Hoy, 30 de septiembre, se celebra el Día Mundial del Trastorno Específico del Lenguaje (TEL), por lo que, en gesto de apoyo a las personas que lo sufren, hoy dedico este post a darle un poco de difusión, con el fin de concienciar y dar a conocer un trastorno invisible, que afecta a alrededor de un 7% de los escolares.

¿Qué es el Trastorno Específico del Lenguaje (TEL)?

A diferencia del retraso simple del lenguaje, que implica un retraso a nivel cronológico en la adquisición del lenguaje, el Trastorno Específico del Lenguaje (TEL), también conocido como Trastorno del Desarrollo del Lenguaje, o Disfasia del Desarrollo, es un trastorno grave y crónico, que afecta a la capacidad para la adquisición del lenguaje.

Los niños y las niñas con TEL tienen serias dificultades para expresarse a través del lenguaje oral. Normalmente, también les cuesta comprender lo que otros les dicen.

Aprender y adquirir el lenguaje, es un proceso sumamente complejo, pero mientras que para la mayoría, es un proceso innato, natural y gradual, para los niños y niñas que presentan Trastorno Específico del Lenguaje (TEL), supone un tremendo esfuerzo. Como si fueran extranjeros en su propia lengua materna.

Se llama “específico” porque no hay evidencia de un trastorno más general, como un déficit intelectual, un déficit auditivo o motor, un trastorno del neurodesarrollo generalizado, o un trastorno emocional, o sociofamiliar que pueda explicar las dificultades en el lenguaje.

Pero en contra de lo que aparentemente la palabra “específico” sugiere, el TEL repercute indiscutiblemente en otras áreas del desarrollo y de la vida de la persona que lo padece. La dificultad para comunicarse de forma eficaz tiene repercusiones lógicas sobre el desarrollo cognitivo, social y emocional, especialmente en los niños y niñas que además de la expresión, tienen muy afectada la comprensión.

Es probable que un niño o una niña con Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) presente:

  • Dificultades para seguir las clases del colegio y  para aprovechar las situaciones naturales de aprendizaje.
  • Dificultades para relacionarse con sus iguales.
  • Problemas atencionales y de memoria.
  • En ocasiones, cierto grado de impulsividad o hiperactividad.
  • Introversión o excesiva “timidez”
  • Problemas de conducta, comportamientos negativistas y desafiantes.
  • Mayor riesgo de padecer problemas  de autoestima y desórdenes emocionales.
  • Mayor propensión a presentar dificultades con la lectura, la escritura y el cálculo matemático

¿Cuál es el perfil de un niño con Trastorno Específico del Lenguaje (TEL)?

Las características del TEL pueden variar mucho de un niño a otro. No todos los niños y niñas presentan los mismos síntomas, porque nunca afecta de la misma manera. Puede afectar a uno, a varios o a todos los componentes del lenguaje (fonología, morfosintaxis, semántica y/o pragmática), y hacerlo con distinto nivel de gravedad. Puede estar sólo afectada la expresión, pero normalmente, también lo está la comprensión.

En etapas tempranas, los síntomas pueden solaparse con los de otros trastornos del desarrollo por lo que, en ocasiones, es preciso un diagnóstico diferencial, e incluso un tiempo de evolución y de evaluar la respuesta al tratamiento, para confirmar o corregir el diagnóstico.

En las etapas iniciales, los niños con Trastorno Específico del Lenguaje (TEL):

  • Tardan más en empezar a hablar y en combinar palabras en oraciones, en comparación con otros niños.
  • Tienen dificultades para aprender nuevas palabras y conversar.
  • Presentan dificultades para seguir instrucciones.
  • Con frecuencia cometen errores gramaticales al hablar.
  • Su lenguaje es en ocasiones incomprensible
  • Pueden presentar ecolalia

¿El Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) desaparece?

El TEL es un trastorno del desarrollo, lo que implica que sus síntomas aparecen en la infancia, pero esto no quiere decir que desaparezca a medida que los niños crecen, pues este trastorno  se prolonga durante la infancia y la adolescencia, incluso en ocasiones, dejando secuelas significativas en la edad adulta.

No obstante, el perfil de dificultades y habilidades de las personas afectadas evoluciona a lo largo el tiempo. Es habitual que con el tiempo y un adecuado tratamiento, se vayan superando dificultades, pero pueden aparecer otras.

Por ejemplo, inicialmente un niño podría tener serias dificultades para que se le entienda, para estructurar frases con eficacia o comprender instrucciones, y con el tiempo, superar estas dificultades, pero sin embargo, siendo adulto, podría evitar el uso de oraciones complejas en las conversaciones,  tener dificultad para encontrar las palabras correctas, o podría tener problemas para la lectura o para la elaboración de textos escritos claros, organizados y precisos en términos gramaticales.

Es decir, suelen superarse unos problemas y aparecer otros nuevos, por lo que es necesario evaluar las dificultades y ajustar la ayuda a sus necesidades concretas en cada momento del desarrollo. Alcanzar “la normalidad social” en la edad adulta dependerá de la gravedad del trastorno, de la ayuda recibida y de la inteligencia de los niños.

¿Por qué se produce el Trastorno Específico del Lenguaje (TEL)?

Todavía se desconocen las causas, pero las investigaciones sugieren una evidente base genética, pues entre el 50% y el 70% de los niños con TEL tienen al menos un familiar que también ha tenido dificultades con el desarrollo del lenguaje, o presenta este trastorno.

¿Qué necesitan los niños con Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) para mejorar?

Es fundamental una terapia logopédica específica y lo más  precoz posible, con total implicación de la familia y de la escuela. Los niños y niñas con TEL presentan un pronóstico favorable siempre que  se cuente con los apoyos adecuados y de forma temprana, pero se requiere tiempo y mucho trabajo.
En la escuela, necesitan un conjunto de medidas educativas que reconozcan y contemplen sus necesidades educativas especiales.

Pero lo más importante, y como en el caso de todos los niños, necesitan sentirse queridos, comprendidos y apoyados.

María Vivó, es especialista en audición y lenguaje, y terapeuta en Red Cenit Valencia

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