Los niños diagnosticados ya sea con TEA o con TDAH se benefician de programas de intervención que persiguen optimizar tanto sus relaciones y comportamientos con el resto de niños y/o con su familia (conducta social y emocional), como a veces los efectos que sus trastornos conllevan para sus aprendizajes escolares. ¿Pero qué ocurre cuando son niños con diagnóstico de TEA y TDAH de manera simultánea? ¿Qué ocurre si no se les diagnostica de uno de los trastornos? ¿Cuáles son las consecuencias en sus capacidades de aprendizaje, conducta y relaciones sociales?

A pesar de las evidentes diferencias que ambos trastornos implican tanto el Trastorno del Espectro Autista (TEA) como el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) son trastornos con consecuencias en las relaciones que los niños establecen tanto con su familia, su conducta en el hogar, sus conductas con los otros niños y también en muchas ocasiones con implicaciones en sus capacidades de aprendizaje de los contenidos escolares.

Por ello nos preguntamos ¿qué ocurre cuando estos trastornos se presentan juntos? ¿Son más graves sus consecuencias en sus aprendizajes escolares y en sus relaciones sociales con sus familias y con otros niños?

Aunque son pocos, ya existen algunos estudios que tratan de clarificar estas consecuencias. Además, la práctica clínica nos deja ver también estas consecuencias que para los niños con diagnóstico de TEA y TDAH en muchas ocasiones son:

  • mayores los efectos en sus capacidades de aprendizaje, en todos los elementos que influyen en ésta
  • mayor rigidez en las alteraciones emocionales, como la frustración o las dificultades de motivación
  • mayores problemas conductuales ya sea en el ámbito familiar o escolar
  • mayores dificultades para el cambio en habilidades y capacidades

Por tanto, en estos casos es primordial un correcto y detallado diagnóstico que facilite su posterior terapia e intervención psicopedagógica para que ésta pueda adaptarse al máximo a las necesidades y dificultades de cada niño en particular. Se deben tener en cuenta que los niños con diagnóstico de TEA y TDAH las dificultades de cada uno de los trastornos están influyendo más en su día a día, así como escuchar e implicar tanto al entorno familiar como escolar con los cambios que deban introducirse para mejorar la integración de estos niños y sus respuestas a sus dificultades escolares.

Algunos niños con ambos diagnósticos de manera simultánea tardan en ser correctamente diagnosticados y por ello se demora en el tiempo una correcta respuesta a las necesidades de estos niños. Esto ocurre especialmente en niños con TEA sin discapacidad intelectual (grado 1 según el manual de diagnóstico DSM-5), que no son diagnosticados como tal sino que pasan años con un diagnóstico de TDAH. Esto conlleva:

  • gran sufrimiento por parte de las familias que tienen grandes dificultades en manejar las conductas rígidas y peculiares de sus hijos sin conocer la razón de ello, y sin estrategias adecuadas a las que otras familias con niños con diagnósticos de TEA tienen a su alcance.
  • Desorientación por parte del profesorado y resto del equipo docente de los centros escolares de estos niños que sin un diagnóstico completo no pueden aplicar las medidas de atención necesarias para integrar a estos niños y adaptarse a sus especiales necesidades. Esta desorientación lleva a veces a un mal entendimiento entre escuela y familia que mejora en cuanto se clarifica el diagnóstico.

En otras ocasiones es el diagnóstico en TDAH el que tarda en realizarse y por tanto no se estimulan lo suficientemente las funciones de atención y resto de funciones ejecutivas que precisan entrenar los niños, jóvenes y adultos diagnosticados con este trastorno, y que pueden mejorar significativamente con la adecuada intervención.

Ante el miedo de algunas familias a las “etiquetas” para sus hijos siempre les decimos que los mayores beneficiados de un correcto diagnóstico son los niños y sus familias, pues solo de esta manera adquieren el derecho a la implementación de las medidas de atención y adaptación que estos niños precisan para optimizar al máximo el aprendizaje y estimular también las relaciones con el resto de niños y las conductas adecuadas tanto en el colegio como en casa.

Rosa Blay, es pedagoga y logopeda en Red Cenit Valencia