En ocasiones muchos padres se ven expuestos a dar órdenes y a repetir constantemente las mismas frases o sermones, los cuales sólo contribuyen a que el niño o adolescente desconecte y deje de prestar atención, ya que piensa que le están reiterando las mismas cosas una y otra vez.
Saber escuchar es una habilidad que puede llegar a ser muy difícil de aprender y, por lo tanto, requiere de un entrenamiento para su aprendizaje. Es importantísima y tendrás que desarrollarla si quieres mejorar la comunicación con tus hijos.

Deberás empezar intentando ser un modelo a seguir, hablando menos y escuchando más. Pero ¿cómo puedes empezar a hacerlo? Una de las principales claves es estar en silencio cuando nuestro hijo hable.

Uno de los errores que cometen algunos padres cuando preguntan algo a sus hijos es que ellos se auto-contestan de forma inmediata. Por ejemplo, cuando los padres preguntan a sus hijos si ya han hecho los deberes y éstos responden inmediatamente, las frases de los padres suelen ser del tipo “seguramente no los has hecho, porque estabas viendo la televisión, o haciendo cosas, deberías ponerte ahora mismo a hacerlos para que no se te haga tarde y tengas sueño”. Este tipo de contestaciones que le das a tu hijo solo repercute en que éste desconecte y no te preste atención desde la primera frase del discurso. Y si tu hijo/a tenía intención de contestarte, lo más probable es que deje de hacerlo porque no le diste oportunidad.

Otra forma en la que algunos padres suelen dirigirse a sus hijos es dando órdenes. Está comprobado que la mayoría de las veces, cuando damos una orden a nuestro hijo el cerebro de éste actúa de forma automática y desarrolla un mecanismo de defensa el cual contribuye a que éste se bloquee y tu hijo deje de escucharte.

Asimismo, algunas barreras de comunicación entre padres e hijos que repercuten en la atención de los segundos hacia los primeros son las siguientes:

  • Cuando los padres intervienen con la intención de rescatar o solucionar en lugar de escuchar a sus hijos.
  • Minimizar el sentimiento o intentar disuadir al niño de su emoción para lograr que éste tenga el “sentimiento correcto”. Por ejemplo, decir que no esté triste porque se le ha roto su juguete favorito, sabiendo que el niño lo está realmente.
  • Contestarles de forma defensiva.
  • Cuando los padres interrumpen a su hijo para dar una clase de valores.
  • Llegar a juzgarle por sus acciones. 
  • Tomarte la opinión de tu hijo o las cosas de forma personal. 

Por lo tanto, ¿cuál puede ser la manera más asertiva de lograr mejorar la comunicación con tus hijos y, por consiguiente, que te escuchen con mayor atención cuando les hables?

  1. Principalmente, los padres deben empezar a escuchar reflexivamente y mejor a los hijos. Prestar atención a los detalles que cuentan, conectar con sus sentimientos y emociones para que éstos se sientan mejor y más comprendidos. Escucharles en silencio servirá para mejorar la comunicación con tus hijos. Así expresaremos mucho, sin decir nada.
  2. En muchas ocasiones, nuestros hijos solo necesitan ser escuchados y que se les presten atención. No requieren de opiniones, soluciones, ni que los padres se compadezcan.
  3. Evitar los sermones o discusiones en la conversación.
  4. Darles consejos cuando lo pidan; dejar las lecciones de vida que no han pedido sin dejar de guiarlos, y ayudarles a tomar buenas decisiones siempre de forma empática y respetuosa. Un ejemplo podría ser el siguiente: “observo que estás triste porque no te invitaron a la fiesta de tu compañero a la cual tenías ganas de ir. Yo en tu lugar también lo estaría”. Con este tipo de frases tu hijo puede llegar a sentirse comprendido y puede ayudar a mejorar la comunicación entre ambos.
  5. Pedir permiso antes de dar una recomendación o consejo puede mejorar la comunicación con tus hijos. Por ejemplo: “¿te puedo decir lo que yo haría en tu lugar?”
  6. Hablar menos y escuchar más, dejar que los hijos se expresen.

No podemos esperar que como padres nuestros hijos hagan siempre todo lo que les decimos. Sin embargo, si reflexionas con ellos, les permites aprender sin juicios de valor dando mayor sentido a sus peticiones y/o consejos, y esto ayudará a mejorar la comunicación con tus hijos

Denisse Huerta, es psicóloga en Red Cenit


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