Antes de comenzar la sesión de intervención, es crucial observar cómo viene nuestro niño: ¿si le abrazas se siente molesto? ¿entra llorando? ¿correteando? ¿está más disperso? ¿desorganizado? ¿asustadizo? ¿le molesta el ruido más que otros días?

Cuando nos encontramos con casos donde el niño se encuentra bajo mucho nivel de estrés, ya sea de base sensorial por problemas de modulación, o por los cambios que pasan a su alrededor, es importante encontrar las estrategias adecuadas que le ayuden a canalizarlo. Antes de pedirle o demandarle una acción, lo primero y más importante es conseguir que llegue a un estado de regulación adecuado. No esperes una respuesta óptima por su parte sin antes llegar a este estado. Este requisito previo de  “desbloqueo” le ayudará a sentirse cómodo, seguro y a gusto con su cuerpo, con el contexto que le rodea y con la persona que tiene al lado, ya sea el familiar, la terapeuta o el maestro.

Los materiales que más nos gusta utilizar para trabajar este aspecto son: la pelota de pilates, la vibración, la hamaca, las luces y el mordedor. Estas actividades calmantes para la regulación sensorial se pueden utilizar en los diferentes contextos del niño, en casa o en el colegio. Gracias a estas actividades calmantes el niño logrará canalizar su energía  y de esa forma podrán concentrarse mejor.

• Pelota de pilates: Se puede utilizar la pelota para realizar botes de pie con ayuda del adulto. Este input propioceptivo es muy regulador. En posición de pronación (de barriga), en la pelota con balanceos hacia delante y hacia atrás, puedes aprovechar para presionarle el cuerpecito mientras lo balanceas. En sedestación: encima de la pelota de una forma estable y rítmica. Tumbado en el suelo se le hace presión profunda por todo el cuerpo con la pelota.

• Masajes con la vibración: Es una de las mejores actividad calmantes para la regulación sensorial, ya que mejora las sensaciones del cuerpo además de tener un efecto calmante. Trabajamos repasando las manos, brazos, piernas, pies, espalda y si le gusta, la boquita también, presionando (tacto profundo), para que la sensación sea mayor. Esto le ayudará a recibir mejor la información de la musculatura ya que estamos manipulándola.
• Hamaca: La sensación de estar envueltos junto con el movimiento lineal también puede ser una de las actividades calmantes para la regulación sensorial que más les gusta a los niños. Si no es posible colocar en casa una hamaca o columpio, existen otras alternativas que le facilite esta sensación vestíbulo/propioceptiva.

• Mordedor: los mordedores son férulas que ayudan a la autorregulación y a la concentración. Podemos encontrar estos mordedores en materiales de diferentes texturas. Es una herramienta muy útil y discreta que les ayuda con una estimulación sensorial mayor.

Y recuerda…. es importante respetar sus tiempos y observar mucho para saber qué es lo más eficaz para el niño.
Cuando las actividades calmantes para la regulación sensorial se practican con regularidad, se incrementa la posibilidad de su uso en momentos de ansiedad.

Paula Martínez Mares,  Terapeuta Ocupacional, especialista en Integración Sensorial en Red Cenit Valencia

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