Muchas veces, cuando hablamos con los padres que llegan por primera vez a Red Cenit sobre las actividades que desarrollamos con sus hijos en nuestras sesiones, se muestran sorprendidos y a la vez entusiasmados.
En contra de la idea inicial que pueden tener, imaginándose ejercicios monótonos en los que frente a frente con el niño le pedimos que repita ejercicios rutinarios una y otra vez, se encuentran con que la Integración Sensorial  en nuestro centro se realiza a través del juego, del disfrute y de la diversión compartida.

Algunos ejemplos de lo que un padre puede encontrar en nuestro Centro de Integración Sensorial y Terapia Ocupacional son: piscina de bolas donde sumergirse, una red de lianas de las que colgarse, o columpios y hamacas en los que balancearse.

El motivo, no es que nuestras terapias consistan en entretener al niño hasta que llegue la hora de volver a casa, sino aprovechar el juego para trabajar la Integración Sensorial de los diferentes sistemas y sentidos del cuerpo.

Una de las estructuras más novedosas, muy de moda en sector y de cuyos beneficios se está oyendo hablar cada vez más, es el rocódromo, con el que ya contamos en Red Cenit.

Algunos de los beneficios que puede aportar el rocódromo a los niños son:

  • Alta carga propioceptiva: este es el más importante desde el punto de vista de la Integración Sensorial. Escalar en un rocódromo es de las actividades que más ayuda a trabajar la propiocepción, ya que lleva implícito levantar el peso del propio cuerpo. Así, la conciencia corporal se trabaja constantemente, y en el cerebro aparecen imágenes de todas las posiciones de sus músculos en cada momento del ejercicio.
  • Coordinación bilateral: mejora la calidad del gateo y el control de la marcha favoreciendo el correcto balanceo de los brazos y del cuerpo al caminar.
  • Anticipación e intuición de movimientos: ya que se requiere un trabajo de proyección antes de cada gesto al escalar.
  • Desarrollo de la lateralidad: sabemos que los niños con retraso en el desarrollo tardan un poquito más en definir el predominio de su miembro dominante. Escalar en un rocódromo puede ayudarles a completar este hito en el desarrollo de manera mucho más rápida.
  • Planificación del movimiento: ayuda a la planificación motora porque exige pensar de manera consciente cuál va a ser el siguiente paso.
  • Coordinación: la escalada favorece la coordinación de los movimientos de todo el cuerpo, ya que requiere el trabajo de las cuatro grandes extremidades de manera simultánea.
  • Aprendizaje y memoria motriz: cada vez que te caes, hay que levantarse y evitar cometer los mismos errores. De esta manera el cerebro aprende, va haciendo adaptaciones, perfeccionando la técnica y afianzando los movimientos.

Una vez más, se demuestra que con una actividad sencilla y divertida como es la escalada en un rocódromo podemos potenciar el desarrollo de nuestros pequeños ganando terreno a las dificultades a las que se enfrentan a diario.

Ester Tudela, Terapeuta Ocupacional en Red Cenit