El masaje Infantil, beneficios en muchos sentidos.

Mother Resting Head on Infant's Chest

Son muchos los estudios científicos que muestran los beneficios del contacto afectivo durante los primeros años de vida, es por esto por lo que se considera la estimulación táctil como una necesidad básica, tan importante para el desarrollo como la alimentación. Debemos tener en cuenta que el contacto físico es la primera forma de comunicación y la más íntima e intensa de los seres humanos.

Dicho esto, nos referimos al  masaje infantil como una manera de comunicarse con el bebé a través del tacto permitiendo de este modo establecer el primer contacto, facilita el establecimiento del vínculo entre los padres y el bebé porque promueve el contacto piel a piel, contacto con la mirada, sonrisas, palabras, sonidos, abrazos, caricias, olor. El masaje infantil es estimulante y relajante a la vez,  y proporciona muchos beneficios a diferentes niveles, a continuación hablaremos sobre algunos de ellos.

Placer sensorial

El placer sensorial es importantísimo para poder vivir el cuerpo y el ser con libertad, obertura, sensualidad, sensibilidad y autonomía. El masaje es una muy buena herramienta que nos permite tomar conciencia de forma placentera de las dimensiones y el espacio de nuestro cuerpo en relación al espacio externo. Nos permite conocer nuestros límites corporales, que en el futuro nos ayudarán a conocer nuestros límites respecto a los demás y a respetarlos. Si este conocimiento ha sido placentero, implica una aceptación buena de uno mismo, factor importantísimo para la seguridad, confianza y autoestima. Esta seguridad es la que nos mantiene en equilibrio emocional y nos permite abrirnos al mundo aceptando a los demás.

Equilibrio tensión-relajación. Función liberadora

Tensión: porque el estímulo táctil, auditivo, visual, emocional… que «juegan» en el masaje, ponen al bebé en estado de alerta, y lo abre a procesos de memorización y aprendizaje.

Relajación: porque reduce la tensión excesiva cuando se canaliza. Ayuda a autorregular y procesar las experiencias vividas y permite al bebé liberar las tensiones acumuladas del día con la persona en quien más confía, en un clima cálido, tranquilo, de amor y acogida. Con el masaje, el bebé aprende a responder a la tensión con la relajación.

El masaje diario aumenta el umbral para soportar los estímulos en la mayoría de los bebes. Los bebés con problemas de aceptación del tacto (prematuros, hipersensitivos), van aumentando gradualmente la tolerancia de forma suave y cuidadosa. La escucha del niño es básica al dar el masaje.

El contacto corporal, vivido de forma positiva, ayuda al niño a disolver tensiones corporales-emocionales, ya que le permite una vía de canalización y salida de sus angustias. A veces, cuando tocamos a un niño durante el masaje, se desencadena el llanto. Este llanto puede no estar relacionado a una razón fisiológica concreta, ni al rechazo a nuestro contacto. Podemos haber facilitado una vía de salida a una situación estresante. Por eso dicho llanto es positivo y bueno que se produzca. Saber escuchar y acompañar este llanto es una necesidad que acerca y fortalece la relación y la confianza.

Por tanto, podemos decir que el masaje en los niños tiene dos funciones liberadoras: liberar de tensiones físicas producidas por una tensión excesiva, y  la liberación emocional.

Vínculo afectivo

Ayuda a crear y a nutrir los lazos entre madre/padre/bebé, que tan importantes son en la relación y comunicación entre ellos. Cuanto más vinculados estén los padres respecto al niño, más vinculado estará el niño con los padres, convirtiendo esta relación comunicativa tan fuerte en la base sobre la que se irá construyendo el desarrollo positivo de su persona. Este vínculo no solo se puede establecer con la madre. La función del padre es básica en el nuevo núcleo familiar. El masaje diario, permite al padre encontrar una relación intensa con su pequeño desde los inicios. Menos probabilidad habrá de abandono físico, psíquico o emocional del niño, y por lo tanto, disminuye el riesgo de maltrato infantil. Cuando hay unos vínculos afectivos fuertes, hay una buena base para un mejor conocimiento mutuo. Aunque las condiciones no hayan sido favorables y no se haya podido establecer una vinculación inicial, el masaje infantil puede ser una vía para potenciar este vínculo.

Ahora que ya sabemos que el tacto es un medio para el desarrollo fisiológico, psicológico y emocional del bebé que beneficia, tanto al bebé como a los padres y madres, estimulando y fortaleciendo los vínculos afectivos y la escucha mutua  ¿por qué no animarnos a compartir este placer con los más pequeños?

“Si alguien a quien queremos y nos quiere nos ofrece un masaje diario, en el momento que queramos y sólo si nos apetece, ¿qué diríamos?”

María Vicente psicóloga y terapeuta en Red Cenit.