Aprender a estudiar no es una tarea fácil.

Para que el estudio resulte eficaz hay que manejar una serie de estrategias que facilitarán el proceso de aprendizaje y ¿sabes por qué me gustan especialmente estas técnicas de estudio?

Porque permiten a los alumnos ser artífices de su propio aprendizaje de una forma activa, responsable, eficiente, productiva  y consciente.

Vamos por partes.

El primer paso es crear un ambiente adecuado para el estudio. El orden es imprescindible ya que transmite equilibrio, reduce el estrés y convierte tu zona de estudio  en un espacio propicio para el aprendizaje.

Algunos aspectos  ambientales a tener en cuenta son los siguientes:

  • Iluminación bien dirigida y distribuida, que no produzca zonas de sombra y luz  del tono más neutro posible (el que más se asemeje a la luz solar)
  • Temperatura  adecuada entre 19,5º y 22º de forma que no se sienta  la incomodidad del frío ni el sopor que produce el calor.
  • Ventilación. Renovar el aire abriendo la ventana si es posible  ya que la disminución de oxígeno entorpece el funcionamiento de las conexiones neuronales aumentando la sensación de agotamiento, dolor de cabeza y somnolencia.

Una vez creado nuestro espacio de trabajo es importante diseñar una planificación adaptada las necesidades y circunstancias de cada alumno teniendo en cuenta las horas disponibles y distribuyéndolas entre los cinco días de la semana. Este horario debe ser realista, flexible, personal y responsable.

Los fines de semana es aconsejable descansar,  pero dedicar un tiempo al estudio permitirá reforzar los puntos débiles e ir al día con los trabajos.

Respecto a las técnicas de estudio, vamos a ver cuáles podrían ayudarte a la hora de estudiar:

  • Active recall: involucra al estudiante en el proceso de memorización. Consiste en leer un texto y posteriormente escribir en un papel todo lo que se recuerde. Corregir será el segundo paso detectando lagunas y completar con lo que falte el tercero,  volviendo a repetir el proceso hasta incluir toda la información. Es importante para fijar en la memoria relacionar lo leído con otras fuentes que permitan reflexionar sobre la información.
  • El método Cornell creado por Walter Paul es un excelente sistema para tomar apuntes: consiste en la escucha activa durante las explicaciones en clase, toma de apuntes y posterior organización de la información. Para ello se utiliza una hoja dividida en cuatro secciones, títulos, notas de clase, ideas principales y resumen (te dejo una plantilla al final del post)
  • Técnica de Pomodoro. Permite la división del tiempo entre períodos de máxima concentración y descansos. Para ello se estructura el tiempo en estudios de 25 minutos y cinco de descanso. Existen diferentes aplicaciones en internet que facilitarán que diseñes tu propio tiempo de estudio.
  • Flashcards o tarjetas de estudio: por una cara escribiremos una pregunta o tema de estudio y por la otra desarrollaremos el contenido. Para ello hay que detectar las ideas más importantes y sintetizarlas. Es como un juego de Trivial que te permite repasar los temas que estás estudiando.

Aprender no es recibir una información, sino participar activamente en el proceso de estudio y construcción de significados,  curiosear, tener fuerza de voluntad y desear alcanzar metas. 

¡Ahora te toca a ti poner en práctica estas técnicas de estudio!

TÉCNICA DEL POMODORO: https://pomodoro-tracker.com/?lang=es by @estudia_conmigo

Amparo Ibáñez Orrico, es pedagoga en Red Cenit

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