Después de siete años trabajando con niños con autismo, he descubierto que el juguete que más les gusta, interesa, mantiene jugando un buen rato y divierte es el más sencillo y barato de todos: una hucha fabricada por mí misma.

 

Muchas veces nos devanamos los sesos para encontrar un juguete que interese al niño con autismo, ya que la mayoría de juguetes convencionales no les resultan atractivos y, sí lo hacen, es solo durante pocos minutos. Después de conocer bien su forma de jugar y comprender que, puesto que tienen una manera diferente de percibir, también tienen una manera diferente de jugar y unos intereses diferentes a los de la mayoría de niños.

Y es que a veces los juguetes más sencillos son los mejores y este es un claro ejemplo. Algo tan sencillo como coger un bote de leche o cacao o cereales en polvo, (cualquiera que sea de metal y tenga la tapa de plástico blando); buscar objetos que nos puedan servir de “fichas para meterlos”, y recortar una ranura ajustada a la forma de esos objetos para que sea un poco difícil meterlos y el niño tenga que hacer un poco de fuerza y ¡“voilà!” Ya tienes el mejor juguete que he visto en mis siete años trabajando con niños con autismo.

No sólo descubrirás que les encanta, sino que además podrás trabajar muchísimas cosas ya que es un juego con infinitas posibilidades, entre las cuales encontramos:

  • Aprender a permanecer en una tarea un mínimo de tiempo: controlando el número de fichas y asegurándote que se acostumbra a ponerlas todas.
  • Piscomotricidad fina y fuerza en los dedos: eligiendo el grosor, el tamaño y lo ajustada que esté la ranura podemos aumentar o disminuir la exigencia en función de las necesidades del niño.
  • Turnos: hay muchas fichas y una sola ranura. ¡Hay que aprender a respetar turnos!
  • Conceptos: puedes aprovechar fichas de diferentes colores, formas geométricas, números, etc., e ir pidiendo al niño que introduzca la ficha concreta que tú le pides.
  • Ajustes posturales: puedes exigirle hacer la hucha siempre con las piernas cruzadas, sentado, de pié o de rodillas, según lo que quieras trabajar.
  • Comunicación y demanda: como a muchos les encanta esta actividad es un momento ideal para exigirle que pidan correctamente a través de su sistema de comunicación cada ficha.

Y muchas cosas más que cada niño descubre sobre la marcha. No lo pienses y haz este juguete estrella para tu pequeño. Además, reciclas y cuidas nuestro planeta. ¡Todo ventajas!

María Tudela es  Terapeuta Ocupacional en Red Cenit