Más allá de considerar el tiempo de confinamiento en familia como un continuo de actividades con los que llenar el tiempo, o dejarnos llevar por el estrés de centrarnos en lo negativo de la situación, consideremos también qué cosas positivas podemos sacar de este tiempo extra en familia.

La capacidad de adaptación es una de las capacidades más importantes del ser humano pero también una de las más difíciles de llevar a cabo.  Hemos pasado de un horario que nos hacía correr, donde encajar la diversidad de actividades y perder el menos tiempo posible entre una actividad y otra, a otra situación, la actual, de confinamiento en casa, en la que debemos cambiar completamente nuestra actitud respecto a nuestras tareas diarias. Ya no se trata de correr para llegar a todo, sino de profundizar en aquello de lo disponemos, de lo que tenemos a nuestra disposición, y de mantener una actitud positiva ante el confinamiento.

Y lo que principalmente tenemos a nuestra disposición es nuestra familia, los amigos y gente a la que apreciamos, y a nosotros mismos.

  • Con nuestra familia en casa tenemos la oportunidad de profundizar en nuestra relación emocional y personal con cada uno de ellos. No todos los momentos serán buenos pero tenemos más momentos para mirarnos a los ojos y conectar, entender con una mirada, hacer algo por esa persona que tanto significa para nosotros. Redescubrir el placer de comer juntos, hacer la comida favorita de esa persona, jugar hasta cansarnos a ese juego que tanto gusta a nuestros hijos o hacerles descubrir nuestro juego favorito de cuando nosotros éramos niños, improvisar un teatrillo de marionetas con calcetines para los más pequeños y dejar volar nuestra fantasía para crear un relato en el que ellos puedan disfrutar.
  • Con nuestros amigos y personas más o menos cercanas es el momento de ser empáticos y de aplicar esas emociones altruistas y colaboradoras que tanto cuesta encontrar el momento de practicar en nuestro día a día. Ya estamos viendo ejemplos de ello, como salir a los balcones a compartir alegrías o reivindicaciones con nuestros vecinos; comunicarnos más con nuestros amigos de verdad, aquellos con los que no importa el tiempo que haga que no hubieseis hablado, pues cada vez que lo hacéis podéis hablar desde el corazón con la confianza de saber que os comprenden.
  • Para algunos de nosotros mismos también puede ser el momento de conectar consigo mismo y hacer aquello que siempre se ha ido dejando para otro momento por falta de tiempo: leer aquellos libros que nos hacen volar a otros mundos, leer sobre un tema que nos apasione y profundizar en los conocimientos que nos enriquecen como profesionales, hacer un curso online para aprender a tocar un instrumento o consumir cultura online en la variedad de plataformas que actualmente la ofrecen gratuitamente.

Esta es una oportunidad para  redescubrir la importancia de la salud y de compartir con los que más queremos. También de escucharnos a nosotros mismos, nuestros verdaderos anhelos y afectos. Una actitud positiva ante el confinamiento y ver lo bueno de las cosas y de las situaciones nos ayuda a no tirar la toalla. Podemos lamentarnos por estar confinados pero también podemos pensar que así, quedándonos, en casa, estamos salvando vidas, también las de nuestros seres queridos. #yomequedoencasa

Rosa Blay, es pedagoga y logopeda en Red Cenit Valencia