Cerca de los dos años, los niños empiezan a experimentar sus emociones con más intensidad, muchas veces sin razones de peso. Aunque es a los 3-4 años, cuando estas rabietas alcanzan su punto más álgido. Los padres en muchas ocasiones no entienden por qué, y no saben muy bien cómo reaccionar ante estas situaciones.

Primero de todo, es importante que entendamos que a esas edades, los niños no comprenden sus emociones, se desesperan, y una de las maneras que tienen de expresar lo que sienten es chillando, llorando, pataleando… Tengamos en cuenta, que es a partir de los 3 años cuando empiezan a ser más consciente de su autonomía y es normal que el niño quiera empezar a ser independiente. El problema es que todavía no tienen las habilidades suficientes, y de ahí la frustración y el enfado.

Resulta una etapa del desarrollo infantil dificultosa para los padres o educadores, pues a veces es complicado lidiar con todas estas situaciones. Eso sí, algo transcendental, es que los cuidadores comprendan que esto es algo normal en el desarrollo del nene, y que cuando ocurran, sigan tranquilos, respiren hondo, atendiendo al niño, pero ignorando su enfado; ya que si le prestamos más atención, éste no cederá. De otra forma, si extinguimos y lo ignoramos, llegará un punto en que el niño desistirá y se le pasará el berrinche.

Hoy me gustaría hablaros de una técnica muy útil para que nuestros pequeños canalicen su enfado y aprendan a dirigir sus emociones sin hacerse daño ni a ellos ni a los demás. Os hablo de «La caja de la rabia«. Se trata de una técnica para controlar el enfado diseñada por la psicóloga española Marina Marín, que se basa en el cuento infantil «Vaya rabieta» de la escritora francesa Mireille d’Allancé.

En el cuento se narra la historia de Roberto, un niño al que le ocurren muchas cosas a lo largo de un día, y todas le hacen enfadar mucho y lo expresa a través de una rabieta. En las páginas del libro, se va ilustrando cómo aparece un gran monstruo que sale del niño y que es el que se vuelve causante de todos sus actos, y destruye todo a su paso. Llega un momento, en que Roberto es más consciente del daño que está provocando, y se le ocurre una idea: va arreglando las cosas poquito a poco, y de esta forma el monstruo se va haciendo más pequeño y más y más, hasta poder encerrarlo dentro de una caja para no dejarlo salir nunca más.

La técnica para controlar el enfado consiste en que el niño cuando esté muy enfadado, dibuje y plasme en un papel lo que quiera (garabatos por ejemplo), «desahogándose» así de su rabia. A veces, el simple hecho de dibujar ya hace que disminuya su malestar gracias a la concentración. Una vez se ha terminado el dibujo, se le añaden ojos, manos y pies, para terminar «su monstruo de la rabia». Por último, elegimos una cajita con tapa, arrugamos el papel y lo metemos dentro de la caja, no dejando que salga más ese monstruo.

Con esta técnica para controlar el enfado, los niños aprenden a ser más conscientes de sus propias emociones, y pueden llegar a ver el impacto que tienen éstas, no sólo en ellos mismos, sino en el entorno que les rodea. Además, ayudará a controlar sus momentos de enfado o agresividad a través de una forma sencilla y divertida.

(https://www.youtube.com/watch?v=Xq-SuHdzuzI os adjuntamos el link del cuento en vídeo)

Virginia Domínguez, Psicóloga en Red Cenit