A medida que se acercan los exámenes finales parece que no hay tiempo para todo: no tenemos suficientes horas para tanta materia que estudiar y posiblemente sea cierto. Puede ser que hayamos llegado a un momento en el que no podamos estudiar todo el temario o bien tengamos que reducir el tiempo de otras actividades, incluso de sueño.

Esto sucede porque no hemos realizado una buena organización del tiempo y de las tareas, o bien porque no la hemos realizado directamente.

Sí, puede haber tiempo para todo pero la única forma de asegurarnos para poder llegar a estudiar todo el contenido pudiendo respetar las actividades básicas como comer, dormir o hacer ejercicio es siendo organizado y realizando una planificación del estudio.

Beneficios de  contar con una correcta planificación del estudio:

  • Conocer cuando vas a realizar cada actividad ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, ya que si seguimos la planificación sabemos que alcanzaremos los objetivos y no quedarán tareas pendientes.
  • Aumenta la concentración. Es más fácil centrar la atención en la tarea si se ha establecido un periodo de tiempo determinado para ella y además se ha marcado qué se estudiará en ese momento.
  • Aumenta la consciencia del propio trabajo. Mediante la planificación del estudio es fácil conocer cómo está siendo tu rendimiento, ya que has marcado unos objetivos y puedes evaluar su cumplimiento.
  • Se puede compaginar las obligaciones, el tiempo de estudio y el tiempo libre.

Para realizar la planificación del estudio necesitamos elaborar un horario. A continuación, se expondrán algunos principios por los que nos podemos guiar a la hora de realizar un horario.

  • Antes de nada, lo que tenemos que hacer es anotar las horas que tenemos disponibles para el estudio y para ello tenemos que reservar primero las horas que necesitamos para las actividades más básicas. Así pues, marcaremos el tiempo de las comidas y de dormir en el horario. A continuación, tendremos que localizar también aquellas horas que dedicamos a hacer ejercicio físico, actividades extraescolares, etc. y las escribimos en el horario.
  • Cada semana tendremos que revisar los exámenes o trabajos que se tienen que presentar durante la semana, incluso tenemos que tener en cuenta los de la semana siguiente. De esta manera estarán también reflejados en el horario y podremos empezar a repartir las horas de estudio entre los espacios que anteriormente hemos concretado para ello. Según el curso en el que esté es recomendable tener el horario de la semana corriente y el de la siguiente, con la finalidad de programa posibles entregas de trabajo o exámenes.
  • Especificar de forma detallada las tareas. Para realizar una buena planificación del estudio tendremos que determinar qué estudiaremos en cada momento más allá de la asignatura. Tenemos que fijar las páginas o los temas que pretendemos estudiar durante cada periodo de tiempo y así podremos anticipar cuántas horas o cuantos días necesitaremos para preparar un examen.
  • Ten en cuenta los descansos en el horario. Después de 45-60 minutos de trabajo se recomienda entre 5 y 10 minutos de descanso, dependiendo de la capacidad de concentración. Hay que contar con que ésta se va reduciendo en el tiempo, así pues tendremos que realizar descansos cortos con mayor asiduidad como vayamos acumulando tiempo de estudio.
  • Reservar espacios para los imprevistos. Por más que intentemos tener todo en cuenta siempre aparecen cosas imprevisibles y nos pueden trastocar los planes. Por tanto es recomendable guardar unos espacios de tiempo en los que no se especifique ninguna tarea, con la finalidad de poder aplazar para ese momento alguna tarea que no podamos realizar por una situación no controlada.
  • Modificar el horario. Si sobre la marcha se considera positivo para el estudio realizar modificaciones en el horario se pueden realizar. Por ejemplo puede que decidamos seguir estudiando un poco más para terminar un tema y así reservar más tiempo del día siguiente para deberes, otras asignaturas, etc.

Por último, para que el horario sea eficaz, primero es imprescindible contar con la colaboración e implicación de la persona que va a llevarlo a cabo, ya que si no es así no se cumplirá.

Pero además el plan de estudio debe de ser:

  • Adaptado a la persona que lo tiene que cumplir; según actividades extraescolares, mejores momentos de rendimiento, etc.
  • Adaptado a la realidad. Se han de organizar las actividades según la disponibilidad y capacidad real de la persona. Es muy importante que se pueda cumplir lo que se ha fijado y especialmente al principio.

Omar Ferri, es psicopedagogo y terapeuta en Red Cenit Valencia

 

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