Desde la antigüedad se han empleado diversos sistemas para ayudar al niño a lograr sus primeros pasos, entre los cuales destaca el uso del tacatá. Pero… ¿es realmente cierto todo lo que se cree acerca de ellos?

Siempre ha existido una gran controversia con respecto al uso y no uso del tacatá en los niños.
A la pregunta sobre las ventajas que este proporciona, muchos padres argumentan que favorece la marcha en los niños más rápidamente (en edades más tempranas). Además de eso, es considerado un juguete que proporciona al niño cierto grado de independencia, así como la sensación de seguridad y protección en el inicio de la marcha, evitando las caídas propiamente debidas al pobre desarrollo del equilibrio y falta de fuerza, y/o posibles golpes con objetos que el niño pueda irse encontrando por el camino.

Lejos de todo lo descrito anteriormente hay muchos trabajos de la literatura pediátrica que desaconsejan totalmente su uso por no estar demostrado que cumplan su supuesta función. Algunas de las razones expuestas por pediatras son las siguientes:

  1. Limitación para explorar y conocer el entorno. Si algo les gusta o les llama la atención, quieren tocarlo o cogerlo, no pueden hacerlo con la misma facilidad que lo harían sin el tacatá.
  2. Esquema corporal distorsionado. Diversos estudios han demostrado que el desarrollo motor del niño está condicionado tanto por el aprendizaje de nuevas experiencias motoras como por la maduración del cerebro, pudiendo verse modificados por el uso de este juguete.
  3. Percepción alterada de la profundidad y las distancias.
  4. Retraso en el inicio de la marcha. Si el niño ya tiene una forma de desplazarse que le supone menor gasto energético no va a querer esforzarse más para desplazarse por sí solo, que le va a costar más.
  5. Alteración de los grupos musculares de las piernas.
  6. Golpes y caídas.

Conclusión

Por lo tanto, este sistema de desplazamiento es utilizado por los niños por diversas razones, entre ellas principalmente la de mantener ocupado y seguro al niño, y hacer que camine más rápido; pero la realidad es todo lo
contrario. Debemos de ser conscientes del riesgo que supone el uso del tacatá en los niños pero, sobre todo, de las consecuencias que puede conllevar:

  1. Retraso en el desarrollo psicomotor del niño
  2. Retraso en la adquisición de la marcha.
  3. Riesgo incrementado de accidentes a raíz de su uso.

Referencias

  • Board of Trustees, American Medical Association: Use of Infant Walkers. Am J Dis Child 1991;145:933-934.
  • Greensher J, Mofenson HC. Lesiones producidas durante el juego. Andaderas. Clin Ped NA 1985;1:147-150.
  • Kauffman IB, Ridenour M. Influence of infant walkers on onset and quality of walking pattern of locomotion: An eletromyographic investigation. Percept Mot Skills 1977;45:1323-1329.

Anna Caballer Puchades, es Fisioterapeuta en Red Cenit Valencia