Según los criterios del DSM-5, el Trastorno del Espectro Autista (TEA), se caracteriza por ser un trastorno del neurodesarrollo que afecta al comportamiento, comunicación y a las interacciones sociales, unido a conductas repetitivas, intereses restringidos y anomalías sensoriales, creando interferencias en el funcionamiento del día a día.

Además de esto, uno de los problemas que se repiten frecuentemente en la población infantil con autismo es el relacionado con la alimentación ya que presentan limitaciones a la hora de introducir nuevos alimentos en su dieta, correspondiendo a hiperselectividad alimentaria, o bien, caracterizándose por una respuesta exagerada o repulsión de los alimentos, provocado por una hipersensibilidad.

Además, son más los factores que desencadenan alteraciones en la alimentación, surgiendo entre otros  a posibles alteraciones gastrointestinales, intolerancias o alergias y problemas conductuales.

Una dieta equilibrada es imprescindible para otorgar a todas las personas una buena calidad de vida y un desarrollo adecuado desde una temprana edad, componiéndose de una gran variedad de alimentos que cumplan con las cantidades requeridas de macronutrientes y se encuentre disminuida de alimentos procesados y altos en azúcares refinados.

Pincipales problemas de alimentación en niños con autismo

En el caso de los problemas de alimentación en niños con autismo, es de gran importancia favorecerles una adecuada alimentación, ya que pueden darse algunos desafíos que están recogidos por la La guía de intervención ante los trastornos de la alimentación en niños y niñas con trastorno del espectro autista (TEA), publicada por la Federación Autismo Madrid, estando relacionados con el comportamiento y con la ingesta de determinados alimentos.

1. Alteraciones del ritmo de la conducta: donde encontramos dos extremos; niños donde la sensación de saciedad es escasa y comen de forma compulsiva, y niños en los que los tiempos de comida son amplios y lentos por su poca motivación a la hora de comer.
2. Negativa de comer sólidos: son casos de niños que comen de todo triturado y no presentan una nutrición deficiente, pero se da un rechazo absoluto cuando se cambia la textura del alimento a sólido, produciéndose conductas disruptivas e incluso el rechazo del alimento. Se puede manifestar como aversión a determinadas texturas y con dificultad a la hora de masticar y deglutir los alimentos sólidos.
3. La variedad de alimentos extremadamente limitada implica una selección restringida de alimentos que el niño consume, por lo que se puede producir una falta de obtención de los nutrientes necesarios y/o un consumo calórico excesivo e inadecuado, dándose casos en los que los alimentos pertenecen a una determinada marca o están cocinados de una única forma.
4. Los marcados rituales pueden estar presentes durante la comida, siguiendo secuencias específicas para llevarla a cabo y la ruptura de estos puede desencadenar el descontrol en el niño, causando limitaciones para los familiares.
5. Los problemas conductuales se pueden manifestar durante el tiempo de las comidas, dándose dificultades a la hora de controlar los impulsos, llamando la atención a través de provocaciones como escupir, lanzar y derramar la comida o redirigirla a través del adulto aunque se haya conseguido la autonomía a la hora de utilizar los cuchillos.
6. Conducta de pica: en ocasiones, el trastorno es tan intenso que el niño no discrimina lo que quiere y se dan ingestas de sustancias no nutritivas y lo pueden poner en peligro por atragantamientos, alergias, intoxicaciones o perforaciones intestinales.

Para contribuir una mejor calidad de vida y promover un desarrollo saludable en los niños con TEA que presentan estos desafíos alimentarios, es necesario reconocerlos y abordarlos brindándoles el apoyo y la orientación necesaria tanto a ellos como a sus familias.

Es importante realizar una valoración de estos problemas de alimentación en niños con autismo y una posterior intervención multidisciplinar del patrón alimentario, a la vez de investigar y evaluar la efectividad que presentan estas intervenciones en los niños con estas dificultades.

Soledad Fuentes, es Terapeuta Ocupacional en Red Cenit Valencia

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