La reciente DANA del pasado martes 29 de octubre de 2024 en la provincia de Valencia, ha dejado una huella profunda en nuestra comunidad. A su paso, un gran número de personas fallecidas y desaparecidas, cientos de miles de personas afectadas que, además, hoy se enfrentan no solo a pérdidas personales y materiales, sino también a un gran impacto emocional que va a necesitar apoyo psicológico.
En situaciones de emergencia como esta, es natural que surjan emociones intensas como el miedo, la tristeza, la ansiedad y la confusión o estado de shock. Estos sentimientos, aunque difíciles, son reacciones normales ante una crisis.
Ante una catástrofe, nuestro cuerpo y nuestra mente reaccionan para protegernos y surge la ansiedad, la irritabilidad o la tristeza. Además, es común experimentar frustración al tener que hacer frente a otros aspectos que en ese momento pasarían a un segundo plano, como la gestión de trámites y decisiones importantes en medio de la pérdida. Reconocer que estas reacciones son normales puede ayudar a reducir la culpa y el estrés. Entender que estos sentimientos son temporales nos permite enfocarnos en manejarlos con calma.
Especialmente, los niños y adolescentes pueden verse muy afectados y reaccionar con miedo o ansiedad. Para ellos, los adultos debemos transmitir calma, responder a sus preguntas con honestidad y en un lenguaje adaptado a su edad, y ayudarlos a volver a sus rutinas lo antes posible.
Estrategias sencillas de apoyo psicológico para afrontar la ansiedad o el miedo
- Escuchar y normalizar: acompañar a la persona afectada, dejando que se desahogue, haciéndole ver que sus miedos, ansiedades, nervios son normales ante una situación de alto estrés. Ofrecer comprensión y empatía.
- Autocuidado básico: cuidar de nosotros mismos en estas circunstancias puede parecer un acto de egoísmo. No obstante, el autocuidado es algo fundamental porque ayuda a mantener la estabilidad emocional y el bienestar mental en medio del caos y la incertidumbre. Practicar el autocuidado, incluso en formas sencillas como descansar, alimentarse bien y tomarse pequeños momentos para respirar, permite que la mente y el cuerpo recuperen energía y claridad.
- Respirar profundamente: algunas técnicas de relajación como la respiración profunda o la relajación muscular progresiva pueden ayudar a reducir la activación fisiológica del momento, ayudando a tranquilizar el cuerpo y la mente.
La importancia del apoyo social
Hablar con familiares y amigos es una forma poderosa de aliviar el malestar. Compartir lo que estamos sintiendo con alguien de confianza ayuda a descargar la tensión.
Si el impacto emocional es demasiado intenso, buscar apoyo profesional puede ser una excelente idea.
Muchos psicólogos y servicios de emergencia están disponibles para brindar ayuda en estas situaciones, y pueden ofrecer recursos adicionales para lidiar con el trauma.
Este trauma también lo sufren los rescatistas y voluntarios que viven el estrés de la emergencia. Para ellos, es importante tomar descansos, compartir experiencias con compañeros y, si es posible, acceder a apoyo psicológico para procesar sus vivencias. El autocuidado y el apoyo mutuo son esenciales para poder continuar ayudando de manera efectiva sin llegar al agotamiento.
La DANA ha causado pérdidas significativas, y muchas personas necesitarán mucho tiempo para asimilar y procesar el duelo. Reconocer la importancia emocional de las cosas perdidas y hablar de ello ayuda a cerrar esta etapa. Participar en la reconstrucción de la comunidad es otra forma de sanar, ya que refuerza el sentido de pertenencia y aporta esperanza.
En momentos de crisis, recordar que no estamos solos y que existen redes de apoyo puede ser el primer paso para superar el dolor y reconstruir, no solo lo perdido, sino también la fortaleza emocional.
Con el tiempo, la comunidad de Valencia sanará y saldrá adelante.
Elena Beato Murcia, es psicóloga clínica en Red Cenit