Son muchos los padres que utilizan la técnica de disciplina del tiempo fuera (rincón de pensar), con sus hijos. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones lo hacen de forma poco efectiva. Los envían a su habitación a pensar y cuando hayan pensado pueden volver. Y ¿cuál es el fallo?
Pues bien, vamos a contaros tres errores que suelen cometer los papás al aplicar esta técnica:
- Su habitación debe ser un lugar agradable en el que se sienta a gusto, no un lugar asociado a castigos.
- Generalmente, en sus habitaciones suelen estar sus juguetes, hobbies…, cosas con las que se pueden entretener.
- La duración del castigo la decide el niño: “cuando hayas pensado vuelves”, no el padre.
El Tiempo Fuera es más eficaz con niños de 2 a 10 años, pero puede utilizarse hasta los 12 años. El lugar al que se lleve al niñ@ no debe ser amenazante, pero sí aislado y aburrido, donde no haya nada a su alcance con lo que pueda entretenerse o que pueda destrozar. Los pasillos, por tanto, suelen reunir estas condiciones.
¿Qué pasos tenemos que dar para aplicar la técnica del Tiempo Fuera de manera correcta?
- Hacer la petición de forma eficaz. En voz alta (pero sin gritar), contar hasta 5 hacia atrás a intervalos de un segundo.
- Si al llegar a 1 no ha empezado a obedecer, mirándolo a los ojos y adoptando una postura firme, señalar la silla o la alfombrilla y repetir la petición en un tono más firme.
- Contar otra vez. Si de nuevo se llega a 1, decirle de forma clara las condiciones del aislamiento: “No hiciste,…, así que irás a la silla”. (Antes de aplicar este método de disciplina, al niñ@ se le habrán explicado las condiciones y el motivo por el que irá al rincón de pensar. Nunca utilizarlo de forma aleatoria o por sorpresa.
- Coger al niño por el brazo o muñeca con firmeza y calma y llevarlo a la silla. “Siéntate hasta que yo diga que puedes levantarte” Voz fuerte y firme, pero sin gritos ni agresiones para que él sepa que se dice en serio. Mientras se le lleva al Tiempo Fuera, no razonar ni discutir con el niñ@. Ignorar por completo sus posibles protestas o promesas de comportarse bien.
- La duración del Tiempo Fuera será de uno o dos minutos por año. Un minuto por año para las faltas leves y dos para las más severas (si tiene 5 años y la falta es leve estará 5 minutos y si es grave 10). Mientras esté en Tiempo Fuera no hay que discutir ni hablar con él.
- Cuando acabe el tiempo, ir hacia él. Si continua quejándose, decirle que no volveremos hasta que esté tranquilo y callado. No regresar hasta que esté tranquilo al menos durante 30 segundos.
- Preguntarle si está listo para hacer lo que se le pidió, o si lo que ha hecho ya no tiene remedio, preguntarle si lo volverá a repetir. Si se niega a colaborar o reincide en su acción, volverá o continuará en la silla.
- Cuando haga lo que se le pidió, en tono neutro decirle que nos gusta cuando hace lo que le pedimos. A lo que sí se deberemos estar especialmente atentos es a no perdernos la primera conducta positiva que haga para reforzársela.
- No se debe aplicar el Tiempo Fuera cuando con el niño consigue evitar una situación aversiva, por ejemplo si no quiere hacer los deberes, si no quiere comer algo….
¿Qué hacer y qué no durante el tiempo fuera?
- Después de varias semanas de Tiempo Fuera, no continuar contando hacia atrás en voz alta, de lo contrario el niño aprenderá a obedecer solo a peticiones con cuenta atrás.
- No abusar del tono firme o autoritario. Por lo general, no debería dramatizarse cuando se quiera hacer entender. Una vez que se use un determinado tono que signifique “lo digo en serio”, ninguna frase con menor firmeza se tomará en serio.
- Que nadie hable con el niño mientras está en el Rincón de Pensar.
- Finalizado el Tiempo Fuera, y dispuesto a obedecer, no hay que disculparse por haberlo castigado.
Cuando el niño intenta escapar del tiempo fuera
- La primera forma de escapar es intentando obedecer la petición. No hay que permitirlo. Después de haber contado dos veces hacia atrás, es demasiado tarde y el niño debe asumir las consecuencias.
- Puede resistirse físicamente, el padre puede utilizar la fuerza física con moderación para llevarlo a la silla y asegurarse de que se quedará allí, lo que significa levantarlo del suelo o cogerlo por los brazos y conducirlo hasta la silla, en ningún caso se utilizará la fuerza bruta o ninguna otra forma de herir al niño.
- Puede tener una rabieta fuerte cuando lo dirige a la silla o mientras está en ella. Armarse de paciencia y mantenerlo en la silla hasta que esté quieto durante al menos 30 segundos, aunque tenga que estar en ella durante 1 ó 2 horas. Por lo general, sólo se precisará una maratón de éstas. Una vez que comprenden que estando tranquilos pueden acortar el Tiempo Fuera, acortarán su estancia en la silla rápidamente.
- Muchos niños comenzarán a lanzar acusaciones que pueden resultar dolorosas (te odio, eres malo, no me quieres). Lo que se debe hacer es no prestar atención a dichas acusaciones por difícil que resulte y por supuesto, no responderles diciéndoles que sí lo quieren o cualquier otra cosa, con ello sólo conseguirán reforzar este tipo de manifestaciones.
- “No me encuentro bien”. A menos que el niño haya mostrado realmente síntomas de encontrarse mal durante el día, tampoco habrá que caer en la trampa.
- “Tengo hambre”. No pasa nada si se salta una merienda.
- Algunos se niegan a dejar la silla cuando han terminado el Tiempo Fuera. La forma correcta de actuar en estos casos será diciéndoles que se ha negado a obedecer lo que se le pide, y por lo tanto deberán empezar de nuevo el Tiempo Fuera.
Posibles problemas que pueden surgir
Muchos padres habrán utilizado el Tiempo Fuera en otras ocasiones sin éxito. Algunos motivos por lo que esto puede fallar serían:
- Utilizarlo como último recurso de castigo y de forma poco sistemática. Esto significaría que las órdenes se han repetido muchas veces y que el castigo no se ha impuesto inmediatamente después de la desobediencia.
- Dejar al niño el control del castigo: “Quédate en la habitación hasta que estés preparado para portarte bien”. Es el padre quien debe decidir cuándo y cómo el niño está preparado para salir.
- Establecer de forma arbitraria la duración del Tiempo Fuera, sin tener en cuenta la gravedad ni la edad.
- Ceder a las súplicas del niño por compasión.
Paqui Moreno. Psicóloga y Coordinadora de Funciones Cerebrales Superiores en Red Cenit Valencia