Comprender cómo están interconectados los trastornos emocionales y la disfunción ejecutiva y cómo abordarlos desde un enfoque terapéutico integral, es fundamental para mejorar la salud mental de los individuos afectados.

Las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades cognitivas superiores que nos permiten planificar, organizar, resolver problemas, regular nuestras emociones y controlar nuestro comportamiento. Cuando estas habilidades se ven comprometidas, como suele ocurrir en trastornos neuropsicológicos como el Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), las consecuencias pueden ser: dificultad para concentrarse, la impulsividad y la falta de control sobre las emociones.

Por otro lado, los trastornos emocionales, como la ansiedad o la depresión, afectan a la forma en que procesamos y respondemos a los estímulos. Estos trastornos pueden exacerbar los síntomas de la disfunción ejecutiva y viceversa. Para comprender mejor esta relación es crucial explorar la base biológica que subyace a estos fenómenos:

Base Biológica

  • El córtex prefrontal es una región clave del cerebro involucrada en las funciones ejecutivas, y desempeña un papel central en la interacción entre dichas funciones y la gestión emocional. Las estructuras prefrontales son las principales encargadas de organizar el comportamiento y la toma de decisiones, siendo el control del cerebro emotivo. Los individuos con trastornos emocionales a menudo muestran alteraciones en la actividad y conectividad de esta zona, que pueden afectar su capacidad para regular las emociones y controlar los impulsos.
  • El sistema de recompensa del cerebro, que incluye estructuras como el núcleo accumbens y la amígdala, también está implicado en esta interacción. La disminución de la actividad en esta zona se ha asociado con la anhedonia y apatía. Esta falta de respuesta emocional positiva puede interferir con la motivación y la capacidad de concentración, contribuyendo así al déficit ejecutivo.
  • El córtex orbitofrontal es otra de las regiones implicadas en el control inhibitorio y la toma de decisiones; una alteración en él puede dificultar la capacidad de regular las emociones y resistir los impulsos, lo que puede manifestarse como impulsividad y/o dificultad para controlar los pensamientos y comportamientos desadaptativos que pueden estar asociados a problemas emocionales.
  • El córtex dorsolateral se relaciona con la organización temporal de la conducta, atención selectiva, flexibilidad cognitiva, razonamiento y sobre todo con la consecución de la experiencia consciente a través de la memoria de trabajo. Los sentimientos son el resultado de la representación de los procesos emocionales en la memoria de trabajo donde se integra la información actual y pasada para generar una percepción coherente que guiará la conducta de manera adaptativa. 

Sin una intervención adecuada este ciclo entre síntomas emocionales y de disfunción ejecutiva puede ser difícil de romper.

Abordajes terapéuticos

  • Una de las estrategias terapéuticas más efectivas para abordar esta compleja interacción es la estimulación cognitiva. Este enfoque se centra en mejorar las funciones cognitivas afectadas, como la memoria de trabajo, la flexibilidad mental y la atención selectiva, a través de una variedad de ejercicios y técnicas diseñadas específicamente para fortalecer el funcionamiento ejecutivo del cerebro. Al mejorar estas habilidades, también se puede observar una reducción en los síntomas emocionales asociados, ya que los individuos son capaces de regular mejor sus emociones.
  • Es crucial abordar también los aspectos emocionales subyacentes mediante terapia cognitivo-conductual (TCC), que puede ayudar a los individuos a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos, desarrollar habilidades de afrontamiento efectivas y aprender a regular sus emociones de manera más saludable.

En Red Cenit integramos estos diferentes enfoques en un plan de tratamiento completo y personalizado con el objetivo de ayudar a las personas a que alcancen un mayor bienestar emocional y cognitivo.

Celia Fernández Jávega , es psicóloga en Red Cenit

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