad para hablar si lo necesitan,cuando lo necesiten.

Jennifer Doménech Pulido, es psicóloga clínica en Red Cenit


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