Si tenemos en cuenta lo importante que es el juego en la vida de los niños comprenderemos que necesiten “ocupar” una habitación para jugar e incluso una buena parte de la casa con sus juguetes. Pero no confundamos términos. “Aceptar” la vitalidad del juego infantil en casa significa también enseñarles, desde el principio, el valor del respeto por la convivencia de todos los miembros. Se trata de establecer algunas normas sobre el tiempo de juego, sobre la recogida y orden de los juguetes utilizados y sobre el respeto por el entorno y la convivencia de toda la familia.
En este artículo os proponemos algunas opciones para hacer una limpieza de juguetes, rotación de juegos y sobre todo ideas interesantes para que los niños aprendan, desde muy pequeños, a poner orden a sus juguetes tras utilizarlos:
1-La primera propuesta es hacer limpieza de los juguetes viejos eso sí, respetando y teniendo en cuenta la opinión de sus “pequeños propietarios”.
Podríamos empezar por hace tres montones (los juguetes que se quedan en casa, los que se van a regalar y los que se van a la basura). Conviene revisar de vez en cuando los juguetes para desechar, aquellos que ya no pueden ser reparados. No interesa seguir guardando juguetes rotos o incompletos. Asegurémonos de que los juguetes que vamos a regalar estén en buen estado, luego podemos pensar donde serán recibidos con gusto como alguna ONG por ejemplo y vayamos con nuestros hijos para que sean ellos quien los entreguen, se implicarán muchísimo más y comprenderán la importancia de cuidar sus posesiones.
2-Tratemos de hacer rotar los juguetes, guardando unos y dejando otros fuera, así los nuevos tendrán más espacio y después de determinado tiempo que veamos que ya no los cogen con tanta asiduidad, se cambian por los guardados. Nos sorprenderán sus caras de sorpresa al reencontrarse con viejos juguetes. Además, si lo tienen todo a la vez es más difícil que disfruten de determinados juegos, incluso de aquellos que requieren mayor concentración o esfuerzo por su parte; como un puzzle por ejemplo. En la mayorá de casos es mejor que tengan un menor número de juguetes a su alcance y que roten cada semana. Así, también evitaremos que lo toquen todo y en realidad no jueguen con nada.
3-Ahora hablemos de cómo enseñar a los niños a ordenar sus juguetes, una tarea a priori que no les convence, pero que podemos convertir en fuente de orgullo para ellos.
-Si el niño se mueve en un entorno ordenado y percibe que sus padres mantienen en orden sus cosas, como una rutina, una actitud, será más fácil que este adquiera poco a poco hábitos de orden, porque todo se pega y a la vez se aprende. Y esto tan importante no solo es aplicable a los juguetes, sino a su ropa, a sus cuentos, libros y más tarde a su mochila o a su autonomía y aseo en el colegio… Es decir, este aprendizaje se transfiere a todo.
-Antiguamente el juego se daba con más frecuencia en la calle, en las aceras del barrio o del pueblo, actualmente ha ganado la partida el juego dentro de casa. En este nuevo escenario, más cerca de los adultos, podemos trabajar hábitos y actitudes positivas, especialmente en cuanto al cuidado y uso de los juegos y juguetes.
-En las primeras edades es evidente que los padres nos responsabilizamos de esta tarea. Pero a partir de los 2 o 2 años y medio, nuestros pequeños empiezan a tener cierta autonomía, por tanto no hay que perder la ocasión; es a partir de aquí que debemos aprovechar cualquier momento para enseñar las primeras nociones de “orden” y hacerlo juntos, a modo de juego. Les enseñaremos cómo se guarda cada juguete, con mucha paciencia, para que se vayan acostumbrando poco a poco. Si se insiste día a día en que cada vez tiene que colocar cada juguete en su sitio, se creará la rutina de recoger siempre.
-No se puede establecer un orden sin antes predeterminar el lugar específico para cada tipo de objeto. Esto le permitirá saber dónde tiene que volver a dejarlo una vez que finalice su juego.Tendremos en cuenta la estatura del niño. Empezaremos por enseñarles a clasificar sus juguetes en rincones, cajas, cajones específicos donde los guardaran, poniendo en el frontis, o en un lugar visible, dibujos simbólicos a modo de pictos, que les ayuden a identificar dónde colocar cada juguete. A medida que crezcan, esto irá cambiando y les iremos dando más autonomía para que clasifiquen según su criterio, siempre que veamos que es coherente. Si ya saben escribir, les podemos pedir que escriban con rotulador de colores y con su propia letra, en etiquetas, el nombre de la categoría de los juegos (algunas opciones pueden ser: juegos de mesa, cuentos y libros, peluches y muñecos, deportes y pelotas, construcciones, coches, cosas de cocina y de supermercado etc.) Instalar repisas en la habitación para que coloquen sus muñecos favoritos, o sus coches puede ser otra opción.
-El lugar de los juguetes debe ser accesible para que puedan sacar sus cosas sin ayuda y los juguetes que queramos controlar, pueden guardarse en otra parte. Es aconsejable que elijamos el mismo lugar donde el niño suele jugar, un lugar donde el espacio sea seguro, que esté bien ventilado y con buena iluminación, que esté limpio y sea idóneo para que el niño pueda jugar espontáneamente, tranquilo y sin presiones.
-Nosotros los padres, hasta los 4 o 5 años debemos colaborar con el niño para recoger los juguetes, pero mostrándole que le estamos ayudando y que la tarea le corresponde a él solamente. Empecemos por dividir la actividad de recoger los juguetes en pequeños pasos, como por ejemplo: “pon todos los bloques en la bolsa y cuélgalos en el gancho, o, recoge todos los coches del piso y ponlos en su caja”. Atención: No debemos terminar por recoger los juguetes cuando el niño se niega, es una de las peores actitudes que podemos mostrar los padres, por tanto “No recoger”. Es necesario ser paciente y dejar que el niño se dé cuenta de lo difícil que es moverse en un espacio desordenado.
-Una buena idea es recoger los juguetes al ritmo de alguna canción específica que haga referencia a la propia tarea de ordenar, utilizar el cronómetro que solemos utilizar en la cocina para el tiempo de los guisos. Con ello podemos jugar a comprobar quién es capaz de recoger más cosas en menos tiempo. Juega con tu hijo a “¿cuántos juguetes puede recoger antes que suene la alarma?”. Además de divertido, recogerá jugando. Empleando fórmulas y estrategias motivantes siempre es más fácil.
-Cuando esté todo en su lugar, podemos hacer una foto para que quede el modelo a seguir. También podemos imprimir la foto y colgarla en un lugar visible en su habitación, explicándoles que “así se debe ver el cuarto cada vez que acaben de jugar”. Esto les hará sentirse orgullosos de ver cómo queda de ordenado, con su trabajo y tendrán interés en conservar el orden de este modo.
-Acordémonos siempre del refuerzo positivo, pues es una de las técnicas que mejor funciona para crear hábitos en los niños. Cada vez que recoja bien sus cosas y las coloque en su lugar, le felicitaremos y mostraremos nuestra aprobación por su buena actitud, premiándole después con una actividad que le resulte placentera como puede ser el compartir tiempo extra con él.
Si acostumbramos a los pequeños a utilizar responsablemente sus tesoros, los juguetes, desde pequeños, incluso jugando con ellos como hemos propuesto. Les enseñamos el hábito por cuidar sus cosas, utilizarlas convenientemente y responsabilizarse del orden de las mismas. Más tarde, cuando crezcan valoraremos y valorarán haber aprendido e interiorizado este hábito.
Pilar Espinosa García, psicóloga y terapeuta en Red Cenit.