Cuando pensamos en la Navidad, nos vienen a la mente muchas ideas que normalmente son agradables: tiempo con amigos y familia, vacaciones, regalos, luces, paseos, decoración, etc. Pero para algunas familias, las navidades con niños con autismo suponen, además, un cambio de rutina con muchas novedades que no siempre se toleran y comprenden del todo.
En lo general, estas fiestas son muy esperadas y se consideran muy divertidas, pero, ¿cómo afrontar las navidades con niños con autismo?
Como sabemos, los niños con TEA sufren un desorden de la integración sensorial, ya que mucha de la información que reciben del ambiente que les rodea y de su propio cuerpo, no está siendo gestionada de manera correcta por su Sistema Nervioso Central, y como consecuencia, aparecen respuestas no adaptativas en él. Por lo tanto, siempre hay que tener en cuenta la carga de estrés que puede generarle a nuestros niños esta época de Navidad:
- La desaparición de la rutina escolar, tener más “tiempo libre” y los desplazamientos hacia una residencia familiar o de amigos, puede generar una controversia a los nenes que necesitan estructurar y organizar su tiempo.
- La gran cantidad de estímulos sensoriales comunes en esta época, como las luces, los olores y ruidos, etc., pueden ayudar a aumentar los miedos y preocupaciones de nuestros niños y por consecuencia originar conductas desorganizadas y reacciones negativas ante ello.
- Pueden aparecer obsesiones ante algunas actividades navideñas debido a que a los niños les gusten mucho y generar un problema a las familias cuando estas desaparecen.
Debido a todo esto, es importante canalizar la subida de estrés de nuestros niños, y para ello os mostramos una serie de consejos:
- Intentar conservar lo máximo posible la rutina durante el periodo de las navidades: la hora de despertarse, los horarios de comida, las diversas actividades de la vida diaria, etc.
- Prever momentos de calma para el niño. Hay que estar atentos y tener un lugar tranquilo donde él pueda refugiarse cuando se encuentre estresado o sobrecargado. Puede ser beneficioso tener objetos sensoriales preparados para ayudarle a calmarse y manejar las situaciones estresantes.
- Crear una historia social. La anticipación puede ser fundamental para mostrarles los momentos importantes del día y detallar lo que sucederá en un momento específico: el hecho de descubrir los regalos, abrirlos, la llegada de los invitados, la comida, los momentos de juego, los momentos de calma, etc.
- Involucrar a los niños en la decoración navideña: intentar decorar la casa siempre por igual, crear normas claras sobre qué puede o no puede tocarse, decorar progresivamente, así como prepararle para la retirada de adornos y vuelta a la “normalidad” una vez esta época pase.
- Anticiparse a la sorpresa de los regalos. Para muchos niños, las sorpresas pueden ser problemáticas o convertirse en una obsesión, por lo que se puede practicar el entregar y abrir regalos, esperar turnos, establecer el tiempo y número de veces que se hablará del regalo, etc.
- Anticipar al niño sobre las visitas que se van a recibir durante esta época: prepara un álbum de fotos y repasarlo juntos, utilizar muñecos para representar la mesa de Navidad, decorar el árbol con fotos de la familia, etc.
Recuerda que nadie conoce mejor a tu hijo que tú, por lo que trabajar en adaptarse y anticiparse a los problemas que puedan surgir en esta época, puede conseguir que las navidades con niños con autismo en casa, se disfruten al máximo.
¡Feliz Navidad!
Andrea Pérez, es Terapeuta Ocupacional en Red Cenit Valencia