En Red Cenit consideramos que el juego tiene un papel fundamental a lo largo del desarrollo infantil, por esta razón nos parece muy interesante hacer un repaso de las diferentes etapas que se dan a lo largo de la infancia, favoreciendo las diferentes habilidades en los niños.

 

La capacidad heurística es un rasgo característico de los humanos. ¿Pero qué significa este  término? proviene de la palabra griega “heurisko”  del que deriva el adjetivo “heurístico” que significa descubrir por sí mismo, investigar o alcanzar el conocimiento de algo.

En este artículo quiero compartir con vosotros este tipo de juego que se puede presentar a partir de que los niños ya caminan y que a su vez, es una prolongación del juego “el cesto del tesoro” ya expuesto en anteriores artículos. Fue creado también por Elinor Goldschmied y es una actividad que se asocia mucho a la metodología Montessori al hacer referencia a una idea central que es el aprendizaje activo y experimental.

Ya sabemos que cada etapa tiene su juego, y que de 1 a 2 años, o sea durante el segundo año de vida del niño, un factor básico es el desarrollo es su progresiva movilidad ya que empieza a caminar. Esta actividad motora le hace descubrir sus posibilidades y en definitiva su propio ser (autoafirmación de sí mismo), actuando en el contexto que le rodea. Y aprovechando su voluntad propia, su enorme curiosidad y su necesidad imperiosa de experimentar por sí mismo como se comportan las cosas en el espacio, es el momento idóneo para plantear el juego heurístico, antes de la llegada del estadio siguiente, el preoperacional, que se caracterizará por el desarrollo y afianzamiento de la función simbólica de 2 a 6 años.

El desarrollo de este juego se divide en tres fases: Preparación (el adulto distribuye los materiales en 4 o 5 focos de atención). Exploración y combinación de los objetos  por parte de los niños (estos actúan libremente descubriendo las posibilidades de los objetos y sus posibles combinaciones al apilar, juntar y clasificar etc.). Recogida (donde los niños recogen y clasifican los objetos en las bolsas, lo cual les ayuda, entre otras cosas, a estructurar su pensamiento). La duración será de unos 40 minutos y el número de participantes de 8 a 10 niños.

Se expondrá en un entorno amplio y libre de otros estímulos que puedan distraer su actividad, para poder distribuir el material propuesto.

Se utilizaran objetos naturales como caracolas de mar con forma redondeara y suave, piedras de unos cinco cm, cáscaras de coco, tapones de corcho, limones, manzanas etc. Objetos de madera como castañuelas, cubiletes, cajas pequeñas, cilindros, anilla de cortina, cucharas o espátulas, pinzas de la ropa, carracas etc. Objetos metálicos y de vidrio como tarros de cosmética, juegos de llaves, flaneras, cucharas de diversos tamaños, armónicas pequeña, pitos, coladores de té, tapaderas etc. Objetos de papel y cartón: cajitas de cartón, tubos de cartón. Objetos hechos de materiales naturales como pinceles o brochas de maquillaje o de afeitar, ovillos de lana, cestos pequeños, flautas de caña, bolsas de rafia o tela con asas etc. Objetos de piel, tela, goma como pelotas de tenis, de golf, monederos de piel,  cintas de texturas y colores variados etc.

El adulto o el educador solo debe  intervenir al principio,  al iniciar la actividad para  elegir  3 ó 4 tipos, categorías  de objetos para colocarlos de forma atractiva y adecuada o para reorganizar el espacio o los objetos si se dispersan mucho durante el juego. Pero principalmente  el papel de la persona adulta en el juego heurístico tiene que ser el de mero observador, el de estar disponible pero sin interferir en la actividad, de estar presente físicamente. Debe permanecer atento y observante,  situándose en un lugar estratégico donde pueda observar a los niños y a la vez pueda ser vista por estos. Observar a los niños en plena acción, conocerlos mejor, ver el momento evolutivo de cada uno, de sus intereses y sus dificultades. A la hora de la recogida, su papel es algo más participativo. Cuando percibe que el interés decae, invita a los niños a introducir cada objeto en su bolsa correspondiente hasta que esté todo clasificado y recogido, aprovechando para indicarles el nombre del material, la cantidad y el lugar dónde se encuentra, en relación con los demás objetos (esta debajo de, allí hay dos tapones, etc.).

Los beneficios que ofrece este juego son diversos, nos permite dotar a los niños de herramientas que les permiten grandes oportunidades de crecimiento y por tanto favorecen:

La autonomía porque el proceso de exploración no se le plantea el problema de un uso correcto o incorrecto del material. El pequeño aprende solo y por sí mismo, siendo el propio constructor de sus aprendizajes, no existe el fracaso, el niño actúa según su propio ritmo, propiciando su autoafirmación.

La capacidad cognitiva: percibiendo sensorialmente la relación de causa-efecto y las cualidades de los objetos, adquiriendo nociones de la forma, dimensión, peso, capacidad, todo a través de su experiencia.

La capacidad de concentración: comienza desde muy pequeño a jugar con los objetos atendiendo y concentrándose en ellos.

La categorización: al practicar la selección y discriminación entre categorías de objetos diferentes y a la vez se empieza a concienciar de las leyes de la naturaleza: gravedad y equilibrio etc.

El razonamiento y la inteligencia: al reconocer la diversidad de objetos,  comparándolos y, deduciendo semejanzas y diferencias, lo que le va a permitir establecer la pertenencia o no de cada objeto a un conjunto determinado, así también empieza a desarrollar el pensamiento lógico matemático al descubrir la noción de cantidad.  Todos estos incipientes razonamientos le llevan a dar  sus primeros pasos hacia las actividades de análisis-síntesis, previos al desarrollo de la inteligencia abstracta y la estructuración del pensamiento y el lenguaje.

La coordinación motora fina y gruesa: haciendo que aumente la utilización de las manos y su coordinación oculo manual y a la vez que se desarrolla el equilibrio estático y dinámico, ya que está implicado  todo el cuerpo.

También es un juego que fomenta el inicio de las habilidades sociales ya que aprenden a convivir con los demás niños y a veces progresan en sus pensamientos al imitar lo que hacen sus compañeros, pero cabe decir que aunque lo practican varios niños juntos, es todavía un tipo de juego más bien individual y en paralelo.

Y por ultimo comentar a los padres que lean este artículo, que si observáis dificultades en vuestros hijos cuando jugáis con ellos o mientras juegan solos o también si necesitáis ayuda en relación al tema del juego, no dudéis en acudir a Red Cenit, donde os asesoraremos de cualquier duda.                                                                          

 

 Pilar Espinosa, Psicóloga y terapeuta de Red Cenit