Las habilidades sociales en adolescentes con TEA pueden estar alteradas en mayor o menor grado. Actividades cotidianas en las que se relacionen con otras personas, así como tener una conversación informal, pueden ocasionarles mucho esfuerzo y estrés. En esta etapa cumplen un rol fundamental los padres, los cuales aportan contención a sus hijos en este proceso, y pueden enseñarles habilidades y estrategias que los beneficien y ayuden a relacionarse con sus iguales para mejorar su calidad de vida.
A continuación, os proponemos una serie de estrategias para fomentar las habilidades sociales en adolescentes con TEA. A su vez, es fundamental que para ello tengáis en cuenta las capacidades e intereses que tienen vuestros chicos/as y aprovechar situaciones su vida cotidiana.
- Buscar su mirada y, una vez que sepamos que nos está atendiendo, darle un mensaje concreto y claro, evitar dar mucha información en un mismo mensaje y hacerle muchas preguntas. Nos ayudará a interactuar con el/ ella si le hablamos sobre algún tema que le guste o interese. Asimismo, es muy importante evitar invadirle realizando gestos como tocar o girar su cara para que nos mire.
- Muestrales mediante el ejemplo para que aprendan a saludar y a despedirse tanto de manera verbal como no verbal. Según el caso, algunas personas con TEA presentan dificultad para interpretar las señales no verbales. Ante esto, es recomendable enseñarles las reglas y los convencionalismos sociales básicos. En el caso de que tienda a hablar demasiado sobre un tema específico, es aconsejable definir con él los límites de cuando puede, o no, ser introducido en la conversación. Podéis establecer un gesto o palabra clave para señalarle cuando puede estar hablando sobre ese tema.
- Favorecer la toma de turnos en la conversación y crear situaciones que propicien la interacción y la socialización. Organizar encuentros con otros chicos/as para realizar las actividades que más le gusten y así poder relacionarse con ellos. Aunque al principio sea solo durante unos minutos, el tiempo irá incrementado y podrá interactuar con otros jóvenes de su edad.
- Interpreta algunas conversaciones modelando y explicando distintas formas de iniciar una conversación. También anímale a que busque temas de conversación que estén relacionados con los intereses de las personas involucradas en la conversación, para que no hable sólo de cosas que le interesan a él. Enséñale temas que puedan ser de interés general, como deportes o sucesos de actualidad, hobbies, así como introducir preguntas que apoyen el inicio y el mantenimiento de la conversación entre el grupo de amigos, además, facilitar una finalización de la conversación adecuada.
- Enséñales a identificar las pausas y momentos para entrar en la conversación, por ejemplo: usar algún objeto en alguna conversación grupal, de manera que sólo tenga permitido hablar cuando le pases el objeto. Otro ejemplo para enseñar este tipo de habilidad es mediante la visualización de programas de televisión para enseñarle a identificar las pausas en las conversaciones.
- Ayúdale a comprender las señales de desinterés para que pueda cambiar de tema de conversación si es necesario. Para esto enséñale a preguntar a la otra persona qué tal ha estado últimamente. También es una buena forma de dirigir la conversación hacía cosas que le interesen al otro participante. Fijarse en qué está haciendo la otra persona y hacer preguntas en tiempo presente, pasado o futuro tales como: “¿qué libro estás leyendo?, “¿qué has hecho este fin de semana?, o “¿a dónde vas a ir en las vacaciones?”.
- Enséñales a conocer y expresar las emociones y sus causas para comprender la relación entre lo que sienten y el acontecimiento que lo ha provocado. Pregúntales no solo cómo se sienten o cómo se sienten las personas que los rodean, sino también ¿por qué? Asimismo, enséñales a responder a las emociones de otros para saber cómo responder cuando alguien les dice que se siente enfadado, triste, contento o asustado.
- Cuando se les dificulte comprender a los demás, y no entiendan que alguien está enfadado con ellos, conviene que les hablemos de forma tranquila y clara. La voz alta y las expresiones vivas pueden llegar a sobrecargarle, por eso es necesario hablarle de forma serena y sin dobles sentidos explicándole de forma literal lo que se quiere decir.
- Enseñar situaciones específicas como qué decir si alguien está bromeando y cómo se sienten otras personas en determinadas situaciones. La persona con TEA tendrá que trabajar estas cosas mediante la lógica o la imposición de reglas, más que de forma intuitiva. Los juegos de roles pueden resultarnos de mucha ayuda para enseñarle distintas situaciones sociales.
- Apóyale para que practique algún deporte. En el caso de los adolescentes con TEA, les sirve para relacionarse con un entorno diferente y poder llevar a cabo otro tipo de actividades que pueden resultar muy beneficiosas.
- Algunos chicos/as pueden llegar a abrumarse y agobiarse mucho al momento de reunirse con un grupo de jóvenes. En estos casos se puede empezar trabajando la necesidad de que éstos toleren la proximidad física, después se puede hacer hincapié en el aumento de los niveles de relación y cooperación. En el caso de que el chico/a no quiera hacer amigos o pasar su tiempo libre con otras personas, tenemos que respetarle y entender que este proceso puede requerirle más tiempo.
- Cuando se frustren porque fracasan en sus relaciones sociales, será muy útil crear un guion o lista de cosas que el joven debe hacer cuando empiece a sentirse enfadado, pueden ser estrategias para calmarse o soluciones que le permitan salir de la situación. Es importante motivarle para que siga estos guiones y premiarle cuando consiga gestionar su enfado o frustración con éxito.
- En el caso de mostrarse algo brusco ante otras personas a la hora de hablar, porque tiendan a decir todo lo que piensan, no identifiquen el tono de lenguaje adecuado o en algunos casos hablen como adultos, se les deberá dar oportunidades para que observen cómo hablan e interactúan sus iguales entre ellos y con ello practiquen estas situaciones. La visualización de vídeos de interacciones inadecuadas que haya tenido puede ser de utilidad. Explícale de forma asertiva que ha hecho mal, esto puede ser de gran ayuda, siempre que no se dañe o afecte su autoestima.
Para finalizar, hay que intentar que comprendan que aprender este tipo de estrategias para fomentar las habilidades sociales en adolescentes con TEA, es algo divertido, y que iniciar una conversación no tiene que ser algo vergonzoso o aburrido. Puedes intentar plantearlo como un desafío y hacerlo de forma entretenida felicitándole por sus progresos.
Recuerda respetar sus límites y encuentra temas de conversación que os interesen convirtiendo esta enseñanza en una actividad agradable y el aprendizaje será mucho más llevadero.
Denisse Huerta, es psicóloga en Red Cenit