A los bebés los bombardeamos con sonidos lingüísticos incluso antes de nacer. Estos modelos de lenguaje repetidos en multitud de ocasiones en situaciones y contextos diferentes y con personas diferentes, son la base para que los peques comiencen a imitar y a extraer significado de esos sonidos, y más tarde, comiencen a combinar los sonidos e integrar las estructuras gramaticales para construir lenguaje. Pero es a medida que los niños y niñas van desarrollando lenguaje y alcanzan un nivel cognitivo suficientemente maduro, cuando van siendo capaces de reflexionar y manipular de manera consciente los diferentes segmentos del lenguaje. Esto es lo que se conoce como conciencia fonológica.


El niño comienza a descubrir que los mensajes están formados por palabras, y que estás, a su vez, están formadas por sílabas y que estas, están formadas por los distintos fonemas correspondientes a nuestra lengua.

En muchos casos se suele pensar que el aprendizaje de la lectura comienza al aprender a pronunciar las letras, pero en realidad, los niños y niñas se están preparando para leer mucho antes de saber que las letras representan sonidos.
Toda esta serie de habilidades que engloba el término conciencia fonológica, cumplen un papel fundamental en el desarrollo de la lectura y la escritura.

Según la evidencia científica, para llegar a dominar la habilidad lectora es indispensable reflexionar y tomar conciencia, de la estructura fonológica del lenguaje hablado. Ya que los estudios demuestran  una relación directa  entre la habilidad de los niños y niñas para discriminar los sonidos que componen el lenguaje y  un correcto desarrollo posterior  de la lectoescritura. Por lo que podríamos decir  que es la base del éxito en el aprendizaje de la lectura y la escritura.
Por ejemplo, si no sabemos identificar el golpe de voz de una palabra, es decir, la sílaba que pronunciamos más fuerte, difícil tendremos el colocar acentos dónde corresponde,  por mucho que nos hayamos aprendido las reglas ortográficas de acentuación.

Muchos niños y niñas desarrollan estás habilidades de manera natural pero otros necesitan de más apoyo. Pero lo que es seguro, es que es muy importante estimularla de manera adecuada en los cursos de infantil para evitar futuras dificultades.

A continuación hablaremos sobre las diferentes etapas de desarrollo de la conciencia fonológica que se van produciendo con un nivel de complejidad creciente.

Conciencia Léxica:

  • Tomar conciencia de la oración como unidad de expresión de ideas.
  • Segmentación léxica:  identificar el número de palabras que componen una frase.
  • Reconocimiento léxico: identificar qué palabra se ha omitido o sustituido dentro de una frase; identificar las palabras que forman una palabra compuesta.
  • Manipulación léxica: añadir palabras a una frase; omitir palabras en una frase o canción familiar y/o sustituirlas por otras.

Conciencia silábica:

  • Segmentación silábica: separar la palabra en sílabas e identificar cuantas sílabas tiene (se comienza  con palabras de dos y tres sílabas); clasificar palabras según el número de sílabas.
  • Reconocimiento de sílabas:  identificar la sílaba inicial, final y medial en ese orden (se empieza con el reconocimiento de la sílaba inicial); desarrollar la conciencia de la rima y asociar palabras que comparten los sonidos finales; realizar ejercicios de fuga de sílabas en los que se debe completar con la sílaba que falta; «encadenar palabras» unas con otras que empiecen por la misma sílaba con la que termina la anterior; localizar en la palabra la posición de la sílaba nombrada; identificar absurdos fonológicos, es decir, identificar y corregir el fallo al pronunciar mal una de las sílabas de la palabra.
  • Manipulación silábica:  agregar, quitar, ordenar o juntar sílabas para formar nuevas palabras.

Conciencia fonémica

  • Reconocimiento de sonidos vocálicos: Reconocer qué vocales tiene la palabra al inicio, al final y al medio.
  • Reconocimiento de sonidos consonánticos:  Reconocer qué consonantes tiene la palabra al inicio, al final y al medio; realizar ejercicios de fuga de consonantes (más tarde de consonantes y vocales indistintamente) en los que se debe completar con el fonema que falta; identificar absurdos fonológicos, es decir, identificar y corregir el fallo al pronunciar mal uno de los sonidos de la palabra.
  • Manipulación fonémica: agregar, quitar o sustituir fonemas para formar nuevas palabras; por ejemplo, formar palabras nuevas añadiendo fonemas, sustituyendo unos fonemas por otros (primero vocálicos y luego consonánticos), omitiendo fonemas, uniendo el fonema inicial de dos palabras presentadas visualmente, o formar palabras nuevas a partir de las letras propuestas, o reordenándolas.
  • Análisis y síntesis fonémica: Es la habilidad de formar una palabra a partir de los sonidos que la componen.

María Vivó, es especialista en audición y lenguaje, y terapeuta en Red Cenit Valencia

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