La Realidad Virtual (RV) y la Realidad Aumentada (RA) forman parte de las denominadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) y pueden definirse como un conjunto de entornos tridimensionales con los que una persona interactúa en tiempo real produciéndose, de esa forma, una sensación de inmersión (sentido de presencia) semejante a la que ocurre en una situación real. Sentido de presencia e interacción con el entorno son, de hecho, los componentes característicos de este tipo de tecnología.

En psicoterapia los entornos virtuales nos permiten no sólo la reproducción de configuraciones estimulares relevantes para la intervención en salud mental, sino además la posibilidad de manipular determinadas variables con la finalidad de controlar y adaptar la intervención a las características de nuestro paciente. Por ello esta tecnología nos permite, en ocasiones, trabajar de una forma en la que no podríamos hacerlo en la situación real: nos proporciona la opción de evaluar e intervenir con el  paciente “dentro” de una situación específica (estando en el metro,  por ejemplo), sin necesidad de salir de la consulta; nos permite repetir determinadas condiciones (un despegue, por ejemplo), las veces necesarias para trabajar un objetivo terapéutico (habituación, inhibición recíproca de una respuesta ansiógena, relajación…), y nos ayuda a planificar de forma personalizada, manipulando variables de configuración y en el momento en que se lanzan determinados eventos, las etapas de la intervención. En definitiva, se trata de una herramienta que, bien usada, nos facilitará la aplicación de protocolos de evaluación e intervención psicológica. Es esencial indicar, no obstante, que las TICs por sí solas no producen el cambio terapéutico. Por ello, es absolutamente imprescindible utilizar los entornos de Psious dentro de los protocolos de evaluación e intervención psicológica que hayan mostrado evidencia empírica (para una visión general puedes revisar, por ejemplo, Daset, Lilian R.  y Cracco, Cecilia; 2013). La investigación en Psicología cuenta ya con una amplia base empírica en la que se incluyen protocolos de Realidad Virtual o Realidad Aumentada y que han demostrado su eficacia y eficiencia terapéutica (puedes revisar por ejemplo, Botella et al., 2012).

En Psious se desarrollan entornos virtuales para que los profesionales del ámbito sanitario cuenten con las herramientas accesibles, flexibles, personalizables y atractivas, para poder aplicar los tratamientos que han demostrado una mejor eficacia y eficiencia terapéutica. Todos los entornos se basan en la revisión bibliográfica de estudios validados y en la experiencia clínica de profesionales de la salud mental.

Principales ventajas de la Realidad Virtual en psicoterapia (RV)

La RV es una técnica no invasiva y segura que se basa en la proyección de gráficos 3D interactivos a través de un aparato de RV (gafas y auriculares). La colocación del casco aísla de los estímulos externos transportando al usuario a un entorno diferente del que se halla en ese momento. Es en ese entorno “virtual”, diseñado por y para profesionales sanitarios, donde se aplica el procedimiento terapéutico más adecuado a las características del paciente.

Como en muchos otros ámbitos, las nuevas tecnologías nos aportan la posibilidad de facilitar determinados procesos. En el caso de la psicoterapia nos permiten controlar el proceso terapéutico, es decir, permiten personalizar las intervenciones psicológicas a las características y necesidades del paciente. Por ejemplo, en el caso del miedo a volar, te permitirán aterrizar antes de despegar y además, podrás hacerlo cuantas veces sea necesario. Tal y como señala Gutiérrez (2002), existen una serie de ventajas, podríamos denominar el Decálogo de ventajas de la Realidad Virtual en psicoterapia, de las que pueden beneficiar, nuestros pacientes:

  1. Ofrece un mayor grado de privacidad que la exposición en vivo.
  2. El coste también es menor al no ser necesario, por ejemplo, el desplazamiento de terapeutas o tener que contratar co-terapeutas.
  3. Permite llevar a cabo tratamientos en las configuraciones estimulares de difícil acceso (despegues, tormentas…), y resolver más fácilmente los problemas asociados con las dificultades de imaginación de los pacientes.
  4. Proporciona mayor control de los estímulos y condiciones estimulares. El terapeuta puede decidir si es de día o de noche, si llueve o hace sol… De esa forma puede ajustar mejor el proceso terapéutico a las necesidades del paciente.
  5. Permite crear situaciones que van más allá de lo que se puede encontrar en la propia realidad. Por ejemplo, recrear 10 despegues seguidos o subir en ascensor sin detenerse en ninguna planta durante 5 minutos.
  6. Facilita el autoentrenamiento y el sobreaprendizaje, puesto que el paciente no ha de esperar a que los sucesos tengan lugar en la vida real, sino que puede producirlos y reproducirlos cuando lo desee.
  7. Permite al terapeuta controlar y ver lo que el paciente está viendo, lo que permite detectar, más fácilmente, los estímulos de mayor relevancia clínica
  8. Hace posible diseñar de forma personalizada las jerarquías de exposición, graduando de forma muy detallada cada uno de los pasos a seguir.
  9. Es muy segura: terapeuta y paciente controlan, en todo momento, lo que está sucediendo.
  10. Se trata de una actividad en la que el paciente adopta un papel activo y participante (Bruner, Vygotsky, Piaget). De esa forma el paciente podrá fomentar el re-aprendizaje y la modificación de conducta.

Para recibir más información sobre la experiencia terapéutica con Realidad Virtual, puede comunicarse con
Raquel Herrero Lladró, Psicóloga Clínica en Red Cenit