Hoy vamos a compartir con vosotros un concepto novedoso, la neuroeducación. Se define como una disciplina que promueve la integración entre las ciencias de la educación con aquellas que se ocupan de estudiar el funcionamiento del cerebro, potenciando así las capacidades neurocognitivas y emocionales de los alumnos.
En primer lugar, muchos de nosotros nos preguntamos: ¿es beneficioso el número de horas que los alumnos permanecen sentados en el aula? ¿Tu hijo se desconcentra en clase? ¿Crees que tus hijos no están motivados?
En la actualidad, el sistema educativo obliga a los niños a pasar mucho tiempo sentados, ya sea durante las horas lectivas como en casa, realizando las tareas o actividades que mandan en el colegio. Esto genera, en muchos de ellos, estrés y problemas de autoestima, además de una menor capacidad de utilizar los aprendizajes y usarlos en el contexto adecuado. Esto se ha visto reflejado en el reciente aumento del diagnóstico de trastornos del aprendizaje y en la aparición de conductas destructivas en la población infanto-juvenil.
La adquisición e instauración del conocimiento precisa siempre motivación. Y para ello, el alumno debe ser el sujeto activo en el aula, no sólo mentalmente, sino también físicamente. El ejercicio físico, en general, lo que hace es mejorar la oxigenación cerebral y así favorecer la plasticidad neuronal. Y precisamente, la plasticidad neuronal es la base del aprendizaje.
La importancia que tiene la neuroeducación para la educación es su aportación en cuanto al conocimiento del funcionamiento del cerebro humano, con el fin de entender por qué las personas pensamos, decidimos y actuamos de una manera u otra, y aplicar este conocimiento a la mejora de la enseñanza
A continuación, describiré seis pasos a seguir para aplicar la neuroeducación en el aula, ya que es el principal ambiente en el que los niños aprenden y donde pasan la mayor parte del tiempo:
- Fomentar un clima positivo. Es de gran importancia que los educadores controlen su expresión emocional para que ésta siempre sea positiva, además de mostrarse cercanos y empáticos con sus alumnos. El estrés excesivo en el aula es contraproducente, en cambio, un pequeño nivel de estrés es necesario para mantener a los alumnos motivados y activos.
- Potenciar el aprendizaje emocional. Aprendemos mucho mejor cuando la información evoca emociones. Por ello, una buena estrategia es fusionar las artes visuales e interpretativas, de forma que activen respuestas emocionales, potenciando el aprendizaje.
- Enseñar con diferentes estilos. No todos los alumnos aprenden bien de la misma manera. Unos son más visuales, otros más corporales, etc. Utilizando imágenes, vídeos, actividades experienciales, interactivas, musicales… estamos utilizando la neuroeducación para estimular todos los sentidos.
- Utilizar los descansos activos mediante ejercicio físico. Es importante evitar el sedentarismo y fomentar el movimiento de los alumnos, se propone realizar descansos activos: un periodo de actividad de 2, 5 o 10 minutos que se puede realizar antes, durante y después de las sesiones de las materias, donde lo habitual es estar sentado.
- Entorno físico óptimo. Los alumnos tienen una gran capacidad de percepción sensorial por lo que es bueno utilizar estímulos variados y novedosos. Por ejemplo, una música tranquila de fondo y una iluminación lo más natural posible contribuye a mantener un espacio óptimo de aprendizaje.
- Repetición de formas diferentes. Fomentar la repetición del material de diferentes formas y desde una variedad de actividades y experiencias.
En conclusión, aprendemos más de lo que hacemos, que de lo que decimos. Por tanto, un aprendizaje que motive emocione y estimule a la acción, genera resultados positivos en la implantación de la enseñanza. ¿Por qué? porque los aprendizajes de permanencia son aquellos que nos han emocionado, gustado y han dado significado a nuestra vida.
Andrea Pérez, es Terapeuta Ocupacional en Red Cenit Valencia
Hay un comentario
Es increíble los cuidados que hay que tener para no alterar las emociones y sentimientos de los alumnos, ya que esto puede perjudicar gravemente su rendimiento. Por ello, voy a recomendar un libro que trata sobre la neurociencia.
«El cerebro infantil. La gran oportunidad» José Antonio Marina
Habla sobre la arquitectura del cerebro y su plasticidad. Además, analiza aspectos cognitivos y emocionales del mismo.
Espero que mi aportación os ayude y os guste el libro tanto como a mí.