Pablo se despertó muy temprano, pero lo único que tiene en la mente es que no quiere ir a la escuela. Tiene miedo de entrar, porque desde hace algún tiempo, uno de los niños de su clase lo ha estado molestando. Cada mañana al llegar a su clase, Luis y otros compañeros lo insultan y le dicen que es un tonto. Lo peor es que todos los niños se ríen y se burlan de él. No se atreve a contárle a la maestra que sufre acoso escolar y mucho menos a sus papás, porque ya lo amenazaron con que si dice algo, le van a pegar. En el recreo no se junta con nadie, porque los demás niños creen que si le hablan, Luis se puede enfrentar a ellos también. A Pablo no le va muy bien con sus notas; le cuesta poner atención y no tiene ganas de hacer los deberes, Cuando está solo en su casa se esconde para llorar. Lo último que le hicieron es que le quitaron sus zapatos y se los escondieron. Y tuvo que volver descalzo a su casa. ¡Su mamá se enfadó mucho con él!
“En este mundo no se puede confiar en nadie”, piensa Pablo.

Las escuelas deberían ser siempre un espacio en el que sentirse seguro, sin embargo para muchos niños como Pablo, el colegio se ha convertido en el lugar en el que son víctimas de un tipo violencia que ejercen sus propios compañeros: el acoso escolar. Hay niños que, por distintas razones, sufren maltrato físico o psicológico por parte de otros niños a través de actitudes como la represión, la discriminación, la homofobia, la violencia sexual, o el castigo corporal.

¿Qué es el acoso escolar?

El acoso escolar es una conducta reiterada por la que un alumno, varios, o incluso todo un grupo, someten a maltrato verbal, psicológico, físico o social a uno o varios de sus compañeros con el fin de aislarlos, humillarlos y someterlos.

¿Dónde tiene lugar el acoso escolar?

Prácticamente en cualquier momento, lugar o situación en la que no se encuentre presente un profesor o cualquier figura de autoridad. Por eso se trata de un fenómeno difícil de detectar. Algunos lugares y momentos en que el acoso  escolar suele manifestarse son los siguientes:

  • En la entrada y salida del centro
  • En el recreo
  • En los cambios de clase, en pasillos o baños
  • En la misma aula, cuando el profesor no mira
  • En el comedor
  • En la ruta escolar
  • En las excursiones o visitas
  • A través de llamadas o, sobre todo, mensajes de móvil
  • En las redes sociales o mediante e-mail

¿Qué síntomas pueden revelar la existencia de una situación de acoso escolar?

  • Incremento súbito de las faltas de asistencia
  • Negativa a asistir al centro
  • Caída drástica del rendimiento escolar
  • Problemas de concentración y atención en clase
  • Cambios de carácter: ansiedad, mutismo, tristeza, irritabilidad, introversión, agresividad,…
  • Somatizaciones: malestar al levantarse, mareos, dolores de cabeza, molestias o alteraciones gastrointestinales, asfixia u opresión en el pecho, temblores, palpitaciones,…
  • Alteraciones del apetito o del sueño
  • Aislamiento
  • Abandono de aficiones

¿Cómo actuar?

  • Ante la sospecha de que su hijo pueda estar sufriendo acoso escolar, hablar con él, haciéndole ver que el silencio no le llevará a nada. Hay que asegurarse de que comprenda que cuenta con su amor y su apoyo totales e incondicionales y tratar de eliminar cualquier posible sentimiento de culpabilidad.
  • Persuadir a su hijo de que evite por completo el contacto con sus acosadores y renuncie a cualquier respuesta violenta que podría agravar el problema.
  • Tratar de incrementar el tiempo que pasa con su hijo y realizar con él alguna actividad motivadora que pueda ayudarle a sentirse querido y a recuperar su autoestima.
  • Poner el asunto en conocimiento del centro escolar, a través del tutor o el departamento de orientación y solicitar su implicación en el caso.
  • Evitar cualquier respuesta unilateral, violenta o no, dirigida hacia los presuntos maltratadores o sus familias.
  • Colaborar con el centro escolar en todo aquello que le pida.

 

Raquel Herrero, psicóloga clínica en Red Cenit