El pasado 26 de octubre se celebró el Día Nacional del Daño Cerebral Adquirido, con el objetivo de sensibilizar y concienciar a la población de la necesidad de atender a las miles de personas que han tenido que enfrentarse a cambios repentinos en sus planes de vida.

Según un informe de la Federación Española de Daño Cerebral (FEDACE) en España viven 420.000 personas con Daño Cerebral de distinto origen como son los Traumatismos Craneoencefálicos (TCE), los accidentes cerebro vasculares (ACV), entre otros.

En cuanto al Daño Cerebral Adquirido Infantil (DCAI), este tiene una incidencia anual de 191 casos por cada 100.000 niños, siendo una de las causas más frecuentes de muerte y discapacidad en la población infantojuvenil.

¿Qué es el Daño Cerebral Adquirido (DCA)?

Según la OMS, el DCA es “una lesión en el cerebro que sucede después del nacimiento y que no está relacionado con enfermedades congénitas o degenerativas. Estas lesiones pueden ser temporales o permanentes y provocar una discapacidad funcional y/o falta de adaptación psicosocial”.

Por otro lado, FEDACE la define como “una lesión repentina en el cerebro. Se caracteriza por su aparición brusca y por el conjunto variado de secuelas que presenta según el área del cerebro lesionada y la gravedad del daño. Estas secuelas provocan anomalías en la percepción y en la comunicación, así como alteraciones físicas, cognitivas y emocionales”.

Por lo tanto, podríamos decir que el Daño Cerebral Adquirido es una lesión cerebral repentina que se puede dar en cualquier etapa de la vida producida por una secuencia de causas, ocasionando secuelas cognitivas, sociales y emocionales.

¿Qué etiología tiene el Daño Cerebral Adquirido en la infancia?

En los niños la causa más común es el Traumatismo Craneoencefálico cerrado, que se caracteriza por la oscilación del cerebro, chocando con el cráneo en la parte frontal y occipital, produciéndose así la lesión de las vías nerviosas.

Sin embargo, existen otras causas frecuentes. Podemos dividirlas en dos grupos, en traumáticas y atraumáticas.

  • Las traumáticas son aquellas que se dan por caídas, accidentes de tráfico, maltrato, entre otras.
  • Por otro lado, las atraumáticas son aquella que tienen origen en patologías vasculares como los ACV, alteraciones en el flujo de oxígeno, tumores e infecciones.

¿Qué alteraciones nos podemos encontrar con un DCAI?

Las manifestaciones clínicas pueden ser muy variables ya que dependen de diversos factores como la gravedad de la lesión, la causa, la edad del niño, y del desarrollo cognitivo y psicomotor previo. 

En función del desarrollo previo de la zona lesionada y la edad del paciente, la capacidad de reorganización cerebral será diferente, siendo el cerebro más plástico a menor edad del paciente. Algunas de las alteraciones con las que nos podemos encontrar son las siguientes:

  • Alteraciones de la comunicación.
  • Alteraciones motoras.
  • Alteraciones cognitivas, emocionales y conductuales.
  • Alteraciones visuales.
  • Alteraciones en la alimentación.
  • Alteraciones sensitivas.
  • Alteraciones de la conciencia.
  • Otras complicaciones como pueden ser epilepsia, neumonías, entre otras.

El pronóstico de las alteraciones en la evolución del niño es difícil de predecir, ya que las deficiencias pueden ir originándose conforme se desarrollen evolutivamente las funciones del paciente, especialmente en las funciones neurocognitivas.

¿Qué implicaciones tiene el DCA en la infancia?

Como se ha nombrado anteriormente, las alteraciones no se dan siempre en el momento de la lesión, pueden ir surgiendo nuevas afecciones en función del desarrollo del niño. Esto implica la aparición de problemas secundarios a medio y largo plazo, como son:

  • Problemas de aprendizaje y de rendimiento escolar.
  • Dificultades de integración social.
  • Deterioro y dependencia para las ABVD y AIVD.

Por otro lado, existen estudios que encuentran una relación muy fuerte entre la dinámica familiar y el funcionamiento emocional y de comportamiento del paciente, casi igual de fuerte que con la gravedad de la lesión. Por eso el Daño Cerebral Adquirido afecta al niño y a todo el entorno familiar.

¿Qué equipo interviene en el tratamiento rehabilitador de un paciente con DCA en la infancia?

El equipo que interviene en el tratamiento es muy extenso. En un primer momento (fase aguda) intervienen intensivistas neurólogos y neurocirujanos. Posteriormente, en las fases subagudas y crónicas, el equipo de rehabilitación puede estar formado por fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas, neuropsicólogos, trabajadores sociales y maestros, entre otros.

El daño cerebral en la población infantil supone grandes repercusiones en la vida del propio niño como en la de su entorno familiar. El tratamiento rehabilitador intensivo en las primeras fases es imprescindible para el buen pronóstico, y este debe adaptarse a las necesidades específicas de cada niño y la de sus familias.

Daniela Fernández Córdoba es logopeda en Red Cenit

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