Ha sido durante los últimos días el tema de debate en televisión, prensa y redes sociales. Los deberes sí o los deberes no, es un tema que como docente me lleva preocupando desde hace mucho tiempo, al igual que a una gran parte de los claustros de nuestro país.

En uno de mis artículos anteriores ya hablé de si el sistema educativo actual se adapta a las necesidades del siglo XXI y los deberes siguen el mismo camino. Son cuestiones que nos preocupan a toda la sociedad, a las comunidades educativas y en especial, a los profesionales que estamos día a día en las aulas observando la cantidad de fracaso escolar que se siembra desde los primeros cursos de educación infantil.

Lo que me llega a alarmar del tema o del debate es que no han sido los profesionales del campo los que han planteado el tema de los deberes a la sociedad, sino que desde la Federación de AMPAS (FAPA) se decidió hacer una huelga de deberes.

Me parece que a esta sociedad le hace falta una brújula para orientarse ya que veo que se está perdiendo el norte en muchos aspectos, pero que en este ya viene siendo habitual y esto preocupa.

Es como si yo le digo a un médico qué síntomas tengo y qué es lo que me tiene que recetar. Yo, que no tengo ningún conocimiento al respecto, le digo a un profesional que ha estudiado por y para estar en el sitio en el que está, qué debe de hacer con su trabajo, quitándole toda la autoridad al respecto.

Dicho esto, no me voy a quedar sin nombrar el anuncio de la conocida multinacional con sede en Suiza que impulsa a plantear que la culpa de todo la tienen los deberes… PINCHAR AQUÍ  (por si alguien no lo ha visto…)

¿No creen que la hora de la cena no es hora de hacer los deberes? ¿A qué hora se cena en España? ¿No sería cuestión de preguntarse por qué? ¿Se han parado a pensar en el horario laboral de los trabajadores de esta empresa?
Este tipo de multinacionales trabajan de lunes a domingo de 10:00 a 22:00.
¿Tienen tiempo estos trabajadores y la mayoría de trabajadores de España de ir a los colegios a por sus hijos; de ir al parque a merendar; de hacer alguna actividad extra escolar, ir a casa, hacer los deberes, jugar, charlar, cenar y descansar? Pienso que por esto es por lo que tenemos que luchar: por una conciliación laboral y familiar y no protestar por el trabajo que realizan los profesionales de la educación movidos por leyes educativas obsoletas, por falta de recursos y por recortes.

¿Protestamos por eso? ¿Protestamos por tener una educación pública de calidad y para todos?
No. Es más fácil, como siempre, inmiscuirse en el trabajo de los maestros que luchamos día a día en las aulas para intentar lidiar con una serie de impedimentos administrativos y burocráticos que hacen que el fracaso escolar ascienda y que la sociedad no mueva ni un dedo por cambiarlo.

Soy consciente de que este artículo es un artículo de opinión y que como siempre habrá opiniones para todos los gustos, pero mi intención es simplemente invitar a la reflexión al respecto de los lectores.

Para finalizar veo importante señalar que el centro en el que trabajo, es un centro sin deberes. PODÉIS VER MÁS INFORMACIÓN AQUÍ

 

Carmina Forment Dasca, colaboradora en los centros de Red Cenit de Castellón y Valencia