Vivir con TDAH en la adultez puede sentirse como llevar a todos lados una mochila invisible llena de piedras: el tiempo se escapa, las tareas se acumulan y la concentración se dispersa.

Este esfuerzo casi constante puede ser agotador, llegando a afectar a tu autoestima y a tus relaciones.

Identificar como se manifiesta en tu día a día es el primer paso para ir quitando piedras de la mochila. Trabajando en ello harás que el camino se sienta más ligero.

¿Cómo lo identifico?

  • Impulsividad y toma de decisiones: Es común actuar antes de pensar, lo que puede generar errores o decisiones precipitadas.

Ejemplos: compras algo sin necesitarlo o interrumpes en una conversación sin darte cuenta.

  • Desorganización y gestión del tiempo: Olvidar citas, plazos o compromisos. Perder la noción del tiempo y no calcular bien cuanto te llevara hacer una actividad.

Ejemplos: crees que puedes hacer la cena en media hora y después tardas una hora. Apuntar erróneamente entregas de trabajo.

  • Estrés y baja tolerancia a la frustración: Las tareas largas o complicadas pueden generar ansiedad y sensación de “no dar abasto”. Lo que puede llevar a postergar responsabilidades importantes.

Ejemplos: empiezas un curso o un proyecto con entusiasmo, pero lo abandonas antes de terminar. Una tarea larga como preparar la declaración de la renta te bloquea y terminas posponiéndola.

¿Qué puedo hacer?

  1. Organización y planificación
    • Divide proyectos grandes en pasos pequeños y manejables. Esto hace que las tareas sean menos abrumadoras y más fáciles de completar.
    • Usa agendas, aplicaciones de planificación y recordatorios electrónicos para no depender solo de la memoria.
    • Establece rutinas y horarios fijos para dar estructura a tu día y reducir la ansiedad por improvisar.
  2. Gestión del tiempo y priorización
    • Trabaja en bloques de tiempo con descansos regulares (método Pomodoro).
    • Haz listas de tareas jerarquizadas según su importancia y urgencia.
    • Evalúa cada día qué objetivos son alcanzables y enfócate en ellos para evitar frustración.
  3. Control de impulsos y regulación emocional
    • Haz pausas antes de decisiones importantes para evitar errores impulsivos.
    • Practica mindfulness o respiración consciente para reducir el estrés.
    • Lleva un registro de emociones y situaciones difíciles para anticiparte y planificar soluciones.
  4. Mejorar la atención y la memoria.
    • Realiza ejercicios prácticos que fortalezcan la memoria operativa.
    • Minimiza distracciones en tu entorno de trabajo o estudio para mantener la concentración.
    • Usa apoyos visuales como esquemas, mapas mentales y colores para organizar información de forma clara.
  5. Acompañamiento profesional en funciones ejecutivas.
    • El profesional analiza y adaptada todas las estrategias nombradas a tu día a día para que puedas organizar tu vida y aumentar tu autonomía.

El cambio empieza reconociendo las señales y probando estrategias sencillas. Cada paso que des hacia un hábito nuevo y cada herramienta que incorpores a tu vida es una piedra menos.

La mochila seguirá ahí, pero no tiene por qué pesar tanto. Y cuanto más ligeros vamos, más disfrutamos del camino.

No necesitas hacerlo todo a la vez: basta con un paso cada día para notar la diferencia.

Paula Mengod Balbas, es psicóloga en Red Cenit

SI NECESITAS ORIENTACIÓN O AYUDA PARA TU CASO PERSONAL, PUEDES CONSULTARNOS VÍA ONLINE (SECRETARIA@REDCENIT.COM); TELEFÓNICA (609 759 016)
POSIBILIDAD DE CONSULTA A TRAVÉS DE SKYPE (SOLICÍTANOS INFORMACIÓN SOBRE PRECIOS)