Todo aquello que queremos que nuestros pequeñ@s hagan, tenemos que empezar poniéndolo en práctica nosotros mismos; desde el más mínimo detalle hasta el mayor acto de nuestro día a día.
Así dicho, queda genial pero, ¿Es posible dar ejemplo todo el tiempo?¿Y si ponemos de moda ser buenas personas? Si ser buenas personas lo tomamos como nuestro estilo de vida, entonces sí podemos dar ejemplo todo el tiempo. ¿Te gustaría ponerlo en práctica?.

Desafortunadamente hoy en día, el ser buena persona está desvalorizado,  se priorizan otras actitudes como ser competitivo, ser el mas productivo o ser el mejor a toda costa pudiendo terminar siendo egoístas, por no mirar al prójimo y tener en cuenta sus necesidades, pasando por encima de todo.

Todas la personas que formamos parte, en cualquiera de sus formas del mundo de la infancia, tenemos que ser conscientes de nuestra labor como agentes de cambio de las futuras generaciones, así que, seamos el espejo donde los pequeñ@s quieren verse reflejados. Es muy importante dar ejemplo con nuestros actos y actitudes.

Tenemos la habilidad de responder a las necesidades de la sociedad actual y hacer hincapié en la trasmisión de valores humanistas. Deberíamos preguntarnos sobre lo que queremos que lleguen a ser nuestros pequeños, lejos de los estereotipos marcados en una sociedad que prioriza lo que uno tiene o vale a lo que uno siente y es. Las necesidades son más que evidentes cuando nuestros pequeños, ya sea con necesidades educativas especiales o no, se derrumban porque no son aceptados por como son, sino por lo que tienen, una sensación que seguramente conmueve, pero no nos enseñan a ocuparnos de ello sino a enmascararlo y echar la culpa a otros, sin poner soluciones.

Cada vez, hay más casos de violencia en todos los niveles y de muchas formas. Tenemos que reflexionar qué valores estamos trasmitiendo, debemos pararnos a pensar sobre ello y realmente empezar a educar en comunidad, es decir, ayudándonos y escuchándonos los un@s a los otr@s; aportando desde todos los contextos en los que nos desarrollamos y vamos adquiriendo experiencias. Cada  una de esas experiencias vividas nos hace ser quienes somos, pero si podemos contar con el apoyo del otr@ para poder sobrellevar algún episodio de nuestra vida que no haya sido positivo, esto hará que generacionalmente se salven a personas de episodios violentos porque podrán tener herramientas necesarias para poder solucionarlo.  

Desde lo personal, y por supuesto lo aplicó en lo profesional , siempre he sentido que lo más importante es ser buena persona y por consiguiente alentar en la medida de lo posible a serlo, y ¿cómo se hace? Lo más importante es dar ejemplo. Extendiendo la mano a cualquiera que lo necesite sin esperar nada a cambio, no hacer juicios, sino valorar, respetar a tod@s y todo. Cada uno de nosotros, desde nuestro lugar, sea el que sea, aportando nuestro granito de arena , podemos hacer que todo cambie, ¡ojalá este sea el camino!.

Reflexionemos, ¿Qué gesto de bondad haces en tu día a día? ¿Qué valores son prioritarios para enseñar a los pequeñ@s?

Sólo en una sociedad en la que primen los valores del respeto y solidaridad, podremos hablar de convivencia y poder vivir en armonía. Depende de cada uno de nosotr@s, ¿Qué es lo primero que aportarías a esta sociedad para que esto pudiese funcionar?

Si tratas con respeto y siendo bondadoso, seguramente te tratarán con respeto y bondad.

“ La bondad es la única inversión que nunca falla” Henry David Thoreau

Vanessa Civera, pedagoga y terapeuta en RED CENIT